Main logo

El burro y los periodistas

En Hidalgo llevamos cinco años sin Fiscalía especializada para la Atención de los Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, Periodistas y Defensores...

Por
Escrito en HIDALGO el

Criticar es fácil, lo verdaderamente difícil es aceptar una crítica.

Un comunicador no aprende eso en la Universidad pero sí en el ejercicio del oficio.

-Mira cabrón, vuelves a escribir de mí… ¡y te voy a partir tu madre!

Presenciar esta amenaza a Hemer Mendoza, mi jefe en ese momento, me sorprendió porque estábamos en el campo del Estadio Hidalgo y el autor era, ni más ni menos, un jugador del Pachuca.

Años después llegaría mi turno. Pablo Hernández Roetti, defensa tuzo campeón del 99’, se me acercó en la cancha para darme su opinión sobre la crónica de un partido. Molesto, cuestionó la nota; no pasó a más porque Javier Aguirre, desde lejos, mandó a un utilero para pedirle serenidad.

Por la misma época tuve reclamos de Pablo Hernán Gómez, Nacho González y hasta el doctor del equipo, quien sí me soltó la ya conocida…

-Mira cabrón, vuelves a escribir de mí… ¡y te voy a partir tu madre!

El futbol, la cosa más importante de las cosas menos importantes, no es un ambiente de mucho riesgo para el reportero.

El nivel escala en otras esferas, el político, por ejemplo. Un funcionario público cansado de las críticas que publicábamos sobre su mal trabajo eligió a un conocido para decirme:

-Mira Omar, sin querer escuché en la oficina que te quieren mandar madrear o te pueden hacer algo… mejor bájale, no vaya a ser que de veras lo cumplan, amigo.

Por un par de días anduve paranoico, “no vaya a ser la de malas”, pensaba; con el tiempo comprendí la “maniobra” del funcionario, quien al paso de los años dirigió asuntos de ¡Seguridad Pública!

No todos los ámbitos son nobles para el periodismo; la cuestión cambia en lo judicial, lo social, lo policíaco, la política...

Ahí las amenazas son reales y muchas veces se cumplen; tan solo en este 2022, siete periodistas han sido asesinados. México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y motivo ahora de un pleito diplomático entre López Obrador y el Parlamento Europeo.

Escribir la verdad o criticar se paga con la vida en muchas regiones del país.

En medio de este clima, es increíble que en Hidalgo llevemos cinco años sin Fiscalía especializada para la Atención de los Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, Periodistas y Defensores de los Derechos Humanos.

Este organismo, adherido a la Procuraduría General de Justicia, nació el 11 de mayo de 2015, durante la administración del gobernador Francisco Olvera.

Héctor Zárate Durón, abogado y comunicador, encabezó la Fiscalía tres años, hasta el 28 de agosto de 2018, cuando renunció. Era evidente un nulo interés hacia el área por parte de la PGJEH, entonces dirigida por Raúl Arroyo.

La voluntad siempre hace diferencia. En contraste, el pasado 10 de Febrero, el actor Arturo Islas Allende difundió en redes sociales un video donde se captó cómo un burro era maltratado al ser jalado por una camioneta, en el municipio de de Zempoala.

Etiquetó en su publicación al gobernador Omar Fayad, pidiéndole “no le tiemble la mano para dar con los responsables”.

Al día siguiente, el jefe del ejecutivo informó el rescate del burrito, con intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente.

Mejor aún: hace dos semanas, impulsado por el brutal ataque a una perrita en la colonia pachuqueña Bosques del Peñar, anunció “cero tolerancia” al maltrato animal y solicitó a la PGJEH instalar la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra los Animales.

“Esto con la finalidad de contar con agentes del Ministerio Público, peritos, policías de investigación que brinden atención especializada a este tipo de delitos y dicten las medidas pertinentes para salvaguardar la integridad de los animales”, precisó en Twitter.

Bienvenidas todas aquellas acciones que protejan a cualquier ser vivo; sin embargo, resulta contradictorio ver que la Ley de Protección a Periodistas ni siquiera se ha reglamentado.

El gobernador Omar Fayad tuvo siempre buena relación con los comunicadores, algo que varios de sus colaboradores no compartieron; por el contrario, mostraron particular desprecio por el gremio, salvo algunas obvias excepciones.

Poco se puede hacer en la recta final del sexenio, confiemos que en Hidalgo no haya “niño ahogado” en la cada vez más expuesta labor del periodista.

REMATE

Maestro y doctor en derecho por la UAEH, Héctor Zárate Durón fue compañero en las lides periodísticas en la fuente de la fiesta brava durante 30 años; como todos los colegas, se llenó de polvo los zapatos al realizar crónicas, entrevistas, coberturas y, naturalmente, lidiar con aquellos que no gustaban de la crítica o complacía sus intereses. Gajes del oficio, le llaman.