Main logo

El enemigo a vencer

Para López el enemigo a vencer es el “neoliberalismo”, al haber declarado “formalmente” el fin del neoliberalismo, se pone una soga al cuello. | Francisco Rivas

Por
Escrito en OPINIÓN el

El pasado 20 de marzo, el Observatorio Nacional Ciudadano presentó el documento Del Dicho al Hecho, La Seguridad en Voz de Peña Nieto, Lecciones de su sexenio, en el que realizamos un análisis de cómo, desde la construcción de los mensajes en materia de seguridad y justicia, se desdoblaron las políticas públicas y la transformación legislativa a lo largo de la administración del expresidente Peña.

Desde el inicio de su sexenio, Peña intentó distanciarse de su antecesor al proponer e insistir en una reacción sustentada en inteligencia, actuada de manera quirúrgica mientras se privilegiaba la prevención. Los resultados del estudio concluyen que la estrategia permaneció siendo reactiva, la definición de políticas imprecisas y la medición de resultados construida para tratar de mandar el mensaje de que las cosas iban mejorando.

Mientras que al inicio de su mandato -cuando el homicidio doloso se mantuvo a la baja- Peña fue claro y concreto para hablar de incidencia delictiva. A partir de 2016, cuando el comportamiento de la incidencia de homicidio doloso y otros delitos comenzó una escalada sin fin, su comunicación fue menos clara y precisa.

Menos clara fue la definición del problema a vencer y la etiqueta “delincuencia organizada” se transformó en “criminales”, “bandas”, “delincuentes” e incluso “narcotráfico”.

Pese al discurso de atender las causas y no sólo los efectos, la búsqueda de la paz se intentó a través de la creación de la Gendarmería y la aprobación de la Ley de Seguridad Interior.

A lo largo del sexenio fue consistente en la confusión de procesos con resultados, la aprobación de una ley o la puesta en marcha de un programa eran anunciados como resultados. De igual forma, ante la mínima reducción de un delito, el gobierno federal salió a cantar fácilmente victoria.

Si bien resulta complejo calificar una administración, que el sexenio haya terminado con un récord negativo tras otro en incidencia de homicidio doloso, secuestro, extorsión, robo con violencia, robo a negocio, robo de hidrocarburo y narcomenudeo, y que las instituciones de seguridad y justicia se encontrasen más debilitadas de como las recibió, sin duda es una mala señal.

¿Qué debemos aprender?

Entre las varias lecciones que, Del Dicho al Hecho, La Seguridad en Voz de Peña Nieto nos transmite, me parece fundamental señalar tres:

·         Celebrar la baja de incidencia de algún delito en particular por un periodo limitado, lejos de ser positivo, vulnera la confianza ciudadana.

·         Es fundamental ser claro sobre qué fenómenos delictivos y sociales se quieren atender.

·         Desarrollar sistemas de mediciones de procesos y resultados que sean objetivos y consistentes sobre cada política pública.

A casi cuatro meses del inicio de su mandato, el presidente López ya ha repetido muchos de los errores del pasado: justificó la creación de la Guardia Nacional con los mismos argumentos que Peña usó para la Gendarmería y la Ley de Seguridad Interior. Salió a anunciar logros en diciembre que luego no se pudieron sustentar y en enero aseguró que él tenía los datos que demostraban que los delitos iban a la baja pese a que todo creció de manera significativa. No ha explicado sistemas de medición para sus políticas, pero, sobre todo, ha definido de manera abstracta y con argumentos falsos al enemigo.

Para López el enemigo a vencer es el “neoliberalismo”, este produce desde corrupción, hasta violencia.

Si bien no hay ninguna prueba de ello a nivel nacional ni internacional –la mayor parte de países que promueven un mercado abierto no tienen problemas de violencia-, al haber declarado en días pasados “formalmente” el fin del neoliberalismo, se pone una soga al cuello.

La gran popularidad de López ha permitido que los comentarios hechos al aire, que resultan a posteriori, falsos, no tengan consecuencias. Sin embargo, definir al libre mercado como el enemigo a vencer tendrá consecuencias graves, ya que, si lo ataca, afecta la economía y el bienestar de por lo menos 50% de los mexicanos, si lo promueve, entonces estará promoviendo corrupción y violencia, lo que contrasta con sus discursos de los últimos 18 años.

Seamos serios en el combate a la corrupción

@frarivasCoL  | @OpinionLSR | @lasillarota