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El precio de la democracia

Los partidos políticos han recibido la suma de casi 80,000 millones de pesos.

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Escrito en OPINIÓN el

Hay quienes quisieron incendiar al país y no lo lograron. No lo consiguieron porque, a pesar de todo, muchos mexicanos dijeron no a la violencia. Aunque hubo un alto nivel de abstencionismo los que sí acudieron a votar apostaron por mantener vigente las instituciones no obstante que algunas de éstas hacen “agua“.

 

Tienen razón los maestros en algunos de sus reclamos, pero en lo que no tienen razón es en pretender “secuestrar” el sentir del resto de ciudadanos que quieren, aún, mantener por la vía democrática el rumbo de este país que pareciera, en ocasiones, perderse. Ni la quema de llantas, destrozos de edificios públicos, paros, bloqueos, pueden paralizar y mantener en la zozobra a los 112 millones 336 mil  538 mexicanos.

 

La convocatoria a una insurrección o guerra civil  en México no tiene pies ni cabeza. Hay pobreza extrema, endeudamiento, corrupción y una extracción constante de los recursos naturales pero la vía para echar a patadas a quienes detentan pésimamente el poder es en las urnas. Voto razonado, civilizado pero sin la amenaza de prenderle al fuego al país es lo que necesitamos los mexicanos.

 

Ningún político de izquierda, de derecha, de centro, líder social, maestro, campesino, estudiante u obrero puede hacerse justicia por propia mano frente a los yerros del gobierno. Hay muchos ejemplos en la historia latinoamericana de desbordes sociales que concluyeron con resultados funestos.

 

La democracia cuesta y mucho. Los mexicanos invertimos, oficialmente, unos 19 mil millones de pesos para mantener el actual sistema, pero extraoficialmente la cifra escala hasta los 50 mil millones de pesos, ya que hay recursos de aporte a campaña que no se reportan.

 

El debate actual es cuánto nos cuesta sostener a la actual clase política en la que se han infiltrado algunos gavilleros metidos a políticos.  Si las cifras fueran reales, transparentes cada pretendiente al cargo de diputado federal debiera respetar los topes de campaña. Las cifras de gastos mínimas superan el millón de pesos que se invierte en gasolina, tortas, refrescos, pendones, publicidad.

 

Macario Schettino, analista de Forbes, dice que mantener el Congreso mexicano supera la friolera cifra de 15,000 millones de pesos, pero aclara que quienes critican este monto se olvidan que quienes están en el Legislativo deciden el gasto de todo el gobierno federal. Es más, del sector público completo. También se deja de lado que esos gastos son, muchas veces, mayores a esos 15,000 mdp. Las decisiones de diputados y senadores cuestan 150 veces más que su sueldo (unos cien mil por legislador), si sólo se considera al gobierno federal, y 250 veces más, si la comparación es con todo el sector público. Es decir, por ahorrar un peso se ponen en riesgo 250.

 

No cabe duda que los legisladores mexicanos podrían hacer mejor su trabajo. Tampoco se cuestiona la existencia de gastos superfluos e incluso corrupción. Pero nada de eso se resuelve reduciendo el número de diputados ni eliminando una de las formas de elección. Si acaso algo falta en México, es que el Congreso tenga presupuestos mayores para que haga un trabajo mucho más profundo. Por ejemplo, revisar con más detalle esos 250 pesos que se gasta el sector público por cada peso que ejerce el Congreso, analiza el experto.

 

En los últimos 18 años, los partidos políticos han recibido la suma de casi 80,000 millones de pesos y en este 2015 gastarán 5,355 mdp. “Si el gasto en las elecciones es, como apuntaría la estimación cruda comentada, cercano a 50,000 mdp, mientras que el financiamiento público es sólo de 5,000, esto significa que por cada peso que se cuida hay nueve de los que no se sabe su origen. Una campaña de diputado federal costaría, siguiendo esta lógica, 600,000 pesos, y no 200,000, como el INE reglamenta”, añade el especialista de Forbes.

 

Los 32 institutos locales, tribunales electorales locales y el financiamiento público de partidos locales cuesta caro a los mexicanos y su sostenimiento corre a cargo de la Federación.

 

Toca ahora a los mexicanos que sí votamos vigilar con drasticidad a los legisladores y gobernadores para que hagan un papel decoroso. Nos cuesta caro sostener a los mal llamados “Padres de la Patria”. El triste papel que han hecho algunos nos arrinconan a la condición de entenados. Nuestros impuestos van para pago de prerrogativas, viajes, representaciones y están obligados a rendir cuentas y a transparentar sus actividades.

 

 

Necesitamos políticos confiables en el ejercicio de los recursos pues los mexicanos ya estamos cansados de las mañas, malas prácticas, engaños de quienes llegan al poder y se olvidan que fueron elegidos por los ciudadanos en momentos difíciles. 

 

¿Vales la pena diputado? Es la pregunta y que estos tendrán que responder con sus actos.

 

La democracia cuesta mucho. Hay que vigilarla.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@jlcastillejos