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El problema no son las mochilas, son las armas

El problema no se resuelve, la actividad de fuerzas de seguridad armada es permanente.

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Escrito en OPINIÓN el

Mochila segura es una de esas acciones de política pública que surgen sin diagnóstico alguno, que no se evalúan, no resuelven el problema e incluso lo pueden agravar. Es como los programas de anti doping a estudiantes o empleados para disuadir el uso de las drogas. La verdad dudo mucho que el joven que disparó contra su maestra y compañeros de escuela en Monterrey haya guardado el arma que utilizó en su mochila. El problema en realidad es la proliferación de armas.

 

La escalada de violencia en México tiene como una de sus causas y consecuencias el enorme incremento de armas entre las población. De acuerdo a registros de armerías de Estados Unidos, en un año alrededor de 250 mil armas se han vendido de manera adicional a mexicanos. Los grupos del crimen organizado se han encargado de proveer armas a toda la cadena delictiva y a la propia población.

 

Las organizaciones militares y policiacas, infiltradas por el crimen y sin estrategia de reducir la violencia, también proveen a la sociedad de armas. La evidencia de que el número de armas incrementa la violencia es contundente. Estados Unidos, el país desarrollado más laxo en el control de armas, tiene 60% más violencia que naciones similares y Florida, el estado que menos las controla, tiene más violencia que el resto.

 

El acceso de las armas se combina con que la violencia se convirtió en un fenómeno regular en la sociedad. Esto tiene que ver menos con narco corridos y narco series que con la estrategia y la retórica gubernamental de supuestamente aniquilar al enemigo criminal, con los costos en la población que sean necesarios. Como además el problema no se resuelve, la actividad de fuerzas de seguridad armada es permanente. La violencia cuando es constante permea en la cultura cotidiana de una sociedad, así sucedió en Irlanda, en Sudáfrica, en Brasil y ahora en México. Lo que se requiere son políticas de cultura de la paz y la solución pacífica de las controversias. Eso pasa también por políticas efectivas de prevención del delito, llevadas a cabo por policías cercanas a la comunidad, las que incluyen, por ejemplo, las de desarme voluntario de la población.

 

Políticas como mochila segura no cumplen con su objetivo porque parten de la desconfianza e incluso de la criminalización de la ciudadanía. Lo que se requiere es de información adecuada para que los jóvenes tomen las mejores decisiones en un contexto de violencia y de formación para que se conviertan en agentes que contribuyen a restituir la paz en la sociedad. Lo que es urgente es que la prioridad de las instituciones de seguridad sea evitar el tráfico ilegal de armas al país, desarmar a las comunidades, controlar el uso y orientar a la población al respecto. Se requiere que de manera explícita, el gobierno desarrolle políticas de seguridad que partan del hecho de que el ciudadano armado no ofrece más seguridad a sus familias y tampoco logra disuadir a un delincuente. La posesión de un arma en el hogar incrementa el riesgo de suicidio, de violencia de género y los homicidios.

 

Parte de la responsabilidad del incremento de la posesión de armas en México se debe a laxas políticas de venta de armas en los Estados Unidos. Tendríamos que exigir a ese país una política distinta, al menos en la frontera, que incluya una supervisión más estricta a los distribuidores. Buena parte de las armas que se utilizan en nuestro país fueron adquiridas de manera legal en la unión americana.

 

México tendría que tener un sistema para poder seguir la huella de las armas ilegales y evitar la fuga de las mismas que se genera en los decomisos. El resto es como ajustar la legislación y los mecanismos de regulación de armas para hacerlas cumplir y disminuir su número al alcance de la población. El problema son las armas y la violencia cotidiana que genera más violencia en otros ámbitos, como el escolar. Mientras no podamos incidir en esas variables, sucesos como los de Monterrey serán cada vez más frecuentes. 

 

@vidallerenas

@OpinionLSR

 

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