Main logo

El enojo del periodista

Hoy se acabaron los privilegios y su postura cambió, al grado de atacar al hijo del secretario de la Defensa Nacional. | César Gutiérrez

Por
Escrito en OPINIÓN el

Como hemos podido observar, en últimas fechas se han desatado un gran número de críticas de diferentes opinólogos en contra de las Fuerzas Armadas, las cuales analizaremos de la manera siguiente.

Se considera que la definición de nepotismo es: “…el trato de favor por el que un funcionario o empleado público otorga un puesto, concesión o concurso público a un amigo o familiar…”. En la crítica señalan unos supuestos beneficios, negocios y privilegios por realizar el cumplimiento de responsabilidades primarias de las secretarías de Seguridad y de Comunicaciones y Transportes e incluso se menciona una cooptación de jefes militares. Todo esto suena muy temerario porque no se precisa el modo, tiempo y lugar o incluso un señalamiento directo como ha sucedido en otros casos para evidenciar el nepotismo.

De repente se cambia el contexto y se habla de un familiar del General Sandoval, que no tiene nada que ver con el tema anterior, sin embargo, ahora es un pecado que entre a trabajar al CNI (Centro Nacional de Inteligencia), y se le etiqueta como nepotismo, sin una prueba plena que demuestre de manera fehaciente que le fue regalado un cargo sin tener la capacidad.

Siendo más claros, el hecho de que utilicen al hijo del general secretario para acusarlo de corrupto es lo que más me molesta, ya que es la tercera vez que Raymundo Riva Palacio utiliza el argumento de que el hijo del secretario estudió en el Colegio de Defensa. Eso es falso. Quien le pasó el dato lo hizo de forma incorrecta y dolosa. Su hijo estudió en el CESNAV (Centro de Estudios Superiores Navales), terminó hace cerca de dos años dichos estudios; y la solicitud de ingreso la hizo incluso antes de que su padre fuera Secretario de la Defensa Nacional. Le mandaré la información para que no siga cometiendo errores tan obvios por que lo único que demuestran es que quien le escribe las columnas para su firma no tuvo el rigor de verificar la información; lo que hace que su nota no solo sea incorrecta, si no también dudosa. Su molestia viene por la aclaración que le hizo la Secretaria de la Defensa Nacional a publicaciones incorrectas y tergiversadas. Tal vez recuerde aquellos tiempos en que era invitado a desayunar a la Quinta Galeana de forma personal y con tantas deferencias, donde siempre salía contento y apapachado. Vaya tiempos aquellos diría el buen Raymundo, ya que su amistad con algunos ex titulares de la defensa nacional lo hacían uno de los consentidos en el gremio. Hoy lamentablemente se acabaron esos privilegios y su postura cambió, al grado de atacar al hijo del secretario de la Defensa Nacional e inventar que estudió en el colegio de defensa siendo esto totalmente falso.  

En lo particular es una simple opinión de desacuerdo porque quizá busca algún beneficio. Caso contrario de un periodismo serio e imparcial.

Más adelante, habla del proyecto del Tren Maya, donde critica nuevamente el por qué el Ejército interviene, pero él mismo menciona la problemática de que existe personal armado en campamentos clandestinos. Por este motivo, se convierte en un tema de seguridad nacional y de orden interno, luego entonces ¿por qué no podrían intervenir si está fuera del ámbito de la seguridad pública?

Lo que se aprecia es que el crítico desconoce totalmente las misiones generales del Ejército, así como la Ley Orgánica del Ejército y FAM; que establece las facultades y atribuciones, después habla de una supuesta encuesta para medir el pulso de los soldados. En primer lugar, es impreciso el dato porque dentro del Ejército existen escalafones donde se encuadra el personal de tropa, oficiales, Jefes y Generales.No define y tergiversa la aseveración ya que, ¿quiénes o cuáles soldados son los que están en desacuerdo? Por otra parte, en el Ejército se dan y se cumplen órdenes, no hay cabida al incumplimiento de una tarea, en caso de una falta o delito se denuncia ante la autoridad correspondiente que tenga que intervenir. Después de esta aclaración podemos observar de manera plena la ignorancia de este crítico en todo su esplendor y su tendencia amarillista.  

Es lamentable que este tipo de crítica trate de hacer creer que la incondicionalidad es igual a la lealtad institucional. La gran diferencia es que en el Ejército no se regalan los grados ni los cargos, se obtienen conforme avanzan en su ruta profesional. Caso contrario en el medio civil, en donde hoy eres secretario, director o gerente y cuando cambia el sexenio –ya no eres nadie–. Llega otro con su incondicionalidad y desbanca a otros, -incluso- venden su conciencia o dignidad, como lo sucedido en la famosa Estafa Maestra. 

Hoy más que nunca, los corruptos lloran porque no han logrado traspasar la muralla hecha con el arduo trabajo del día a día que realiza el personal militar. Hoy todos los funcionarios son observados en cada uno de sus movimientos.

Cabe mencionar que NO es permisible que se cometa perjurio en contra de las Fuerzas Armadas sólo para responder a fines partidistas u objetivos perversos. Los mexicanos bien nacidos saben respetar a esta noble institución. Como me gustaría ver a estos críticos bajo un régimen o dictadura de tiempos actuales que existen en otros países –a ver si es cierto que estarían diciendo tantas sandeces o verborrea en contra de su propio Ejército–. Por supuesto, cuando llegan a otros lugares se les baja mágicamente esa valentía que expresan en México. 

Es necesario que hoy los mexicanos seamos respetuosos de quienes entregan su valioso trabajo para velar por la seguridad y el crecimiento de nuestro país, porque son parte de nuestra identidad a nivel nacional e internacional. Seamos diferentes para mejorar, no para destruir. Sabemos de antemano que actualmente la política en las curules ha sido otorgada al mejor postor, y utilizada ya sea para votar en favor o en contra, para ayudar o para castigar.

Hoy el poder ejecutivo se ha percatado que nuestro Ejército es sin duda la piedra angular para mantener el control de este país, debido a que no todos cumplen y están comprometidos con el proyecto de nación. Hay muchos que siguen ocultando información, y lamentablemente no se han realizado las acciones necesarias para abatir la corrupción generada por las diferentes problemáticas en cada una de las secretarías.

El hoy, requiere ponerse el overol y no solo ser imagen de la 4T. Hoy todos los funcionarios públicos deben comenzar a trabajar coordinados, darle la información fidedigna al ejecutivo de sus diagnósticos. Es necesario que sus propuestas realmente arrojen soluciones a corto, mediano y largo plazo, y no solo se pongan hacer recortes como la actual Secretaria de Educación Pública, y a decir que hay huachicoleo de cuello blanco, pero sin tener responsables que estén enfrentando un proceso judicial con pruebas válidas y no suposiciones, como el actual director de Pemex.  

Por último, no puedo dejar de mencionar el video que circula en redes sociales y medios de comunicación de todo el país. En éste vemos a elementos militares, en el estado de Nayarit, haciéndole saber al M3 sicario del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) el conocimiento sus derechos, y presentándose como elementos del Ejército Mexicano; que será puesto a disposición ante las autoridades competentes y que se le respetara su vida y sus derechos humanos.

Me encantaría saber qué tienen que decir todos los pseudo luchadores de derechos humanos y los supuestos especialistas en seguridad, ya que solo los escucho opinar cuando se trata de atacar a las Fuerzas Armadas. En la refriega resultó herido un sargento del Ejército Mexicano, y los presuntos delincuentes traían consigo lanza granadas, bazucas, granadas, armas largas y municiones suficientes para hacer frente a los elementos militares. Sin embargo, con todo esto, se detuvo a los delincuentes, se les respetaron sus derechos humanos, y se puso a salvo a la población civil. ¿Tienen algo que opinar o solo lo hacen cuando hay que atacar a los militares? No los escucho criticar a los delincuentes y mucho menos a los mandos policiacos.