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El poder camaleónico del presidente

El presidente dice lo que cada sector quiere escuchar y eso los empresarios lo saben. | Romina Román

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Escrito en OPINIÓN el

La habilidad camaleónica del presidente Andrés Manuel López Obrador es ilimitada. Su facilidad de transformarse en cada escenario lo lleva a mostrar varios rostros: el que presenta a los empresarios en donde es afable y les pide su comprensión, hasta su facilidad para modificar su acento en los mítines con las clases más desprotegidas y hacerse pasar por uno de los suyos.

El presidente dice lo que cada sector quiere escuchar y eso los empresarios lo saben. En los inicios de la actual administración a la iniciativa privada le preocupaba que un día López Obrador se reunía con ellos y les agradecía su apoyo prometiéndoles mejores condiciones para la inversión, y horas después en la conferencia mañanera arremetía contra el gremio tachándolos incluso, de delincuentes de cuello blanco. Y a ese doble discurso los empresarios ya se acostumbraron.

Hace unos días, en una reunión con representantes del sector privado, el mandatario se comprometió a no aumentar impuestos en la próxima reforma fiscal que diseña la Secretaría de Hacienda. No se incrementará el IVA, ISR, ni el IEPS, les prometió.A cambio, les pidió continuar apoyando la recuperación económica.

Nos dicen que para que el crecimiento sea sostenido y no sólo sea producto del rebote post confinamiento, se requiere que la inversión nacional y extranjera llegue a por lo menos 25% del Producto Interno Bruto (PIB), de esta parte 20% provendría del sector privado y 5% del gobierno federal a través de diferentes programas de infraestructura.

En esa reunión, nos cuentan, el tono del presidente fue amable, comprensivo y escuchó atento las preocupaciones de los empresarios: la crisis que enfrentan varios sectores como el del turismo y entretenimiento, cuyos desplomes ascienden a cerca de 50%, lo que les llevará entre 4 y 6 años para regresar a los niveles previos a la pandemia.

También le externaron su preocupación por el empleo. Con la pandemia se perdieron un millón 100 mil plazas y de estos, faltan 500 mil por recuperarse que se suman a los 2 millones de trabajos informales, según cifras del INEGI.

En el petitorio del sector privado se incluyó la posibilidad de que se les permita la compensación universal, es decir, cuando haya saldo a favor de IVA contra una cifra negativa del ISR puedan hacer la compensación correspondiente, ya que bajo el esquema actual se debe enterar de cada impuesto y hay empresas que llevan más de un año sin recibir devoluciones de IVA.

También pidieron una disminución de la burocracia, ya que de acuerdo con una medición que lleva a cabo la Coparmex cada semana, hay un aumento importante en los trámites, lo que frena el crecimiento de la planta productiva. En México, los negocios pueden llevarse hasta tres meses para darse de alta, mientras que en Japón el proceso es de tres días.

El tema más importante que se abordó fue la certidumbre jurídica a la inversión, la que el año pasado se desplomó 12%.

En el encuentro se insistió en que se incluyan en los cambios fiscales medidas para ampliar la base de contribuyentes y facilitar la declaración de impuestos a las micro, pequeñas y medianas empresas, a fin de que puedan incorporarse a la formalidad.

Así las cosas…