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El futuro de la movilidad urbana

El gran reto de los gobiernos locales es diseñar la coexistencia transicional de todas esas nuevas formas de movilidad, sin generar desorden y riesgos. | Martha Delgado

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Escrito en OPINIÓN el

Los autos se han convertido en el enemigo a vencer para tener ciudades más humanas y equitativas. Su uso desmedido ocasiona problemas ambientales severos como la contaminación atmosférica, que a su vez tiene serios efectos negativos sobre la salud de la población y de los ecosistemas, demandando la inversión de importantes recursos públicos para proveerles de infraestructura: señalización, vialidades, estacionamiento, gasolineras, vigilancia, etc.

En la mayoría de los foros sobre movilidad urbana, sustentabilidad y habitabilidad, se pugna por desarrollar mejores sistemas de transporte colectivo, promover el uso de la bicicleta como un modo de transporte, y rescatar los espacios públicos para proveer devolver a los peatones el lugar privilegiado que les corresponde en la cima de la pirámide de la movilidad. Esta semana me encuentro en París en el Foro Mundial del Automóvil, adonde he tenido oportunidad de compartir diferentes visiones sobre el futuro de la movilidad urbana, y los futuros que se debaten, paradójicamente, no son exclusivos para los vehículos motorizados.

Aunque el evento sigue siendo el espacio por excelencia donde las principales marcas presentan sus nuevos autos, las empresas automotrices lejos de defender su producto a capa y espada, parecen estar conscientes de los cambios que se vienen en relación al uso del automóvil en las ciudades. Algunos de los líderes globales de las empresas automotrices manifiestan que están listos para ser parte de la transformación en favor de una mejor movilidad, aunque esto implique la modificación profunda de su mercado. Carlos Tavares, CEO de PSA Group (Peugeot, Citroën, Opel) ha dicho que su compañía ha pasado de estar interesada en la venta de autos, y han pasado a ocuparse de proveer soluciones para la movilidad humana.

Tendencias de movilidad urbana

Este proceso de cambio coincide con algunas tendencias que determinarán la movilidad urbana en un futuro cercano. Mientras en la actualidad la mitad de la población del mundo vive en ciudades, en el año 2050 la población urbana será de casi dos terceras partes, y todos demandarán una movilidad eficiente. Actualmente las ciudades batallan para dividir el uso de la vía entre peatones, ciclistas, transporte público y autos, pero en el futuro inmediato, el desafío será considerar otros modos adicionales: patinetas eléctricas, bicicletas sin anclaje, vehículos autónomos y transporte eléctrico.

El acceso universal a los teléfonos inteligentes, el aumento de nuestras capacidades para el procesamiento de información, así como el desarrollo de tecnologías limpias y de sistemas de movilidad compartidos, son un cocktail de innovaciones que requerirán una minuciosa planeación del espacio, evaluaciones de impacto ambiental, económico y social, y sobre todo, el desarrollo de una legislación ad-hoc para la protección de datos personales, garantizar la seguridad de los usuarios del transporte y de las vías, y el respeto del espacio público.

El nuevo modelo de movilidad en las ciudades debe privilegiar los espacios peatonales como zonas seguras y amplias, libres de obstáculos, conectar el transporte público con una amplia red de ciclovías, e incluir sistemas eficientes de bicicleta pública, y desarrollar velozmente un moderno sistema de transporte colectivo cada vez más limpio, eficiente y seguro.

La tecnología evoluciona tan rápidamente que los vehículos eléctricos son ya una tendencia irreversible en el mundo, y será necesario garantizar que la generación eléctrica se realice cada vez con menos combustibles fósiles e impulsando las energías renovables y otras tecnologías. En Alemania se ha puesto en marcha el primer tren impulsado por hidrógeno del mundo, y en Seúl, Corea, ya se han introducido autobuses a hidrógeno en el sistema de transporte público.

Han irrumpido también sistemas de movilidad innovadores como Uber, empresas de autos compartidos, empresas de bicicletas sin anclaje, y empresas de patinetas eléctricas, que ofrecen a los consumidores una importante ampliación de sus posibilidades de movilidad a precios accesibles. Sin embargo, el gran reto de los gobiernos locales es diseñar la coexistencia transicional de todas esas nuevas formas de movilidad, sin generar desorden y riesgos.

En la Ciudad de México han llegado las bicicletas sin anclaje sin ninguna regulación y ocasionando un uso abusivo de espacios públicos que habían sido respetados hasta hace muy poco tiempo. Imaginemos que así irrumpan las patinetas eléctricas en las banquetas a altas velocidades, que los dueños de bicicletas privadas las estacionen por doquier, o que los vehículos autónomos salgan a dar servicio al mismo tiempo que los no autónomos, o que empecemos a ver drones transportando mercancías en el espacio aéreo local. Todas estas innovaciones deben ser previstas y aprovechadas por los gobiernos. Su gran tarea es la de incentivar una mejor movilidad, establecer reglas claras, comunicar y educar a la comunidad, e invertir en modos de transporte no motorizados y en la recuperación de los espacios públicos.

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