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El derecho a la identidad de género

Las personas no forzosamente tienen que vivir conforme al sexo que se les asignó durante su nacimiento. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

El no poder lograr que te llamen por tu nombre a pesar de que toda una vida lo has portado y defendido. El no inscribirte a cursar una licenciatura o la preparatoria por la imposibilidad de que te reconozcan como eres y no avalen tus estudios. El no trabajar porque se niegan a aceptarte a pesar de que tienes muchas capacidades y anhelos de contribuir con tus ideas a mejorar el desarrollo de un equipo de trabajo son las realidades a las que se enfrentan día con día miles de personas trans en nuestro país.

Algunas de ellas, optan por restringir su identidad de género para poder conseguir un empleo. Alguna vez, una chica trans me comentó que para poder conseguir un trabajo como personal de seguridad tuvo que cortarse la larga cabellera que había cuidado por años y borrar de su cuerpo cualquier indicio de femineidad. Para ella, esto representaba un suplicio en su día con día, pero no tenía muchas opciones, y si muchas necesidades económicas.  El único día que podía ser ella, era su día de descanso.

Muchas otras chicas trans no han podido culminar sus estudios porque su apariencia corporal no corresponde a la de sus documentos legales y no se les reconoce su identidad social. Lo que significa que no les llaman por su nombre, sino por el que aparece en su documentación oficial. El no reconocerles como mujeres, deriva en la prohibición de ingresar a los sanitarios para mujeres, e incluso, la imposibilidad de poder utilizar la ropa que visten de manera habitual.

La identidad de género se refiere al concepto que se tiene de uno mismo como ser sexual y de los sentimientos que esto conlleva; se relaciona con cómo vivimos y sentimos nuestro cuerpo desde la experiencia personal y cómo lo llevamos al ámbito público, es decir, con el resto de las personas. Se trata de la forma individual e interna de vivir el género, la cual podría o no corresponder con el sexo con el que nacimos. E incluye la libertad de modificar la apariencia o la función corporal a través de roles sociales de género, técnicas médicas, quirúrgicas o de otra índole.

Lo anterior, implica reconocer que las personas no forzosamente tienen que vivir conforme al sexo que se les asignó durante su nacimiento, pues este no podría ser con el que ellas se identifican.

Sin embargo, debido a que en sus actas de nacimiento se ha establecido un sexo, legalmente sólo se reconoce ese a pesar de que la persona no esté de acuerdo con ello.

Identidad de género


Por esa razón, por décadas, las poblaciones trans han exigido la posibilidad de modificar sus actas de nacimiento a fin de que éstas reconozcan su identidad de género. El camino ha sido largo, incluso ha llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y generó un debate sobre la posibilidad de los cambios en las actas de nacimiento en lo referente a la categoría de sexo, sin que se tuviera que apostillar el acta original. Es decir, que no quedara rastro de la modificación a fin de que la persona no fuera sujeta a un acto de discriminación por esa razón.

El fallo fue favorable para quien lo interpuso y abrió el debate sobre si para lograr una modificación en el acta de nacimiento para el reconocimiento de la identidad de género era necesario someterse a pruebas psicológicas y médicas que avalaran el deseo de ese cambio.

Al paso del tiempo se demostró que un aval médico y psicológico no era necesario y dicho trámite dejo de ser costoso y tardado para convertirse en un mero paso administrativo en los juzgados del Registro Civil de la Ciudad de México.

Este espíritu ha llegado a otras entidades de la República Mexicana como Coahuila, Michoacán y Nayarit, y el pasado jueves, Hidalgo, donde el Congreso aprobó los cambios necesarios al Código Civil y la Ley para la Familia locales para permitir a las personas mayores de 18 años cambiar sus actas de nacimiento en lo referente a la categoría de sexo como un mero acto administrativo y salvaguardar su certificado de nacimiento anterior a fin de que este sea confidencial.

Sin embargo, aún restan 27 estados por reconocer el derecho al reconocimiento legal de la identidad de género; está pendiente el debate sobre la posibilidad de que este cambio lo realicen menores de edad y aún hay muchos rezagos en materia de discriminación y violencia hacia las personas trans, uno de los sectores sociales con mayores índices de discriminación y vulnerabilidad en el país.

Siempre por ellas

@leonardobastida | @OpinionLSR | @lasillarota