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El inicio de la Guardia Nacional

La puesta en marcha de la Guardia Nacional inicia un segundo momento para reconfigurar la seguridad pública en México. | Dr. Jorge A. Lumbreras Castro*

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Escrito en OPINIÓN el

La presentación formal de la Guardia Nacional de México se realizará el domingo 30 de junio de 2019. En siete meses de gobierno y a un año de que el entonces presidente electo de la república Lic. Andrés Manuel López Obrador señalará la necesidad de crearla, aparece en el escenario público la nueva institución civil de seguridad pública. Su diseño, puesta en práctica y operación precisó una reforma constitucional, modificar diferentes normas, y en particular supuso un intenso trabajo legislativo para elaborar y aprobar tres leyes que le permitan trabajar el servicio de la sociedad.

Estas leyes que abarcan el registro nacional de las detenciones, el uso de la fuerza y la propia orgánica de la Guardia Nacional son un andamiaje básico, en los límites de lo que fue posible acordar en el Poder Legislativo por unanimidad, para dar forma a una institución que habrá de asumir el grave desafío de confrontar a una delincuencia que se define por su carácter trasnacional, alta capacidad de fuego, manejo de recursos económicos, e infiltración de diferentes instituciones de seguridad y justicia.

La Guardia Nacional deja atrás una era de indefiniciones sobre la institución capaz de enfrentar a la delincuencia. Desde hace más de treinta años se registra un debate sobre las leyes, instituciones y estrategias para lograr la seguridad en tanto condición indispensable del desarrollo. El caso del narcotráfico es emblemático, mientras en la administración federal 2006-2012 se le consideró un asunto de seguridad nacional, en la administración 2012-2018 se le tuvo bajo la concepción de la seguridad interior, en cualquier caso las Fuerzas Armadas fueron llamadas a esta tarea sin las bases constitucionales suficientes para su actuación. Asimismo, las capacidades policiales de la federación fueron parte de una iniciativa permanente que cambió sexenio a sexenio, desde la Policía Federal Preventiva hasta la Gendarmería Nacional, pasando por la Policía Federal.

Ahora con la suma de recursos del Ejército Mexicano, la Marina Armada de México y la Policía Federal se integran a esta institución civil abocada a la función policial que tiene las responsabilidades básicas de proteger la vida y los bienes de las personas. Se capacitaron decenas de miles de elementos como primeros respondientes, es decir, con capacidades para realizar una detención, preservar un lugar de intervención, cumplimentar un Informe Policial Homologado, acreditar una cadena de custodia, aplicar la fuerza bajo los criterios de necesidad, proporcionalidad y racionalidad, trabajar con el Ministerio Público, así como participar en un juicio oral.

Sin embargo, la Guardia Nacional no es ni puede ser en México la responsable única de recuperar la seguridad pública, esta es una tarea del sistema de seguridad y justicia que involucra a los más de 250 mil policías estatales y municipales, a las secretarías de seguridad pública, fiscalías y Poderes Judiciales de las 32 entidades y a las instancias y poderes federales. Lo que si puede ser la Guardia Nacional es un referente sobre cómo construir policías eficaces, ordenadas, con sistemas de ingreso, permanencia, promoción y retiro, con fortalezas para generar planeación, inteligencia y áreas especializadas, con unidad de doctrina, una axiología sólida y espíritu de cuerpo.

La puesta en marcha de la Guardia Nacional inicia un segundo momento para reconfigurar la seguridad pública en México, el cual pasa por: a) reformar el sistema nacional de seguridad pública, b) fortalecer las policías municipales y estatales, c) construir un sistema de inteligencia policial; d) vincular la política social del Estado mexicano; e) consolidar el sistema de justicia penal acusatorio; f) optimizar los recursos que la federación entrega a estados y municipios, y g) establecer una base axiológica nacional específica para la función policial que se corresponda con la condición de vida, expectativas y desarrollo profesional de las mujeres y hombres que han hecho de servir y proteger a la sociedad un proyecto de vida.

*Dr. Jorge A. Lumbreras Castro

Académico de la FCPyS – UNAM