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El inalterable modelo de comunicación política

Sorpresivamente, en las recién emitidas leyes secundarias en materia político electoral uno de los temas que se dejó sin cambios fue el del modelo de comunicación política. Diseñado desde la reforma constitucional del año 2007, el acceso de los partidos políticos a espacios en radio y televisión en los tiempos que le corresponden al Estado, era uno de los temas que ameritaba una revisión puntual.

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Escrito en OPINIÓN el

Las leyes secundarias en materia político electoral fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación el martes pasado. Sin duda, deben ser analizadas minuciosamente para tener claros los alcances, los retos y las dimensiones de la reforma en esta materia. Varios son los temas que deberán irse abordando a medida que se acerque el inicio del proceso electoral, en octubre de este año. Sin embargo, llama mucho la atención que el tema de medios de comunicación haya permanecido intocado. La única modificación a este modelo fue para otorgar espacios a los candidatos independientes a los que se les otorgará acceso en la misma medida que a los partidos políticos de nuevo ingreso.

Dos efectos producto de este modelo de comunicación política no merecieron la más mínima atención para nuestros legisladores. Me referiré solamente a uno de ellos: la spotización. Mensajes breves, sin ninguna profundidad, distribuidos en las franjas horarias de mayor audiencia a lo largo y ancho del país produciendo cansancio y desinterés en la ciudadanía.

Los legisladores obviaron la necesidad de los electores de contar con más y mejor información respecto a los programas de gobierno, trabajo y propuestas de los partidos políticos, las plataformas electorales y de los propios candidatos en las campañas electorales. Rehusaron privilegiar contenidos y calidad contra cantidad de spots. La política nacional y, particularmente, las campañas electorales seguirán pareciéndose cada vez más a la venta de artículos en tiendas de auto servicio o al posicionamiento mediático de algún producto sin importar que las cualidades que de éste se digan sean imprecisas, falsas o no puedan ser contrastadas. Lo importante es vender el producto. La frivolización de las campañas electorales y la venta de los candidatos a la ciudadanía.

Veamos con números el fenómeno de la spotización. El número de spots diarios de los candidatos durante el Proceso Electoral de 2012 fue abrumador y sólo produjo hartazgo en la ciudadanía. Hagamos cuentas: durante los Procesos Electorales, 48 minutos diarios de los tiempos del Estado son para fines Electorales -la misma previsión establecida en el COFIPE, se encuentra en los artículos 165 y 169 de la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales- 41 minutos diarios para los partidos políticos y 7 para las autoridades electorales (IFE, Institutos Electorales locales hoy Organismos Públicos Locales, TEPJF y Tribunales Electorales locales).

El tiempo al que tienen acceso los partidos políticos se divide, para su uso, en tiempos para mensajes y para spots pero, grosso modo, si fraccionamos esos 41 minutos en spots de 30 segundos, tenemos 96 spots diarios, 82 para los partidos políticos y 14 para las autoridades Electorales. Esos 96 spots diarios, se transmiten, en 2,300 estaciones de radio y canales de televisión en todo el país durante las últimas elecciones, multiplicado por el número de días que duran las campañas, que en el caso de la de Presidente de la República, y ahora también de diputados y senadores, son 90 días, arroja un total de casi 20 millones de spots sólo en campaña. 44 millones de spots si hablamos del Proceso Electoral en su conjunto.

Lo anterior sin contar que, además de tener acceso permanente a espacios en radio y televisión, el artículo 168 de la ley, al igual que lo hacía el COFIPE, establece que a partir del primer día que inicien las precampañas federales, el Instituto Nacional Electoral pondrá a disposición de los partidos políticos dieciocho minutos diarios en cada canal de televisión y estación de radio.

La cantidad de tiempo y la repartición espacios en canales de televisión y estaciones de radio, así como las asignaciones a los partidos políticos no sufrieron ninguna alteración. Era momento de apostar por la calidad, por elevar nivel del debate de los partidos políticos y de los candidatos, de obligarlos a explicar sus conductas en los diversos espacios públicos en los que se han desempeñado, forzarlos a defender un programa de gobierno, una propuesta de campaña y no a conformarnos con que se incluyen como propuestas y programas temas porque es políticamente redituable hacerlo sin tener espacios en los que los ciudadanos recibamos las explicaciones correspondientes que nos permitan sancionar o premiar con nuestro voto a un partido o a un candidato.

La modificación del modelo de comunicación política que pusiera en el centro la información y rendición de cuentas de cara a los ciudadanos ameritaba espacios más largos, pero con menos repeticiones, más fondo que forma, de manera que permitiera exponer claramente los planteamientos de cada partido político y de cada candidato con la única finalidad de dotar al electorado de información veraz y oportuna que le permitiera emitir un voto de forma razonada e informada. Perdimos esa oportunidad en esta reforma. Los ciudadanos estaremos a merced de una spotización creciente desde octubre de este año hasta unos días antes de la jornada electoral en el 2015.

 

@C_Humphrey_J