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El gatopardismo de Morena

El discurso de la "4T" de cambiar al viejo régimen es sólo discurso. Es el gatopardismo de siempre: cambiar para que todo siga igual. | Jorge Ramos Pèrez

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Escrito en OPINIÓN el

Una tarde de 2004, Felipe Calderón estaba eufórico porque cientos de panistas lo ovacionaban en el rancho del empresario Abraham González Uyeda. Furioso, el presidente Vicente Fox lo regañó públicamente y Calderón renunció al gabinete.

Santiago Creel perdió la interna panista y Calderón llegó a la Presidencia. Pero Fox logró hacer senador a Creel y coordinador parlamentario. Lo primero que hizo Calderón fue organizar una revuelta y destronar a Creel, a quien redujeron a soldado raso.

Antes de la primera transición, los líderes del Congreso eran designados desde el Poder Ejecutivo porque al final de cuentas eran mera correa de transmisión. Para Calderón no era de fiar quien había sido el delfìn de Fox y optó por Gustavo Madero, a quien después en el anayismo le aplicaron la misma dosis.

Miguel Barbosa, como senador en la pasada legislatura, fue el opositor al Pacto por México que el chuchismo de los Jesús Ortega y Zambrano empujaron con el régimen de Enrique Peña Nieto. Intentaron quitar a Barbosa la coordinación parlamentaria, pero nunca pudieron. Al final Barbosa acabó en Morena y hoy es gobernador de Puebla. Los chuchos escarban entre los despojos del PRD.

Desde el inicio del sexenio morenista fue más que sabido el pleito entre Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, y Martí Batres, que fue presidente de esa Cámara.

La oportunidad de deshacerse de Martí llegó con el segundo año de la Legislatura. La operación política de un viejo lobo de mar como Monreal le dio el triunfo al zacatecano. La "victoria moral" de Batres fue que la Comisión de Honor de Morena, operada por Yeidckol Polevnsky, acérrima enemiga de Monreal, le diera la razón contra la maniobra de Monreal. La cereza fue que el día de la instalación de la mesa directiva del Senado, Martí abandonó el salón de plenos y dejó a Mónica Fernández rendir protesta sola.

Marko Cortés, presidente del PAN, esperaba ilusamente que Morena y Mario Delgado cumplieran su palabra y así Acción Nacional presidiría el segundo año legislativo en San Lázaro. Pero no. Porfirio Muñoz Ledo dejó en claro días antes que si la mayoría lo decidía se quedaría un año más en la mesa. Y sí, fue el mismo Porfirio que censuró el "golpismo" de Monreal contra Batres el que asestó el golpe al PAN.

Baja California sigue con la guadaña encima de la intentona del gobernador electo de Morena, Jaime Bonilla, de agregar tres añitos más a su minigubernatura de dos años.

Una de las frases que más se recuerdan de Carlos Salinas es la que dijo en un informe de su gobierno en torno a la oposición: ni los veo ni los oigo. Así se llevaban.

Todos estos retazos de historia muestran que el discurso de la "cuarta transformación" de cambiar al viejo régimen es sólo discurso. Es, al fin y al cabo, el gatopardismo de siempre: cambiar para que todo siga igual.

Punto y aparte. La oposición sigue sin entender. La asociación de gobernadores del PAN difundió una fotografía con siete de sus integrantes. No apareció Marko Cortés, quien en sus redes sociales difundió otra imagen donde sí aparece al centro. Se están haciendo trizas internamente. 

Punto final. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que médicos y enfermeras deben comprar de su dinero la medicina que no haya en existencia en los anaqueles de hospitales públicos, tras revelarse una nueva crisis por desabasto de medicinas para niños con cáncer. LA SILLA ROTA habló con Alejandro Macías, miembro de la Academia Nacional de Medicina, y recordó que siempre en todos sus años en el servicio público como doctor ha visto que así sucede, que los mismos médicos adquieran medicamento, que no es algo nuevo en la autodenominada 4T. Macías dijo que si un médico le compra una medicina a un paciente solucionan un problema así, pero no 100. De nuevo, el cambio ofrecido es puro gatopardismo.