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El papel del periodismo es la crítica al poder

La crítica señor presidente, no sólo es legítima sino necesaria, no puede haber una sociedad liberal sin una prensa libre y crítica. | Fred Álvarez

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Escrito en OPINIÓN el

“El periodismo es el parlamento diario de los pueblos". 

-Carlos Septién García

En la mañanera del lunes 20 de abril, alguien le preguntó al presidente López Obrador por la discrepancia que se ha dado con algunos gobernadores que piden incluso revisar el pacto fiscal. Su respuesta fue que su gobierno atiende a todos por igual, sin distingo ideológico ya que está de por medio la vida de las personas. 

Ahí hubiera quedado todo, pero como su “pecho no es bodega”, como suele decir, aprovechó la pregunta para decir, así, de repente, que si alguien quisiera ser famoso basta que use el micrófono de la mañanera e insulte al presidente. No entendimos por qué lo dijo.

Ese día, como todos los días, agradeció que tiene millones de gente que lo defienden y no por ser Andrés Manuel o el presidente, sino porque votaron por el cambio de régimen, y así entró al tema de la crítica sin sustento al periodista de Excélsior y de Foro TV, Leo Zuckerman: 

"El otro día estaba yo leyendo un artículo, no un twitter -corrige-, de alguien que escribe en El Universal (Sic)" y hace pausas como que no se acuerda del nombre del periodistas, pero eso sí lo describe con un "se supone que él no es conservador, aparenta ser liberal, pero para que vean que no hay medias tintas. Es la corrupción, la defensa del régimen corrupto que imperaba o el cambio y la transformación, el cambio verdadero”.

¿Qué quiso decir?

De inmediato su asistente de prensa, Jesús Ramírez, corre a colocar en la pantalla el tuit del columnista y lo lee para que sea enjuiciado ante el jurado popular de Amlistas.

Eso sí, el presidente ofreció disculpas por haberse equivocado al decir El Universal cuando debió decir Excélsior.

¿Que dice el tuit?


Y adjunta su texto publicado.


Es evidente que el presidente no leyó el artículo. De hecho lo reconoce en su conferencia.

Un día después, Leo abunda sobre el tema en su columna “Juegos de Poder”, dándole una dura respuesta al jefe del ejecutivo federal. De entrada le dice que nos es su amigo ni su enemigo, sino que es "un analista que a veces apoya lo que me gusta y a veces critico lo que me disgusta, tal y como lo he hecho con todos los presidentes" desde que comenzó a escribir. 

Su definición de conservador -le dice-, es simplista: "todo aquel que no está de acuerdo con él”. Y le da 20 razones de porque se considera liberal. 

Pensamos que ahí iba a quedar el asunto, una especie de borrón y cuenta nueva, pero no. Al contrario, el presidente se voló la barda dos días después, y ya no fue sólo contra Leo, sin contra varios de sus críticos, empezando por los que escriben en El Universal, Reforma, Milenio y Excélsior. 

Eso sí mencionó por su nombre a cuatro periodistas que se salvan, debido a que defienden su gobierno de la 4T; en primer lugar Federico Arreola, de SDP Noticias, Enrique Galván y Pedro Miguel de La Jornada y también agregó a Jorge Zepeda Patterson, que escribe para El País. 

Y obviamente dejó afuera a muchísima gente que todos los días se dedica a defenderlo y hasta llegar al colmo de llegar a la adoración como si fuera un santo.

Por cierto, hay un meme que alguien subió con la imagen de Carlos Pozos, más conocido como Lord Molécula que le dice:

"Señor presidente: ¿Qué tiene Don Fede (Arreola) que no tenga yo?..

¡Coleccionable!

¿Cómo fue que el presidente volvió armar tanto alboroto?

Sencillo.

Alguien le preguntó que así como todos los lunes el procurador del consumidor da el pulso de los precios de la gasolina, también deberían en Palacio -el vocero quizá-, dar el pulso de las noticias falsas. 

La pregunta al parecer fue sembrada, ya que el presidente le estaba esperando, 

Leamos...

Ya la gente no les cree a quienes mienten, a quienes exageran, dijo y preguntó ¿Ustedes creen que no aburre abrir un periódico, El Universal, por ejemplo, o el Reforma, y no encontrar nada bueno del gobierno? Todo malo, todo malo; pero no sólo las notas, los articulistas supuestamente independientes, todos.

¡Y se lanzó con todo y contra todos os conservadores!, con algunas excepciones: los cuatro arriba mencionados.

Se centró en especial con Pascal Beltrán, sin mencionarlo: "lamentable el director de Excélsior, su concepción, su conservadurismo. A lo mejor desde que estaba en Proceso pensaba así”.

El presidente simplistamente dijo que la mayoría de periodistas que se formaron en medio críticos se echaron a perder.

Y aquí afirmó -sin pruebas- que "no hay en México un periodismo profesional, independiente, no digo objetivo porque eso es muy difícil, la objetividad es algo muy relativo; pero ético, estamos muy lejos de eso. Es parte de la decadencia que se produjo”.

La faltó decir que en el periodo neoliberal, como lo hace siempre...

Y después fue contra Ciro Gómez Leyva

“Venía de un periodismo profesional, nuevo, independiente. Y se fueron volviendo conservadores, se cansaron de ser como eran. Es que siempre hay tentaciones”. (¿Cuáles tentaciones, de corrupción?).

Y aquí empezó como si fuera maestro de primaria a darnos clase de historia del periodismo, mencionó a Francisco Zarco, a Filomeno Mata, Daniel Cabrera, los hermanos Flores Magón, Paulino Martínez hasta llegar a Manuel Buendía y a Miguel Ángel Granados Chapa.

No mencionó ni a Carmen Aristegui, ni a José Gutiérrez Vivó, como siempre lo hace; se le pasó, quizá.

Y aquí entró a hablar de cuatro fantásticos.

"A nosotros nos defienden creo que tres, y estoy hablando de periodistas. Nos defiende muchísima gente, por eso puedo estar tranquilo, porque hay millones en las redes sociales que nos defienden.

Pero les digo quiénes defienden en estos últimos días: Federico Arriola, que nos defiende, enfrenta a todos de esta campaña de calumnias; Enrique Galván, de La Jornada; Pedro”.

- “Presidente, pero…”, lo interrumpen.

- “Ya estoy terminando. Yo sé que desespera, pero despacio, es que yo no puedo hablar de corrido, por eso me llevo tiempo.

Pedro Miguel (de La Jornada). Estoy tratando de recordar quiénes, estoy hablando de la prensa escrita. Ya mencioné tres, ¿no?...”

Recordó también a hay moneros que lo defienden. No mencionó a los que lo crítican todos los días, que hacen de cada cartón un auténtico editorial: son los casos de Julio Iván López, mejor conocido como Rictus que publica en El Financiero, o de Paco Calderón, que publica en Reforma, y Nerilicón en El Economista, entre otros.

- “¿Entonces usted considera que el buen periodismo es el que defiende a su gobierno?”, lo acotan...

"No, no, el buen periodismo es el que defiende al pueblo y que está distante del poder, el que no defiende al poder, el que defiende al pueblo”, dijo.

- “El buen periodismo no es el que aplaude-”, le reviraron.

- “Claro que no. Lo que tenemos ahora es un periodismo muy cercano al poder, sobre todo al poder económico, y muy distante del pueblo”.

Al final del “debate” el presidente quiso concluir con un “tampoco es para pelearnos, es amor y paz. Pero es buena la polémica, el debate, es parte de la democracia”.

Pero cuando Reyna Haydee Ramírez de Pie de Página le preguntó sobre su relación con Ricardo Salinas  de TV Azteca, hizo como que no escuchó. La valiente reportera le dijo directo al presidente que que mide con doble rasero al comentar las expresiones de Javier Alatorre  de TV Azteca " y usted dice que hizo daño, pero poquito”.

Aquí el presidente quiso matizar. "Sí, mire, sí, en general, en todos los medios hay gente consecuente y honesta, en todos los medios, hasta en estos que se mencionan, los grandes.

Hay incluso periodistas que hacen bien su trabajo, hacen buenas notas, pero en todos estos medios hay como una oficina, como un departamento de corte y confección, para no hablar de censura, y entonces ahí seleccionan. Entonces, no es culpa del periodista, es de la política que se sigue arriba; pero yo no voy a entrar a detalle, ya esto es un asunto que lo tenemos que analizar todos, todas y todos”.

- “Pues la relación de Azteca sí es la misma que en otros sexenios”, le revira la reportera.

- “Ayúdenme primero a desentrañar eso. ¿A qué se debe? Es un buen tema de análisis para la ciencia social no solo para el periodismo!, responde el presidente.

La reacción ante los dichos del presidente ayer es de enojo por la calumnia vertida a varios colegas periodista y a medios impresos y electrónicos.

Hay que registrar para la historia la versión estenográfica que nos proporciona la oficina presidencia. 

Otras voces y plumas ya no le hacen caso al presidente. Además no es la primera vez que lo hace, pero es evidente que disfruta hacerlo ante el jurado popular de las mañaneras. “El pueblo es sabio”, dice.

Con todo respeto, pero su concepto del periodismo es pobre, "eres bueno si estas conmigo y malo si estas contra mi”; lo mismo de su concepto de conservadores y liberales.

El principal papel del periodismo es la crítica al poder.

La crítica señor presidente, no sólo es legítima sino necesaria, no puede haber una sociedad liberal sin una prensa libre  y crítica.

"Mientras más observo los efectos principales de la prensa libre, más me convenzo de que, en el mundo moderno, la libertad de prensa es la principal y en cierto modo el elemento constitutivo de la libertad”, decía Alexis de Tocqueville en “La democracia en América”.

C. Presidente recuerde que el periodista, como lo decía Renato Leduc es el historiador de lo inmediato; es testigo y relator de los hechos y tiene la obligación y sobre todo la responsabilidad social de recordar a través de medios todos los acontecimientos para contrarrestar el silencio.

No podemos quedarnos callados, ni tampoco alabarlo con incienso como si fuera un Dios, hay errores en la gobernabilidad de su gobierno...

Abrazo solidario a todos los periodistas que critican al poder.