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El fantasma de Calderón persigue a López Obrador

El tamaño de la persecución contra los Calderón, es del tamaño del miedo de López Obrador. | Ricardo Alemán

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Escrito en OPINIÓN el

La desaparición arbitraria de las guarderías y las estancias infantiles, además de la muerte del Seguro Popular –entre otras instituciones destruidas por el actual gobierno–, son parte de la venganza del presidente Obrador contra el ex presidente Felipe Calderón.

Y la historia de esa venganza comenzó el primer día de la victoria electoral de Obrador –aún no asumía legalmente el poder–, cuando “los hombres del presidente” fraguaron la manera en que detendrían los afanes presidenciales de Margarita Zavala y el activismo de su esposo, el ex presidente Calderón.

Con esa consigna, “los genios” que soplan al oído del actual presidente mexicano cavilaron la brillante idea de destruir todo aquello que recordara a los Calderón-Zavala entre los ciudadanos, al tiempo que revivieron todo lo que pudiera servir para el descrédito de la antaño pareja presidencial y que hogaño hace todo para la construcción del Partido México Libre.

Por eso la destrucción del NAIM, del Seguro Popular, de las estancias infantiles y de otras instituciones que se gestaron en el gobierno de Calderón. El NAIM, por cierto, no habría sido posible sin el acertado cálculo político del ex presidente, quien adquirió casi en secreto los polígonos de tierra necesarios para el nuevo aeropuerto.

Y la maniobra se llevó a cabo de manera callada, para no repetir el error del gobierno de Vicente Fox, quien en su intento por construir una nueva terminal aérea debió enfrentar a los macheteros de Atenco.

Pero no, la persecución contra la pareja Zavala-Calderón no es sólo una pulsión emocional y vengativa de López Obrador. También es parte del fino olfato y del cálculo electoral de ese animal político –en rigor aristotélico–, que hoy despacha en Palacio Nacional.

Y es que desde el retiro de Margarita Zavala de la contienda presidencial –a la que llegó como candidata independiente luego que el PAN le cerró la puerta–, Obrador sabía que la ex pareja presidencial construiría su propio partido político, recurso al que el propio Obrador acudió cuando se agotaron sus oportunidades presidenciales en el PRD, el PT y Convergencia.

En efecto, igual que lo hizo López Obrador para acceder al poder, los Calderón-Zavala construyen su partido, apoyados en la popularidad que aún los acompaña –por el exitoso gobierno que encabezaron–, y por el contraste del fallido gobierno de Obrador, al que persigue el descrédito.

En pocas palabras, los “hombres del presidente” entendieron que con la construcción del NAIM, con el creciente reconocimiento al Seguro Popular y con una red ciudadana de millones de personas a través de las estancias y las guarderías, la pareja Zavala-Calderón tendrían un instrumento invaluable no sólo para construir el Partido México Libre, sino para regresar al poder en la presidencial de 2024.

Y, también por eso, los “genios” que soplan al oído del presidente Obrador reactivaron el activismo a favor de las víctimas de la Guardería ABC; por eso revivieron la calumnia del supuesto alcoholismo de Calderón, por eso la presunta y engañosa detención del hijo de Margarita y Felipe y por eso se dieron inventos discursivos como el que supone que detrás de la protesta de la Policía Federal, estaba Felipe Calderón.

Más aún, en días recientes arreció la persecución contra los esfuerzos de los Calderón por crear el Partido México Libre. Y es que, de manera burda y vulgar, el gobierno municipal de Morena en Naucalpan hizo todo para impedir la asamblea legal que se llevaría a cabo en ese municipio.

La autoridad municipal bloqueó las calles de acceso a la asamblea, cortó el suministro eléctrico y clausuró el local donde se llevaría a cabo el encuentro para formar el Partido México Libre. Aún así, la asamblea se llevó a cabo.

Horas después, la policía de Ciudad de México –gobernada por Morena–, llevó presos a dos activistas del naciente partido de los Calderón. ¿La razón? Que los detenidos recolectaban firmas de apoyo al partido.

Es decir, los gobiernos de Morena regresan a los tiempos de la incivilidad política, cuando el PRI perseguía a los opositores y cuando hacer propaganda para formar un nuevo partido era un delito que ameritaba cárcel.

Sin embargo, la persecución ordenada desde el gobierno de Obrador contra Margarita Zavala y Felipe Calderón –y contra todos los que construyen México Libre-, sólo ha conseguido una mayor visibilidad al nuevo partido y confirma que el tamaño de la persecución contra los Calderón, es del tamaño del miedo de López Obrador.

Y el riesgo es que en Morena pasen del miedo a las locuras.

Al tiempo.