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El jugoso botín de la Corte Suprema

Trump y Biden darán mucho de qué hablar y cabe la posibilidad de que la Corte Suprema, podría convertirse en un tema trascendental. | Alicia Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

Como si se tratase de un campeonato de box, esta noche veremos el primero de tres rounds que se tienen programados entre Donald Trump y Joe Biden, pero independientemente de quién salga mejor librado, el reemplazo de la jueza de la Suprema Corte de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, ya abrió otro frente de batalla entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. 

La cada vez más reducida capacidad del Congreso estadounidense para llegar a consensos sobre políticas públicas en medio de un país más fracturado social y políticamente, ha llevado a que los tribunales se conviertan en el principal escenario para resolver no sólo los problemas derivados de un marcado bipartidismo, sino también para solucionar problemas públicos. De ahí que desde hace tiempo el nombrar a jueces de la Corte Suprema sea considerado el botín más importante tanto para asegurar el legado presidencial como para ganar la presidencia en Estados Unidos. 

Esta es la razón por la que a unas hora del fallecimiento de la jueza Ginsburg el pasado 18 de septiembre, uno de los debates políticos en la Unión Americana comenzó a girar en torno a su reemplazo, y cómo éste impactaría en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. De hecho, cuando el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, anunció su intención de llevar a cabo una votación sobre las nominaciones del presidente Trump para reemplazar a Ginsburg, rápidamente Joe Biden pidió a McConnell que permitiera al ganador de los sufragios hacer la nominación para sustituir a la ahora icono Ginsburg, pues su reemplazo desempeñará un rol fundamental en el máximo tribunal estadounidense sobre diversos temas, incluidos el derecho al aborto, atención médica, posesión de armas, inmigración y libertad religiosa y de expresión.

En un acto que ya se esperaba, el sábado pasado Donald Trump nominó como jueza de la Corte Suprema a Amy Coney Barrett, quien tiene un sólido currículum conservador que encaja perfectamente con la base republicana del presidente Trump. Con Barrett en la Corte Suprema y de ganar las elecciones, las posibilidades de que Trump se mueva al menos un poco del conservadurismo social y religioso a ultranza que ha caracterizado a su administración son prácticamente nulas. En caso de no ser reelecto, Trump afianzaría uno de los principales legados de su presidencia: una base de derecha en el máximo tribunal de Estados Unidos.

¿Pero cómo afecta la elección presidencial la nominación de un juez para la Corte Suprema? Durante la campaña, es de esperarse que Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, exploten el perfil conservador de Barrett en estados clave para ganar las elecciones, tales como Arizona, Florida y Carolina del Norte, donde hay un gran número de jubilados a los que recordarían que una Corte Suprema de base conservadora podría atentar contra una de sus mayores preocupaciones: la atención médica. 

Por otro lado, la falta de compromiso de Trump en aceptar una transición pacífica del poder en caso de perder las elecciones del 3 de noviembre, hace que la sombra de las elecciones presidenciales de 2000 ronde los pasillos de Washington, ya que fue justo un fallo de la Corte Suprema el que concedió la presidencia a George W. Bush, dejando fuera a su contrincante Al Gore. De ahí que Donald Trump y el partido republicano no quieran dejar pasar la oportunidad de nominar y confirmar a Barrett en la Corte Suprema. 

Afortunadamente, todo parece indicar que la Corte Suprema espera que se le pida decidir sobre los procedimientos del sufragio y el escrutinio después de las elecciones estadounidenses, desafortunadamente cualquier decisión corre el riesgo de ser percibida como ilegítima por el candidato que resulte perdedor y que, por cierto, de acuerdo con las últimas encuestas nacionales al momento es Donald Trump.  

Hoy por la noche de viva voz Trump y Biden darán mucho de qué hablar y cabe la posibilidad de que la Corte Suprema, de la que mucho dependerá la democracia de Estados Unidos, podría convertirse en un tema trascendental.