Para alivio de los ambientalistas, el Congreso de Estados Unidos rechazó algunos de los recortes económicos que Donald Trump propuso en el presupuesto para 2019 en materia ambiental.
El 12 de febrero pasado, Trump envió al Congreso el presupuesto para 2019 que incluía reducciones del 34% al gasto general de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el 32% en subvenciones estatales para la protección del aire y agua, así como la reducción de fondos para los parques nacionales y la eliminación de fondos para combatir el cambio climático.
Afortunadamente, Trump recibió un revés a su política ambiental a través de la Ley del presupuesto autorizada por el Congreso de Estados Unidos el pasado 21 de marzo. En consenso, las cámaras de representantes y senadores estadounidenses rechazaron los recortes presupuestarios a la EPA y confirmaron que, al igual que en el presupuesto del año anterior, la EPA continuará recibiendo las subvenciones estatales para proteger el aire y mejorar la infraestructura hídrica, así como para mantener los programas para el tratamiento de residuos peligrosos y limpieza por contaminación de substancias tóxicas. La ley contempla asimismo un aumento en el presupuesto para investigación en materia de energía limpia y los programas de eficiencia energética del Departamento de Energía, así como para el Servicio de Parques Nacionales del Departamento del Interior.
Sin embargo, en materia de cambio climático, el Congreso negó categóricamente las contribuciones al Fondo Verde para el Clima, con lo que otorga, al menos por el momento, su consentimiento a la promesa de Trump de eliminar el compromiso financiero de 3 mil millones de dólares adquirido por Obama en el marco del Acuerdo de París.
Una de las cosas relevantes en el actual presupuesto de Trump a favor del medio ambiente es el aumento de poco más del 30% de los recursos destinados a la cooperación internacional para el desarrollo en el sector ambiental. Sin embargo, el aumento contemplado por Trump para ayudar a la protección al ambiente en países en desarrollo en 2019 (260.7 mdd) no representa ni la mitad de lo que Barak Obama destinó para el año 2017 (568.6 mdd).
Desde que comenzó su mandato, Donald Trump mostró su desinterés por las cuestiones ambientales y, por el contrario, en su búsqueda por incrementar la rentabilidad económica, ha tenido que revertir las medidas impulsadas por Obama para enfrentar el Cambio Climático y limitar la contaminación. Desde la orden ejecutiva que revertía el bloqueo para la construcción de dos importantes oleoductos en la frontera con Canadá, pasando por el anuncio de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, la apertura del 98% del territorio marítimo estadounidense para la explotación petrolera y de gas, hasta su propuesta actual de reducir el financiamiento para proteger el medioambiente.
Breves de Trump: aranceles, energía, Arabia y Venezuela
Afortunadamente, la visión ambientalista de corto plazo de la administración Trump, que pone en juego el bienestar tanto de ciudadanos estadounidenses como del mundo entero, se está topando con intereses contrarios y al poder fáctico del Congreso estadounidense, que si bien por el momento ha rechazado algunos de los recortes presupuestales en materia ambiental propuestos por Trump, será hasta septiembre de este año que determine los recursos económicos definitivos que utilizará cada departamento y programa en 2019.
Dominio de la energía, ni la OPEP se escapa
En este sentido, aún falta ver si el congreso aceptará la propuesta de Donald Trump para establecer un Fondo de Infraestructura de Tierras Públicas que dependería del aumento del arrendamiento y el desarrollo de la energía en ciertas zonas del país y que, según Trump y su estrategia de dominio de la energía, tienen potencial para generar más de 18 mil millones de dólares en 10 años.