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El circo de Duarte

Más aún, abundan las evidencias –en el expediente respectivo-, que apoyan la sospecha de que Javier Duarte, pudiera ser víctima de una persecución política.

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Escrito en OPINIÓN el

No, no nos referimos al espectáculo mediático que promovieron casi todas las televisoras para realizar una cobertura, en directo, de la extradición de Javier Duarte.

Tampoco estamos hablando de otra de las pistas de ese circo, que desde hace más de un año lleva a cabo el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes.

Y, por supuesto que el circo del que hablamos nada tiene que ver con el periplo del propio Duarte, en su fuga por el mundo.

Nos referimos a la “decepción nacional” que se podría estar gestando en el Poder Judicial mexicano, en donde el juez de la causa podría llegar a la conclusión de que la persecución mediática de Javier Duarte, nada tiene que ver con las pruebas aportadas sobre sus presuntos delitos como mandatario estatal.

Como todos saben a Javier Duarte se le acusa de presuntos delitos que, de confirmarse, lo mantendrían en prisión por muchos años.

Sin embargo, la terca realidad se ha encargado de hacer pedazos el juicio mediático.

Y la mejor prueba de que Duarte podría quedar libre en cualquier momento, es que en la primera declaración del ex gobernador ante el juez de control, Duarte vapuleó y hasta ridiculizó al Ministerio Público.

¿Por qué?

Porque la representación social encargada de presentar las pruebas contra Duarte, fue incapaz de exhibir las evidencias de los presuntos delitos por los que se mantiene en prisión a Javier Duarte.

Más aún, abundan las evidencias –en el expediente respectivo-, que apoyan la sospecha de que Javier Duarte, pudiera ser víctima de una persecución política, arropada por el circo mediático y que, en cualquier momento, podría quedar descubierta.

Vale recordar que los señalamientos mediáticos contra Javier Duarte comenzaron precisamente al mismo tiempo que arrancó la guerra electoral en Veracruz. Hasta antes del periplo para seleccionar al  nuevo gobernador de Veracruz, Duarte era víctima de su mala imagen y de la peor prensa que pudo tener cualquier gobernador.

Duarte siempre fue antipático, repulsivo, odioso, grosero y prepotente; solo por citar algunas de sus “cualidades”.

Eso lo convirtió en el villano favorito de no pocos medios. Y es que, duarte representaba, según lo llegó a decir el propio presidente Peña Nieto, al nuevo PRI.

Pegarle al gobierno de Peña Nieto pasaba por el golpeteo al veracruzano Duarte.

Pero además la animadversión contra el mandatario se vio estimulada por la urgencia de los partido opositores al PRI, de ganar uno de los territorios más cotizados para 2018; la reserva de votos del estado de Veracruz.

Como todos saben el PRI perdió Veracruz, gobierno que quedó en manos del PAN.

Pero el nuevo gobernador no era cualquier panista. No, se trata del ex priista  Miguel Ángel Yunes, uno de los más reconocidos para la venganza política.

Yunes prometió llevar a prisión a Duarte; Yunes presumió que Duarte era algo así como el demonio terrenal.

Y esa guerra mediática la compraron muchos mexicanos sedientos de venganza.

Hoy, ni Miguel Ángel Yunes, ni la PGR, ni alguna de las instancias no gubernamentales pueden probar que Duarte sea epítome de la corrupción en México.

Y en una de esas hasta resulta exonerado por el juez de la causa.

Al tiempo. @RicardoAlemanMx