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El Evangelio según San Chairo

Necesitamos más astucia en nuestras resistencias y oposiciones. Necesitamos ser héroes por más de un día. O tal vez siempre. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

Una consulta pública realizada fuera de marcos institucionales autónomos, o sea, el Instituto Estatal Electoral de Baja California, rechazó una inversión multimillonaria muy avanzada al sur de Mexicali: una gigantesca cervecera propiedad del consorcio Constellation Brands. La decisión mete incertidumbre en la economía, en el peor momento. Los opositores aseguran que dejarían sin agua a la comunidad y que esa es la práctica regular de las empresas cerveceras, refresqueras y embotelladoras de agua. Es probable que tengan razón, lo que resulta absurdo es que una empresa con permisos aprobados, invierta cientos de millones de dólares y cuando está cerca de la terminación de su fábrica se le cancele la inversión, luego recurra a mecanismos legales y al final termine indemnizada, contagiando un ambiente de incertidumbre a todo el país. Cancelar Constellation Brands en Mexicali, no resuelve el problema del agua en el resto de las embotelladoras del país, no es ningún logro ambientalista, sino la certeza de que no discutiremos el problema de fondo que es el acceso al agua.

En este momento podría salir a la calle con cualquier argumento en contra del capitalismo y decir que el Coronavirus es un invento de los grandes laboratorios. Con el cinismo del presidente frente a esta enfermedad, seguro me haría de muchos adeptos.

La cancelación de la inversión de Constellation Brands se parece tanto a la incertidumbre que se ha sembrado en Ciudad de México en materia de inversiones.

En teoría, el Gobierno de Ciudad de México consolida acuerdos para fomentar la inversión, y dice ser el mayor generador de empleos en el país. Hasta el Coronavirus, sólo faltaba usar la expresión, ‘vamos requetebien’. En la práctica, la incertidumbre nace de un axioma: todo lo que sucedió en el pasado fue corrupción.

En la Secretaría de Movilidad persiguen a las Startups de Movilidad como Servicio, por la simple sospecha de que hicieron arreglos con el gobierno pasado. En la de Desarrollo Urbano y Vivienda revocan permisos, paralizan trámites, gestionan clausuras, por la sombra de la corrupción, pero no revocan la normatividad que dio lugar a los permisos que consideran “sucios”.

Esta especulación sobre la corrupción, no deja de ser eso mientras no haya persecución de acciones concretas y ni modificación de las reglas del juego para facilitar trámites, no para complicarlos que es donde se produce la corrupción.

Dentro de esas especulaciones dominantes en los actuales gobiernos están las referidas a las ganancias privadas. No toda empresa es rentable, no toda empresa está en números negros, no toda empresa tiene liquidez. Claro que la situación ideal es la liquidez, los retornos sobre la inversión y las utilidades, pero en la práctica muchas empresas viven siempre al día. Cuando llegan gobiernos “de izquierda” a pedir cooperaciones de las empresas para ciertas acciones de interés del gobernante en turno, y esto es práctica común, creen que es muy fácil sacar un cheque y apoyar la ocurrencia.

Por décadas alimentamos una visión sesgada de la realidad entre las voces críticas. Ahora es muy fácil combatir la innovación so pretexto de la legalidad (la Secretaría de Movilidad persiguiendo un servicio de transporte ejecutivo a Santa Fe, por ejemplo); ahora es muy fácil vilipendiar la publicidad exterior, sin valorar su rol en la economía; el desarrollo urbano y hasta la fabricación de cerveza, so pretexto de causas sociales, sin medir las verdaderas consecuencias. La visión chaira de la vida.

La cancelación del aeropuerto de Texcoco ha costado tanto en la liquidación anticipada de bonos, como en la incertidumbre; las indemnizaciones a Constellation Brands pasarán por el mismo proceso; en Ciudad de México vivimos desempleo e inseguridad, pero con la boca abierta y la baba escurriendo, en el gobierno aún se preguntan por qué.

Esta visión de la vida ya no tiene más cabida. Los actuales funcionarios, sean de Ciudad de México, de Baja California o Federales, deben confrontar sus ideas con la realidad. Modificar reglas si es necesario, pero con certidumbre. Necesitamos encauzar mejor nuestras oposiciones: no cancelar la cervecera de Mexicali, sino condicionar los consumos de agua de Constellation Brands; primero el agua de la comunidad y luego la de la cervecera, no al revés... en Mexicali y en donde sea.

Urge que pongamos orden en nuestras cabezas y en nuestras batallas. El Lago de Texcoco no hace la cuenca. Rescatar el Lago de Texcoco no es ser ambientalista, enfocarnos a la cuenca lo es, y con una estrategia habrá los recursos necesarios para comenzar el rescate desde el parteaguas y no sólo de la parte baja.

Urge combatir la corrupción pero también dotar de vivienda y servicios a cientos de miles de personas, urge definir reglas simples para el desarrollo inmobiliario, detonar las inversiones, pero a la vez proteger los barrios, el espacio público, así como la convivencia entre los nuevos desarrollos y los preexistentes, sin expulsar población. 

Cada que creemos ser héroes por un día, como dice la canción de David Bowie, somos, en efecto héroes por un día, pero solamente por un día. Necesitamos más astucia en nuestras resistencias y oposiciones. Necesitamos ser héroes por más de un día. O tal vez siempre.