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El empoderamiento de los verdes

Los militares han sido el caballito de batalla de la 4T, han sabido cobijar al presidente y lo han tratado como su comandante supremo. | César Gutiérrez

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Escrito en OPINIÓN el

La traición, soberbia y avaricia son los principales factores que han provocado la lucha de poder dentro del gabinete. Las recientes renuncias demuestran que muchos agitadores, bufones y arlequines le echen tierra hasta a sus mismos compañeros. La filtración de la llamada telefónica del secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo Manzur, demuestra su enojo contra la famosa “Cuarta Transformación” en donde declara que existen “luchas de poder” dentro del gabinete, y señala que la Cuarta Transformación “no tiene como tal un objetivo claro y está llena de contradicciones”, además acusó que ha sido objeto de bloqueo y conflictos de interés por parte del jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo. 

La división en el gabinete federal y traiciones no es nada nuevo, en columnas anteriores he manifestado que muchos altos funcionarios que integran los tres poderes, solo están para cobrar, no supervisan, no revisan el cumplimiento de las instrucciones, violan derechos laborales, hacen coperachas  para la rifa del avión, hacen contratos sin licitación transparente, -tal es el caso del acero del ex aeropuerto de Texcoco-. Incluso hasta realizan proselitismo para ser los próximos candidatos a gobernadores. No tienen visión del impacto de sus malas decisiones que hoy tiene sumido a México con tantos problemas -sobre todo maquillan datos para dar resultados ante la opinión pública y al presidente- a sabiendas que los defenderá a capa y espada sobre su verdad, aunque sea un error evidente.

Toda esta serie de falsedades es lo que genera polémica entre los mexicanos de a pie, estamos pasando por un momento crítico, entre familiares fallecidos o enfermos por el covid-19, así como las burlas y aplanado de la curva de Gatell, la falta de trabajo, la falta de reactivación de la economía, los asaltos con violencia, el bombardeo de publicidad de la aprehensión del “Marro” para borrar el operativo fallido de Durazo con Ovidio, además de la impunidad de Emilio Lozoya al no pisar el reclusorio y hasta firmar ante el juzgado por vía correo electrónico. 

Aunado a la falta de organización de algunas dependencias para atender al público, lo cual es ¡nefasto! Tuvieron desde marzo para crear lo necesario, para sacar un proyecto que agilice los diversos trámites que se requieren en todo México, y ahora forman parte del problema, al provocar más aglomeraciones que aumentará muy seguramente el número de contagios y fallecimientos. Todas estas negligencias y actuación pestilente de ciertos funcionarios de diversos niveles del gobierno en general son los que tienen sumido al país en decadencia. Debemos ser realistas para exigir que se comiencen a dar soluciones que impacten al progreso del país. ¡De qué sirve un gran plan estratégico si no existe la supervisión y el personal idóneo que lo lleve a cabo!

Hoy se ha hecho de la toma de protesta un acto protocolario, que sirve únicamente para asumir el cargo. México hoy requiere servidores públicos que comiencen a trabajar para el progreso del país, que dejen la simulación y de maquillar datos para justificar que trabajan. Hoy México requiere un control y seguimiento de la rendición de cuentas con transparencia.

La impunidad comienza desde el momento que no se audita con indicadores medibles y alcanzables para revisar el desempeño de cualquier funcionario, cuando no se atienden las denuncias y comienza el enriquecimiento ilícito inexplicable, los corruptos no deben finalizar sus períodos sin ser cuestionados por la función pública de sus errores y abusos que hayan cometido.

Hemos observado cómo los pleitos y fallas en el gabinete se dan por la lucha de poder interna en los diversos grupos de poder que forman parte de la 4T, pero entendamos que la transformación del presidente no es forzosamente equiparable a los intereses políticos de muchos de los miembros que forman parte de su equipo de trabajo y del partido MORENA. Hemos podido observar como el fuego amigo es el pan de cada día, ya que no se necesita ser un genio para visualizar las filtraciones que se dan a diferentes medios, periodistas y youtubers, dependiendo quien filtre la información. 

Curiosamente en todos estos pleitos de políticos y altos funcionarios hay una característica que no pasa desapercibida por nadie y es el empoderamiento de los verdes. Sí, de los militares, los cuales han sido el caballito de batalla de la 4T, han sabido cobijar al presidente de la república y lo han tratado como su comandante supremo, ya que estar bajo la protección de los verdes, es mucho más cálido de lo que cualquiera pueda imaginar. Esa calidez que siente el señor presidente lo ha convencido que el apoyo que necesita está en el verde militar, ya que cada que surge un problema que parecería imposible de solucionar, los del verde olivo, los pixelados, los de los modos bruscos y toscos, siempre tienen la solución al problema, además de que no ponen pretextos y siempre hay más de una solución a aquello que parecía imposible de solucionar.

El presidente se siente cuidado y protegido por los que ya no son más asesinos y represores del pueblo, ya que ahora son sus soldados, su Ejército, sus generales, su caballito de batalla, que no se queja, no hace manifestaciones, no reclama, no se enferma, no es oposición y simplemente si hay una oveja descarriada que quiera quejarse o alzar la voz, el mismo gremio, leyes y reglamentos militares lo somete rápidamente y lo hace regresar al buen camino dictado por el alto mando y su comandante supremo.

El general secretario ha demostrado que vale más ser astuto que fuerte, ha demostrado también que la imagen que el presidente de la república tenía del Ejército era equivocada. Convenció al comandante supremo de que un Ejército fuerte es mucho más rentable que convertirlo en Guardia Nacional. Ha ido ganando terreno y se ha convertido en indispensable en el gabinete y en la toma de decisiones de la presidencia de la república. Asimismo, el hecho de que el Almirante Secretario tenga un perfil más bajo, de trabajo y férrea disciplina naval, ha ayudado mucho a empoderar su posición. Como buen militar, proveniente del arma de caballería sabe planear los escenarios futuros y tener más de una solución ante cualquier problema que surja, como lo pudimos observar con el operativo y detención del “Marro” en Guanajuato, donde él tomó el control personalmente, y no permitió que el secretario Alfonso Durazo participara en la parte operativa, como pasó con la fallida detención de Ovidio Guzmán, que dio como resultado el Culiacanazo. 

Pudimos ver el reclamo del general secretario en la mañanera y frente al presidente, a los órganos de impartición de justicia, a los jueces y fiscales, exigiéndoles que hagan su trabajo. Siendo claros, el tono fue fuerte, un reclamo directo y justo, y que viniendo de un militar sería peligrosísimo y todo un escándalo mediático, de no ser por el hecho de que lo realizó en presencia del comandante supremo, lo que significa que fue autorizado e incluso sugerido por quien gobierna este país.

Por último, hoy todos los mexicanos, tanto los que trabajan en el sector público, como los que trabajamos en el sector privado e informales, soldados y marinos, necesitamos ser solidarios y enfrentar a los malos mexicanos que nos aquejan con todos los problemas sociales, económicos y de seguridad. Apoyemos a nuestras Fuerzas Armadas que están cumpliendo un mandato presidencial, apoyemos a nuestros doctores y enfermeras que combaten día a día al covid-19, apoyemos a los pequeños empresarios que arriesgan su patrimonio y generan empleos, denunciemos la corrupción de cualquier funcionario.

Exijamos una verdadera eficacia y efectividad en la prevención del delito y la procuración de justicia, extirpemos la falta de sensibilidad de quienes les pagamos su sueldo con nuestros impuestos, tratemos de ser objetivos. O se aplica el Estado de Derecho, o esto se va a la basura. Seamos productivos para el país y no unos parásitos de la sociedad, como dijo John F. Kennedy, “no preguntes qué puede hacer tu país por ti, si no qué puedes hacer tú por tu país”.