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El INE: Presidido por una mujer

El Decreto por el que se reformaron, adicionaron y derogaron diversas disposiciones de la Constitución Política en materia político-electoral[1] crea el Instituto Nacional Electoral (INE) que integra funciones y atribuciones aplicables a los órdenes federal y local, entre otras

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Escrito en OPINIÓN el

Para la conformación del INE la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión tomó un Acuerdo que avaló el pleno de la Cámara, en torno a la integración del llamado Comité de Evaluación y la Convocatoria respectiva para la elección tanto del Consejero Presidente como de los consejeros electorales que formarán parte del máximo órgano de dirección y decisión del INE: su Consejo General.

Para la selección de dichos servidores, se formará el Comité Técnico de Evaluación que tendrá la alta encomienda de verificar los requisitos constitucionales y legales de las y los aspirantes, así como de valorar su idoneidad para el desempeño del cargo.  Dicho Comité estará integrado por siete personas de reconocido prestigio bajo el siguiente método: tres personas serán nombradas por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, dos por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y dos por el organismo garante establecido en el artículo 6to. de la Constitución.[2]  Éste Comité, a su vez, establecerá un método de evaluación que incorporará criterios objetivos para evaluar el conocimiento, la experiencia, la trayectoria personal, profesional y la solvencia ética[3].

Ahora bien, entre los requisitos específicos que deben cumplir los ciudadanos mexicanos que quieran competir para el cargo de Consejero Presidente o bien de Consejero Electoral, sobresalen, además de los de cajón como los de contar con un grado de licenciatura, estar inscrito en el Registro Federal de Electores, entre otros; contar tanto con los conocimientos como con la experiencia electoral que desde mi punto de vista éste seguramente será uno de los filtros importantes para tan honorable cargo.  Sin embargo, debe de privilegiarse a quienes cuenten con experiencia acreditable en dos ámbitos específicos: a nivel federal, es decir, quienes haya participado o participen en el Instituto Federal Electoral y a su vez, cuenten con experiencia en el ámbito local y con ello demostrar los conocimientos para poder entender la forma de organizar las elecciones de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la de Senadores y la de Diputados Federales, pero también el contexto local para elecciones de Gobernadores, Alcaldes, Diputados locales o para el caso del Distrito Federal, del Jefe de Gobierno, de los Jefes Delegacionales o de los Diputados locales.

Otros aspectos que resaltan entre los requisitos están, grosso modo, el que no exista un vínculo de dirección con alguno de los partidos políticos o el de haber ostentado algún cargo de primer nivel en la Administración Pública Federal al menos que se compruebe una separación de determinado tiempo del mismo.

Sin embargo, la Convocatoria deja fuera una demanda muy importante de la sociedad: la equidad de género, ya que sólo refiere que el referido Comité en su revisión “procurará el principio de equidad de género.”  Esto va en contra de la visión no solo de la sociedad sino del mismo discurso de los propios legisladores; existen ya varias normas y leyes que hablan de la equidad de género.  Sin ir más lejos, el propio Presidente de la Republica, Enrique Peña Nieto, envió a finales del año pasado al Senado, una iniciativa para que el 50% de las candidaturas tanto para los cargos de Diputados Federales como de Senadores de todos los contendientes a algún cargo de elección popular, sean mujeres.

Si bien falta mucho en esta materia, hoy nos hemos enfrentado a que la norma escrita siempre pareciera tener salidas, por ejemplo, una cosa es que existan candidatas del género femenino y otra es que en los hechos quienes ocupan los cargos legislativos son en su mayoría del género masculino, por poner un ejemplo.

Los legisladores tienen hoy la gran oportunidad de materializar en las leyes secundarias que derivan de la reforma político electoral un esquema auténtico de equidad de género; ante esto la integración del máximo órgano electoral de nuestro país que organizará elecciones me parece debe contar con ese espíritu materializado en una integración que guarde una proporción acorde a la demanda social y a los discursos oficiales y de legisladores inclusive.  Pero más aún, con mujeres con gran tamaño, con gran experiencia y conocimientos en la materia electoral sería una gran oportunidad que una mujer presidiera justamente al INE, eso sí sería un indudable señal de que “las juanitas” son cosa del pasado y que hoy día los que toman las decisiones en verdad están conscientes de que debemos arribar en los hechos a una auténtica equidad de género.  Ya el máximo órgano jurisdiccional en la materia electoral fue presidido por una mujer: María del Carmen Alanis Figueroa, quien, además de contar con una gran experiencia electoral, en mi opinión realizó con gran profesionalismo su función.  ¡Veremos que sucede en los días por venir!

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[1]  Publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 10 de febrero de 2014.

[2]  Sin embargo, tal y como lo establece el Acuerdo de la Junta de Coordinación Política tanto el Consejero Presidente como los consejeros electorales al final de la ruta serán electos por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Diputados, de conformidad con el método descrito en dicho Acuerdo. 

[3]  Un dato que es de llamar la atención, es que para la integración del INE podrán participar los consejeros electorales integrantes del Instituto Federal Electoral actualmente en funciones, siempre y cuando, así lo comuniquen por escrito al referido Comité.  En mi opinión dichos consejeros han cumplido eficazmente con su labor por lo que bien pudieron, bajo un transitorio, continuar en su encargo ahora en el INE. 

@fdodiaznaranjo