Main logo

El método de la propaganda: 'la fórmula del miedo'

La ultraderecha mexicana ha buscado respaldo y apoyo para destituir al gobierno de México por todos los medios. | Ismael Jiménez

Por
Escrito en OPINIÓN el

La campaña incitada por la derecha conservadora mexicana contra de todo lo que represente la 4T, se ha constituido en un movimiento adicto a los principios que Joseph Goebbels implementó para encumbrar al partido de ultraderecha Nazi.

“El miedo”, como eje principal de su discurso, está lleno de improperios y descalificaciones que han utilizado de manera incisiva y despectiva los detractores de la 4T. De esta manera, los iluminados discípulos de Goebbels de la ultraderecha mexicana, han repetido incansablemente que el actual gobierno, es dictador, comunista, peligroso, destructor de economías, inepto, mentiroso, mesiánico, manipulador, cobarde, asesino, ratero, populista, decrépito, naco, etcétera.

Las descalificaciones, alcanzan también a quienes votaron y volverán a votar por este gobierno, personas a quienes denigran y menosprecian al suponer que la “masa” que apoya al presidente, es ignorante, floja, atenida y fracasada.

Va por México, encarna perfectamente los principios de la propaganda Nazi y del fascismo, al utilizar el miedo como arma de manipulación. Bajo estos fundamentos, se conjuntaron las fuerzas apuntando hacia el “enemigo único”.

El método de exagerar cualquier situación o circunstancia que deteriore la imagen del adversario, cargar sobre el “enemigo” sus propios errores (el manejo de la economía y seguridad). Manipular y servirse de los medios de comunicación para desviar la atención pública ante cualquier suceso que resulte favorable para su adversario, forman parte de los principios propagandísticos de Goebbels.

Los han aplicado al pie de la letra, hasta llegar a la vulgarización del discurso como último recurso para intentar confundir a la población como sucedió con la deprimente columna “Vas Carnal”. Fundamento también utilizado por la propaganda Nazi.

Pero la ultraderecha mexicana, ha ido un poco más allá. Ha buscado respaldo y apoyo para tirar o destituir al gobierno de México por todos los medios que estén disponibles. Primero, pidieron apoyo del gobierno de Biden, al parecer con poco éxito; posteriormente, recurrieron al Organización de Estados Americanos para defender, lo que ellos denominan “democracia”.

Lo cierto es que recurrir a la OEA es pedir apoyo a un organismo que se ha dedicado a derrocar democracias en América Latina. Bolivia y Ecuador, son los casos más recientes. También han recurrido a distintos medios de comunicación foráneos como The New York Times, The Washington Post y recientemente, The Economist, que no escatimó en comparar al gobierno de López Obrador con el régimen Nazi.

En su discurso de defender la “democracia”, la ultraderecha mexicana, perdió de vista que ese principio político, se basa en la pluralidad y la diversidad ideológica y lo que hicieron, fue armar un bloque disímbolo, aparentemente, de ideas y principios políticos, bajo el discurso de la denostación y el miedo.

El Instituto Nacional Electoral, estructurado y dirigido por la derecha, también ha jugado su parte, pese a que su papel debería haber sido en todo momento, imparcial. Mucho se ha debatido al respecto, pero me gustaría mencionar dos hechos que serán trascendentales al momento del conteo de votos.

Primero, no sabemos exactamente bajo qué argumentos, se decidió que el elector marque su boleta con “cualquier tipo de pluma o crayón”. Este pequeño detalle, dio pie a miles de reclamos y batalla en el pasado para evitar fraudes. Esta particularidad, se resolvió con la implementación de un “único crayón” para votar. Pero en esta ocasión, el INE decidió anular la medida sin consenso ni notificaciones.

Segundo, el instituto resolvió, que el elector, podrá marcar en su boleta a uno o más partidos de la misma coalición. La pregunta es: ¿qué sucederá cuando un votante marque dos partidos de una misma coalición y marque por “error”, a un tercero de la coalición contraria?

Crayones y marcar más de una opción en la boleta, son fórmulas que se suponían ya superadas. Son vestigios de los fraudes de 1998 y 2006. Auguramos un conteo caótico y confuso que darán pie a dos escenarios: Uno, anular las elecciones; dos, anular la mayor cantidad posible de votos al caballo ganador con las consabidas impugnaciones poselectorales.

Lorenzo Córdoba y compañía, se desvivieron en ofrecer sus más encumbrados discursos “democráticos” para atacar al presidente, pero ¿olvidaron? lo más sencillo, las plumas y el conteo para defender la democracia.

Como sea, la ultraderecha mexicana basándose en el miedo, está decida a que, por todos los medios posibles, se debilite al movimiento engendrado en MORENA encabezado por López Obrador. Pero no deben olvidar, que la gente votó con convicción en 2018 por un cambio y que esa transformación, apenas ha tocado los intereses de la corrupción.