La decisión del presidente López Obrador de bajar a Arturo Herrera de la gubernatura del Banco de México se venía gestando desde hacía varios días; incluso el mismo ex secretario de Hacienda ya lo esperaba. Su compleja relación con Raquel Buenrostro, jefa del SAT y con Rogelio Ramírez de la O, titular de la SHCP, -ambos muy cercanos al primer mandatario- fueron el detonante para echar atrás el nombramiento de Herrera.
Por lo menos una semana antes del anuncio, altos mandos de la presidencia llamaron a los posibles candidatos para suceder a Alejandro Díaz de León al frente del Banco de México. La pregunta que hacían era “si estarían de acuerdo en que se incluyeran sus nombres en la lista que se presentaría al presidente López Obrador”.
La petición expresa del mandatario era considerar a más mujeres del actual gobierno, a empresarios y representantes gremiales. El primer nombre que corrió como pólvora fue el de Lucía Buenrostro, recién designada vicepresidenta de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y hermana de la Jefa del SAT. Otro nombre que sonó con fuerza fue el de Bernardo González Rosas, presidente de la Amafore y ex presidente de la CNBV, quien tiene un amplio conocimiento del sector financiero.
Desde que se elaboró la primera lista, Victoria Rodríguez Ceja, ya tenía una palomita y el aval de Ramírez de la O, pese a su nula experiencia en el manejo de la política monetaria.
Nos cuentan que Arturo Herrera vio desvanecer su candidatura al Banco de México prácticamente desde que llegó Ramírez de la O a la Secretaría de Hacienda. Los constantes cambios en puestos clave como la Consar, la CNBV y otros movimientos relevantes en la dependencia hacían suponer que no había acuerdos ni afinidad entre los economistas.
Desde que se anunció que se bajaría su candidatura, Arturo Herrera sólo envió un mensaje de twitter para ratificar la decisión del presidente y ha tenido contadas conversaciones con integrantes de su equipo y del gabinete, aunque nos dicen que queda pendiente una larga plática con su maestro Carlos Urzúa, quien fue el primer secretario en renunciar por diferencias irreconciliables con el presidente López Obrador.
Hay quien asegura que en medio de la vorágine que generó el retiro de su candidatura, cualquier decisión por más insólita que sea se podría esperar del actual gobierno, por lo que nadie lo descarta como uno de los aspirantes a la gubernatura de Hidalgo, en donde se dejó ver en reuniones y giras todavía como secretario de Hacienda.
Y ya que hablamos del relevo en el Banco de México, hay una creciente preocupación de los analistas por la candidatura de Victoria Rodríguez, quien pese a que maneja temas hacendarios no tiene experiencia de política monetaria. Por lo pronto, la inquietud de los especialistas crece a la par de la inflación, indicador que continúa en caída libre y que se ubica en su nivel más alto de los últimos 23 años.
El tema que está sobre la lupa es que quien se elija al frente del Banco de México ejerza su cargo con absoluta independencia del presidente de la República, ya que de lo contrario, las consecuencias serán graves para el país.
Así las cosas…