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El cambio climático y el discurso de Obama

Habrá que ver si la agenda climática interna de Obama resiste las presiones sobre la construcción de infraestructura energética.

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado martes el presidente Obama ofreció una muestra de gran sentido de liderazgo durante su discurso sobre “El estado de la Unión”. Tan poderosa fue su capacidad de argumentación  y ambiciosa la agenda que perfiló para los siguientes años, que muchos se preguntan por qué no demostró su músculo político antes de las elecciones de noviembre para evitar que republicanos aplastaran a los demócratas y consiguieran el control del Congreso. Agua pasada.

 

Ha quedado claro que Obama no aceptará el rol de “pato cojo” o presidente decorativo durante los próximos dos años. Lo que pudo observarse y escucharse fue cualquier cosa menos a un presidente débil o acabado. La agenda definida impulsa agresivamente temas muy relevantes en el debate político norteamericano y forzará a los republicanos a definir públicamente su posición ante las prioridades presidenciales.

 

Lo que me parece más interesante del discurso y el manejo de los tiempos políticos que ofreció Obama, es su decisión de hablar claramente y puntualmente, sin rodeos, de los temas que le parecen centrales para el futuro de su nación y que tienden a dividir profundamente a la clase política y la sociedad norteamericana: recuperación económica, desigualdad, cambio climático, matrimonios entre personas del mismo sexo, apertura hacia Cuba, acercamientos con Irán, guerra contra el terror, división partidista, seguridad en el mundo digital, práctica de la tortura, etc.

 

No es claro que Obama tenga la energía o el capital político suficiente para impulsar una agenda tan ambiciosa como compleja. Sin embargo, ha puesto sobre la mesa una agenda muy agresiva que necesariamente deberá ser discutida o confrontada por los precandidatos presidenciales de ambos partidos. Aunque no lo quieran los republicanos, el debate político norteamericano pasa por responder a la agenda Obama.

 

Me detendré en el tema del cambio climático, ante el cual Obama fue claro y contundente, con cinco mensajes directos ante la tendencia negacionista o la resistencia a actuar que existe entre las filas republicanas:

 

1) Nada amenaza tanto a las futuras generaciones como el cambio climático. La amenaza es real y representa riesgos inaceptables para los Estados Unidos.

 

2) Instituciones reconocidas y respetadas en los Estados Unidos, como la NASA, el Pentágono o las universidades, han señalado que hay suficiente evidencia sobre lo que representa la amenaza y las consecuencias del cambio climático y, por lo mismo, recomiendan actuar decididamente en consecuencia. En otras palabras, basta de afirmar irresponsablemente que no hay evidencia científica suficiente.

 

3) Durante los últimos seis años se hecho más que nunca para combatir el cambio climático, cambiar patrones de consumo de energía o para promover la conservación. Y en este caso el mensaje fue contundente: “Es por esto que no permitiré que este Congreso ponga en riesgo la salud de nuestros niños regresando el reloj ante nuestro esfuerzo”.  La amenaza de usa el veto ante cualquier iniciativa retrógrada es abierta.

 

4) Estados Unidos y China han hecho un compromiso histórico para detener la contaminación generada por carbón  y reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y esto impulsará a otras naciones a asumir compromisos. Por lo mismo ya no es posible exigir primero compromisos a China, pues estos ya están sobre la mesa.

 

5) Hay esperanza en que este año finalmente se firme un nuevo acuerdo internacional ante el cambio climático. Ante lo cual Obama dejó claro su compromiso para que “el liderazgo norteamericano conduzca la acción internacional”.  La señal es clara: Estados Unidos participará activamente en la negociación para impulsar un nuevo acuerdo global.

 

Por lo pronto Mitt Romney, quien aspira a una nueva candidatura presidencial con el Partido Republicano, señaló el miércoles que el cambio climático es real, ha sido provocado por el hombre y hay una responsabilidad de actuar para revertir la marea de consecuencias ambientales relacionadas. ¿Un cambio de señales entre los republicanos o una posición aislada?

 

Habrá que ver si la agenda climática interna de Obama resiste las presiones sobre la construcción de infraestructura energética, el cabildeo de la industria petrolera o los intereses creados alrededor de la edad de oro del gas no convencional.

 

Lo que es indudable es que la decisión de Obama de actuar y su compromiso de impulsar el acuerdo internacional son buenas noticas de frente a la COP 21. Si Estados Unidos asume un liderazgo decidido a favor de un acuerdo más efectivo, eficiente y equitativo, es factible pensar que otros grandes jugadores internacionales tendrán interés de tomar en serio las negociaciones climáticas.

 

Después del discurso de Obama estamos ante un escenario internacional muy diferente. Las expectativas de que el nuevo acuerdo climático global finalmente se firme han aumentado exponencialmente ante el compromiso personal de Obama. Hay razones para ser optimistas ante París 2015, aunque también cabe ser prudentes en lo que respecta a la forma que tomará el nuevo tratado,  su contenido y alcance.

 

@ja_leclercq