Main logo

El monopolio del Estado

Los menos interesados en hacer frente a la corrupción podrían ser las instituciones encargadas del monopolio de la violencia.

Por
Escrito en OPINIÓN el

El sociólogo alemán Max Weber escribe en un ensayo denominado “El político y el científico” que El Estado ejerce el monopolio de la violencia y que sin ésta imperaría la anarquía.

 

Entre otras cosas y por extensión, este monopolio implica el uso de la fuerza para otorgar una de las principales funciones del Estado, como lo es, la seguridad para sus gobernados.

 

Es en este monopolio donde se centran las funciones de seguridad y procuración de justicia, en la figura de la Comisión Nacional de Seguridad y de la Procuraduría General de la República, quienes por virtud de instrumentos de legitimidad, como lo son las leyes que rigen su proceder, ejercen funciones de investigación y persecución de los delitos, entre otras atribuciones legalmente conferidas.

 

De su buen desempeño depende la eficacia y la esencia de la política, en el primero es donde habita la racionalidad de ésta. Eficacia y esencia no son buenas o malas, en un sentido práctico, sino útiles o inútiles para los fines que persiguen las instituciones de seguridad señaladas.

 

Así la descalificación que hizo Renato Sales, sobre las afirmaciones de Rosa Isela Guzmán, en una entrevista  concedida al periódico inglés The Guardian quien dice ser hija de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, llevan una carga de ineficacia institucional, al contestarle tres días después sin un sustento más que la única afirmación del servidor público.

 

Es de carencia de eficacia, porque todavía ni la CNS ni la PGR han dicho cuáles servidores públicos estuvieron coludidos para que durante 13 años, “El Chapo” no fuera capturado. No cabe que en este tiempo no hayan procesado a un solo servidor público por permitir su ausencia de la cárcel durante todos esos años.

 

Las instituciones fueron vulneradas, cuando Rosa Isela señala que “El Chapo” ingresó no una, sino dos veces a los Estados Unidos para visitar a su familia, durante este tiempo que estuvo nuevamente prófugo, porque luego entonces, el Instituto Nacional de Migración y su titular llevarían responsabilidad por la porosidad de las fronteras mexicanas, cuando Guzmán Loera cruza las fronteras mexicanas como si fuera su casa en Badiraguato en Sinaloa, sin que ninguna autoridad se lo impida.

 

El señalamiento que hace Rosa Isela Guzmán es que a su padre lo traicionó el gobierno y políticos a los que financió. Es en este sentido que un verdadero espíritu de investigación debería cernirse sobre los personajes señalados por la hija de Guzmán Loera, en vez de desacreditar sus dichos. Aquí sería interesante saber si la opinión de la DEA es la misma a la de la CNS o la de la PGR, que más bien parecieran en desviar la atención de los dichos de Rosa Isela que investigarlos.

 

Por otra parte, es ineficacia y corrupción, cuando la procuración de justicia ofrece como principal argumento, una verdad histórica falsa en el más grave caso de violación de derechos humanos de que tenga conocimiento esta administración de gobierno, sin que su misma autoridad haya castigado de manera ejemplar tales actos.

 

Es ineficacia y viola la esencia de la política, cuando la clase política se preocupa más por los siguentes cargos de elección popular, que por aprobar la legislación secundaria que “modere la opulencia”, como diría José María Morelos en los Sentimientos de la Nación, en el sistema anticorrupción que hasta ahora, no tiene ni pies ni cabeza.

 

Por eso es que el monopolio de la violencia en México, más bien parece que lleva la intención de subestimar o minimizar los dichos, que la certeza que podría existir en ellos, de los cuales, mandan el mensaje que los menos interesados podrían ser las instituciones encargadas del monopolio de la violencia, de la que el Estado mexicano pareciera haber sido superado.

 

@racevesj

@OpinionLSR