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El énfasis del IPCC en la lucha conjunta por el clima y el aire

El Informe del IPCC enfatiza la necesidad de reducir los contaminantes que pueden mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire. | Daniela García Aguirre*

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Escrito en OPINIÓN el

Uno de los aspectos innovadores del Sexto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) es que enfatiza por primera vez la necesidad de reducir aquellos contaminantes que pueden mitigar el cambio climático y, al mismo tiempo, mejorar la calidad del aire. 

Se trata de los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), compuestos que calientan el planeta en escalas de tiempo más cortas —de días a años— que los gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono, cuyo efecto climático dura décadas, siglos o más.

Los CCVC más conocidos son el carbono negro (pequeñas partículas producidas por la quema de diésel, biocombustibles y biomasa), el metano (que tiene un alto efecto en el calentamiento de la Tierra y es precursor de otros contaminantes), el ozono troposférico y los hidrofluorocarbonos (HFC).

El informe da cuenta de sus principales fuentes de emisión —entre ellas los sectores energéticos, industrial y de transporte, que tienen altos impactos climáticos a escalas de 50 a 100 años— y de sus concentraciones en los diferentes escenarios de mitigación planteados. 

Estos contaminantes causan entre el 30 y 45 por ciento del calentamiento global y degradan la calidad del aire, afectando la salud de las poblaciones más vulnerables del mundo y de los ecosistemas.

Sus emisiones van en aumento. Según el informe, las de carbono negro, por ejemplo, se han casi duplicado en los últimos 70 años debido en parte a la quema de biomasa al aire libre en prácticas agrícolas, particularmente en América Latina, y a los incendios forestales, que afectan el clima y la calidad del aire en las ciudades cercanas. 

Asimismo, el IPCC evidencia que el uso (aún alto) del carbón en la generación de energía y en la industria —así como la falta de avances en el control de motores a diésel en Asia, África y América Latina— contribuyen al 90 por ciento de las emisiones del carbono negro antropogénico en países no pertenecientes a la OCDE. 

El IPCC también proyecta un crecimiento rápido de las emisiones de metano en África, Oriente Medio y América Latina vinculado a la agricultura y a la explotación de gas y petróleo. Sin embargo, estudios recientes sostienen que es viable una mitigación rápida de este gas, incluso en más del 50% de sus emisiones. 

En ese sentido, el informe es esperanzador en al menos tres aspectos: 

1. El sustento científico es contundente en sostener que la mitigación de los CCVC tiene un rol protagónico en la mitigación de la crisis climática y en la mejora de la calidad del aire. 

2. Las políticas climáticas que buscan mantener la temperatura media del planeta por debajo de los 2ºC sirven a la vez para reducir las emisiones de algunos CCVC. Son las dos caras de una misma moneda. 

3. La mitigación de los CCVC tiene impactos locales a corto plazo en favor del clima, por lo que las políticas climáticas que carecen de medidas de control de la contaminación atmosférica tienen impactos a corto plazo en el calentamiento a escala local. 

En suma, el Sexto Informe del IPCC afirma con gran certeza que, como medidas separadas, la reducción de los GEI y la de los CCVC no son suficientes para mitigar la crisis climática y mejorar la calidad del aire. Pero en los escenarios que combinan esfuerzos para reducir ambos tipos de contaminantes, los expertos y expertas prevén para 2040 altos beneficios en el clima. 

Aunque los resultados climáticos de esas medidas serán visibles en 20 o 30 años, aportarán rápidamente a mejorar la calidad del aire, un problema que aqueja día a día a las grandes ciudades, principalmente de los países en desarrollo.

* Daniela García Aguirre es abogada, ingeniera ambiental y Becaria de la Iniciativa de Aire Limpio de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA).