Main logo

El infierno de AMLO

López Obrador es su propio enemigo y ha cavado su tumba política con su deficiente actuación como gobernante. | José Luis Castillejos

Por
Escrito en OPINIÓN el

Andrés Manuel López Obrador, todavía presidente de México, ha construido su propio infierno al despreciar al pueblo mexicano al que ha ofendido con sus actos. Hoy, sin embargo, quiere victimizarse al inventar una conspiración política-empresarial al temer ser echado del poder en una consulta popular.

Para López no hay otro mundo que el propio y nadie tiene la razón más que él y, en ese contexto, ha descartado la posibilidad de entrar a los “dimes y diretes” con el bloque conformado por los gobernadores de Acción Nacional que buscan reformas al pacto fiscal.

El gobernante atribuye las expresiones opositoras a su gobierno como una “actitud” política ante la cercanía de las elecciones. Pero no acepta que el rechazo a su administración tiene varias aristas que él mismo ha construido en detrimento de su propia gestión.

Soberbio y pagado de sí mismo, el presidente de México dijo que no va a permitir que se ningunee la investidura presidencial, como lo intentó el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.

Desde el Campo Militar 26 en Xalapa, Veracruz y queriéndose hacer oír en todos los rincones del país, López Obrador descartó que vaya a polemizar con los gobernadores que ya trabajan para el proceso electoral del próximo año con el que se renovarán 15 gubernaturas.

Pidió a los gobernadores no mezclar los temas electorales con los de gobierno y a actuar con responsabilidad, pedido que le queda grande ya que él ha sido irresponsable en varios temas de la agenda nacional.

López vive en una burbuja que se puede romper en cualquier momento. Para él no hay crisis en México y el coronavirus es un problema que deben afrontar los mexicanos y comenzar con responsabilidad sus actividades.

Ha pedido calma a los mexicanos en reiteradas ocasiones y ha destacado que la economía del país resiste ante el brote de covid-19.

Su versión contrasta, sin embargo, con la crisis que ya golpea los bolsillos de millones de mexicanos y miles de empresas que han tenido que cerrar.

AMLO ha insistido en que el país está preparado para hacer frente a la pandemia, y que cuenta con los mejores médicos y hospitales para enfrentar los casos.

El panorama actual que se vive en todo lo largo y ancho del territorio dista mucho del mundo de López.

Irresponsablemente a inicios de año, López pidió abrazos a pesar del coronavirus. "Hay quien dice que por lo de coronavirus no hay que abrazarse. Pero hay que abrazarse, no pasa nada, así. Nada de confrontación, ni de pleitos".

Qué dirá ahora ante los miles de muertos que hay en el país. Qué explicación dará para justificarse ante lo evidente.

AMLO enfrenta su propio infierno. No tiene credibilidad, su gobierno hace aguas y es probable que en una consulta popular él sea echado de Palacio Nacional.

López ha ofendido y sigue haciéndolo al condenar a médicos, enfermeras, camilleros, asistentes y todo el personal de los hospitales a una muerte segura al no contar con los equipos necesarios para afrontar la pandemia.

AMLO dejó sin seguro popular a millones de mexicanos, se desatendió de los enfermos de cáncer y se burla de la necesidad de los mexicanos al priorizar la obra del Tren Maya en momentos en que se requieren insumos en los hospitales.

López es su propio enemigo y ha cavado su tumba política con su deficiente actuación como gobernante. El único camino que le queda es irse a su rancho en Palenque, Chiapas y pasar ahí sus tardes mientras el país será enrumbado, por un real líder, por una nueva senda, la del progreso y la reconciliación nacional.