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El presidente que no pudo, no puede y no podrá

Este presidente no ha podido cumplir sus promesas de campaña y la oposición lo ha triturado mediáticamente en este rubro. | Guillermo Sesma

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Escrito en OPINIÓN el

Para aquellos distraídos que únicamente leen los títulos, estamos hablando de Joe Biden. Sí, el presidente norteamericano, Joe Biden no ha podido con el paquete de ser presidente de la primera potencia del mundo. A un año exactamente de lo que muchos han llamado un ejercicio revolucionario o un golpe de estado, Sleepy Joe no ha podido. Entró junto a su cuestionada vicepresidenta Kamala Harris, bajo la premisa tan simple como compleja de controlar y contener la más difícil pandemia de nuestra historia. 

A tan solo semanas de que Joe Biden ganara las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los laboratorios Pfizer y Moderna, respectivamente, anunciaron la culminación de sus pruebas en humanos donde se dijo que combatirían el virus denominado covid. Sin embargo y conforme el paso del tiempo, fue necesario un segundo refuerzo y luego un tercero y recientemente un cuarto.

El gobierno del presidente Biden, inicialmente había comunicado que con la vacunación el virus sería derrotado. Su administración lanzó una campaña sin precedente, la inmunización sería escalonada, primero irían los trabajadores del sector salud, luego personas vulnerables, personas de la tercera edad y paulatinamente a toda la población. El resultado no ha sido el que se esperaba, los niveles de vacunación han ido en disminución y las diferentes variantes han comprobado que Mr. Joe ha mentido, la vacunación no ha matado al virus como él inicialmente pregonaba. 

La nueva variable, como hoy todos sabemos, es altamente contagiosa y a la vez menos mortífera como se esperaba. Pero insisto, aún a los vacunados afecta y si bien no tiene la misma mortalidad que para los no vacunados, las premisas pregonadas por la administración Biden han sido mentira. En resumen, el covid no está contenido.

La migración sin control tiene contra las cuerdas a Joe y a Kamala por igual. Centroamérica no deja de expulsar ciudadanos, México de transportarlos y Estados Unidos de rechazarlos. ¡Vaya problema! Nada parece dar resultado. En ninguna de las múltiples llamadas de parte de la vicepresidente Kamala o la misma cumbre trilateral entre los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá, han arrojado soluciones o paliativos concretos que ayuden a disminuir la migración. La administración Biden no ha podido cumplir sus promesas de campaña y la oposición republicana los ha triturado mediáticamente en este rubro. La vicepresidenta quien voluntariamente se adjudicó esta cartera, no pudo. Lo que pone en entredicho su capacidad política fundamental si algún día quiere competir por la presidencia.

Para concluir, y en lo que me parece la parte más delicada de la desastrosa administración de Biden, es la incapacidad de unificar Estados Unidos. Lejos de poder establecer un discurso y actos que unifiquen, Biden ha retomado un discurso divisionista que abona a lo que el presidente Trump sembró. La insurrección sucedida a escaso un año sigue polarizando a la ciudadanía. 

Lo que para muchos era un reinicio de la cultura estadounidense, de sus políticas y el fortalecimiento nacional, es hasta ahora un proyecto endeble y sin rumbo claro, lo más preocupante es que hasta el momento no se ve en Joe Biden el liderazgo necesario para corregir el camino y dar al pueblo estadounidense la respuesta que espera.  

Las malas decisiones del actual gobierno cobrarán una cuantiosa factura a la popularidad del presidente, pero sobre todo, comprometen el futuro político de los demócratas que apenas recuperaban fuerza en el escenario político estadounidense. En noviembre de 2022 hay elección en la Cámara de Representantes y los demócratas no tienen los mejores argumentos políticos para librar la batalla, y aunque aún falta tiempo en el 2024 se renueva la presidencia. De no corregir el rumbo ésta regresará a manos de los republicanos.