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El Frente, ¿la tercera vía?

Para “Por México al Frente” no será fácil demostrar que no se trata de una alianza pragmática para obtener el poder | Lee la columna de Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

A pesar de todos los pronósticos en contra, el Frente conformado por PAN-PRD-MC logró sortear los obstáculos que se le fueron presentando en el camino y el viernes se registró formalmente ante el Instituto Nacional Electoral, confirmando con ello su participación en los comicios del próximo año y modificando el tablero electoral.

Lo que hace apenas unas semanas se preveía como una cerrada disputa entre el abanderado del PRI-gobierno y el sempiterno candidato “anti-sistema”, hoy se puede convertir en una contienda a tercios como lo revela la última encuesta de Consulta Mitofsky publicada en El Economista, cuyo resultado es sumamente difícil de predecir.

Lee: El candidato del sistema

No debemos perder de vista que la incursión de esta coalición en la arena político-electoral incidirá también en la conformación del congreso federal así como en las elecciones locales en las que estarán en juego 9 gubernaturas (quizá 10, si el Bronco cumple con los requisitos para postularse como candidato independiente) y un significativo número de presidencias municipales además de las respectivas diputaciones.

La resistencia del Frente


Quienes apostaban por el descarrilamiento del Frente a partir de sus diferencias ideológicas, la división al interior del PAN y del PRD así como las embestidas con que intentaban dinamitarlo para polarizar con ello la elección, tienen que reconocer la gran habilidad y capacidad de resistencia mostrada hasta el momento por sus impulsores. Sin embargo, aún está por verse si el ahora denominado “Por México al Frente” logra colocarse en el centro del espectro político con una propuesta claramente diferenciada y atractiva para convertirse en una opción real para la ciudadanía.

Lo que es un hecho es que existe un amplio sector inconforme que no tiene definido el sentido de su voto –de por si cada vez más volátil–, que no se identifica con las alternativas ya conocidas y que se resiste a votar por el “menos malo” por lo que, de no surgir otro proyecto que los convoque, pudieran optar por anular el voto o de plano por no acudir a las urnas.

En el caso de José Antonio Meade, aún con su positiva reputación personal, no deja de representar el mismo modelo económico y, sobre todo, la permanencia de una clase política señalada por sus altos niveles de corrupción y cuyo desempeño ha arrojado saldos negativos por ejemplo en materia de seguridad. Tampoco les termina de convencer Andrés Manuel López Obrador por su intolerancia, la inconsistencia de sus posturas, el simplismo de sus propuestas así como su visión de que sus supuestas virtudes personales bastan para cambiar el rumbo del país.

Los retos de Por México al Frente


No obstante, son muchos los retos que aún tiene que afrontar la coalición ”Por México al Frente” para que, además de convencer a los militantes de los partidos que la integran así como a sus respectivos votantes tradicionales, se logren constituir como una tercera vía a la que se sumen esas ciudadanas y ciudadanos desencantados con la política y que no se sienten representados.

Me parece que tienen dos puntos a favor: haberse decidido a terminar con el pacto de impunidad entre los miembros de la clase política, y que el acuerdo entre los tres partidos vaya más allá de lo electoral para transitar a la conformación de un gobierno de coalición. Pero no será fácil demostrar que no se trata de una alianza pragmática tan sólo para obtener el poder, y que además de las innegables capacidades de Ricardo Anaya que lo convierten en un adversario de cuidado, existe un proyecto serio a partir del reconocimiento de errores y excesos, que recoge las principales preocupaciones de la gente y con propuesta viables para la transformación del país.


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@agus_castilla | @OpinionLSR | @lasillarota