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El riesgo de la desigualdad reclama atención

El tema de la desigualdad no es propio de un avión, tampoco de un país, es un fenómeno global.

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Escrito en OPINIÓN el

Los episodios de rabia y cólera que se producen de vez en cuando en los aviones al parecer tienen un culpable: el compartimento de primera clase, según un estudio realizado por los investigadores Katherine DeCellesa y Michael Nortonb de la Escuela de Negocios de Harvard, es más probable que se produzcan sucesos violentos y arranques de ira en los aviones que tienen una área VIP. http://hbs.me/29g0yKO

 

“Un avión es un microcosmos social: más de un centenar de personas sin conexión aparente entre sí viajan juntas, codo con codo durante unas horas. El agonizante espacio entre los asientos, los retrasos recurrentes o la mala educación de algunos pasajeros son algunos de los motivos por los que un placentero vuelo puede convertirse en un infierno”, argumenta la primera investigación empírica que se ha realizado sobre el tema, pero la razón de la rabia son las desigualdades de clase.

 

Los investigadores concluyeron que las posibilidades de que se produzca un conflicto en los cielos aumentan cuando los aviones tienen un compartimento especial para la primera clase, y estas aumentan cuando los pasajeros de la clase turista tienen que pasar a través de este para llegar a sus asientos, lo que refuerza la idea de la desigualdad.

 

Distintas disciplinas como la sociología, la psicología o la criminología han estudiado y demostrado como la desigualdad puede provocar reacciones negativas en pobres y ricos. Este estudio pretende demostrar como las desigualdades físicas o situacionales que se manifiestan en ambientes de la vida cotidiana, como un viaje en avión puede derivar en conatos de violencia.

 

Pero contrario a lo que se esperaba, no sólo quienes viajan en clase turista son propensos a manifestar su ira, los pasajeros que viajan en primera clase también son tendientes a manifestar sus frustraciones -aunque en menor porcentaje (15%) y en su mayoría hombres- cuando no reciben lo que “creen merecer” debido a su status social.

 

En México, podríamos señalar como ejemplo de este fenómeno social todos estos personajes que han surgido en los últimos años, los llamados lady´s y lords, son personas que gracias a los teléfonos inteligentes y las redes sociales son evidenciados cometiendo actos de prepotencia en contra de personas más vulnerables, lo cual sucede cada vez con mayor frecuencia, esto no es más que un reflejo de la creciente inconformidad ciudadana en contra de la desigualdad y la injusticia social.

 

Michael Nortonb, uno de los investigadores del estudio en referencia, aseguró que la razón por la cual decidieron indagar al respecto, es debido a la creciente percepción de desigualdad de la riqueza y los ingresos entre la ciudadanía de los Estados Unidos de América, un tema que muchos investigadores de Harvard intentan entender, pero sobre todo, las posibles consecuencias que esto conlleva.

 

Podría parecer muy trivial investigar acerca del enojo que produce a una persona, pasar por la zona VIP de un avión mientras se conduce a su asiento en la clase turista, pero si extrapolas esta sensación con lo que viven millones de personas cada día en todo el mundo, ciertamente no lo es. En este estudio se comprueba cómo esta desigualdad aumenta las probabilidades de que alguno de los pasajeros pueda experimentar rabia, en consecuencia todos los demás, incluidos los de primera clase, podrían en el mejor de los casos pasar un mal rato.

 

Desgraciadamente el tema de la desigualdad no es propio de un avión, tampoco de un país, es un fenómeno global, lo más grave es que esta brecha entre ricos y pobres cada vez se agranda más. Según Oxfam Internacional, las fortunas de las personas más adineradas aumentan enormemente mientras que el patrimonio de las personas más pobres disminuye. En 2015, las 62 personas más ricas del planeta poseían tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad. Hoy en día, el 1% más rico de la población mundial posee tanta riqueza como el 99% restante. http://bit.ly/29peBl3

 

La historia de casi todos de los países del mundo nos ha demostrado que la desigualdad no es algo que pueda ser infinito. Una gran parte de las guerras, revoluciones y conflictos internos han utilizado la injusticia y la desigualdad social como bandera, alimentándose de las esperanzas de las personas más vulnerables, desgraciadamente en algunas ocasiones sólo han sido utilizadas para alcanzar los objetivos de unos cuantos. Muchas vidas se han perdido luchando por defenderla o desaparecer la desigualdad.

 

Hablar de un mundo con igualdad perfecta es como la Utopía de Tomas Moro, no obstante, existen brechas que podrían disminuirse con ayuda del Estado, si los recursos y políticas públicas llegarán a quienes en verdad lo necesitan, está comprobado que sin una alimentación adecuada y educación suficiente, un niño que nace en la pobreza probablemente continúe en ese mismo estado el resto de su vida.

 

El Papa Francisco ha dicho en diversas ocasiones que la desigualdad es la raíz de los males sociales. Lo que tal vez no alcanza a ver el 1% más rico del mundo es que tarde o temprano la desigualdad nos afecta a todos y terminara por alcanzarlos.

 

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