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¿El buen líder?

Colin Powell fue congruente con sus principios: el buen líder no solo resuelve problemas, debe ser un excelente comunicador. | José Antonio Sosa Plata

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Escrito en OPINIÓN el

Colin Powell pasó a la historia como uno de los grandes líderes del siglo XX. El exsecretario de Estado del presidente estadounidense George W. Bush ha sido reconocido como un militar notable. También como un estadounidense fuera de serie. Las grandes aportaciones que hizo en el terreno de la estrategia política y militar, la diplomacia y la investigación académica así lo acreditan.

Parte importante de su legado quedó plasmado en las obras que publicó desde la década de los 90. También encabezó la lista de los libros más vendidos del New York Times. Uno de sus temas predilectos fue el liderazgo, cuyas ideas, aportaciones, principios y sugerencias se siguen retomando en infinidad de conferencias, cursos, talleres e investigaciones. Además se le ha calificado como un excelente y convincente narrador.

Fue “el primero” en varias ocasiones. Primer asesor negro de seguridad nacional. Primer jefe negro del Estado Mayor Conjunto. Primer negro en ser nombrado secretario de Estado. Primer negro con posibilidades reales de convertirse en presidente de su país en la década de los 90, cuando una aspiración como ésta simplemente era una misión imposible.

Por si no lo leíste: Colin Powell, el general estadounidense rodeado de polémica por Irak.

A Colin Powell se le atribuyen infinidad de frases: unas verdaderas otras simplemente inventadas. Su elocuencia y capacidad para atraer la atención de las audiencias lo llevaron a ser uno de los conferencistas más solicitados en el mundo entre 1993 y el 2000. Las condecoraciones que obtuvo en el ejército son tantas como los premios civiles que recibió. Además se dio tiempo para realizar labores altruistas, particularmente para apoyar a niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad.

En el tema de la gestión de crisis, sus aportaciones fueron de enorme importancia. Muchos líderes y lideresas han sabido enfrentar con éxito las situaciones de crisis. Sin embargo, Powell tuvo la visión de poner el énfasis en la relevancia que tiene para cualquier liderazgo ejercer el poder en los escenarios adversos. “No permita —dijo— que las adversidades obstaculicen una buena decisión”. Tampoco deje, a pesar de todo, que “el entusiasmo decaiga”, tanto en su equipo de trabajo como en la población.

El líder siempre se tropieza con la realidad. Powell lo vivió intensamente. Y a diferencia de otros líderes, él estaba convencido de convertir el optimismo en una de sus máximas prioridades, aún en los malos momentos: “Las investigaciones muestran que el optimismo y una actitud acorde con él pueden marcar una gran diferencia en la habilidad de un equipo para cumplir su misión”.

También puedes ver: Colin Powell. Los jóvenes necesitan estructura. TedxMidAtlantic, Octubre 2012.

En tiempos de crisis, “se mide la talla del buen líder". Por eso, las batallas que se eligen, las que uno crea o en las que uno se involucra en forma inevitable es preciso actuar con claridad, consistencia y compromiso. En cualquier contexto —por más apremiante que sea— hay que tener absoluta claridad en la misión, los objetivos y las metas. Y luego “movilizar todos los recursos necesarios” para luchar cada batalla y ganarla de manera contundente.

Powell era un comunicador excelente. Estudió la comunicación política de su tiempo a fondo y la puso en práctica de manera ejemplar, aún en los momentos más sombríos de su trayectoria política. Asumió costos y fracasos por sus decisiones. Reconoció derrotas. Una de ellas devastadora. Pero nunca dejó de ser referente en los temas que eran su especialidad.

Te puede interesar: Lo que debes saber de la vida de Colin Powell: veterano de guerra, primer secretario de Estado negro y exrepublicano. CNN en Español, 18 Octubre 2021.

Si bien es cierto que no logró convertirse en presidente de su nación, también lo es que influyó de manera decisiva en el liderazgo de sus superiores. Además, supo utilizar el poder de los símbolos y al mismo tiempo escuchar, capacitar y apoyar a sus equipos de colaboradores. “El líder pone el ejemplo. Tanto en el ejército como en la vida civil, las demás personas siguen el ejemplo del líder: no de lo que el líder dice, sino de lo que el líder hace”.

El pensamiento de Powell rompió paradigmas. Fue audaz, provocador y difícil de ser llevado a la práctica por personajes autoritarios o atrapados en el pasado. Su forma de comprender el liderazgo aplica para los sistemas auténticamente democráticos. Y, como pocos, concibe el conflicto, la presión y la incomodidad como elementos indispensables para ejercer el poder y la autoridad con mayor efectividad.

Te recomendamos: Paz Álvarez. "Powell, un nuevo modelo de liderazgo", en Cinco Días, El País, 14 Febrero 2003.

El general de cuatro estrellas no fue el primer experto en liderazgo, pero sí uno de los más lúcidos y con mayor impacto internacional, lo mismo en el sector público que privado. Saber “escuchar permite ser escuchado” y “mantener el ego bajo control” son dos principios fundamentales que debe tener el buen líder. Si a esto se agrega la visión, entonces el liderazgo será más efectivo, “porque los líderes eficaces ven más allá del ayer y del hoy”.

En el momento en que muere Colin Powell, nuestro país vive una crisis de liderazgos. La situación se viene gestando desde hace más de dos décadas. Queda claro que la lectura de sus libros no son suficientes para crear un buen líder o lideresa. “El liderazgo no tiene que ver con el rango ni con los privilegios, ni con los títulos ni con el dinero. Es una cuestión de responsabilidad”.

Consulta: Colin Powell y Tony Koltz. Principios que funcionan: en la vida y el liderazgo. México: Editorial Harper Collins Español, 2016.

En México hay muchos personajes que tienen el rango y los privilegios. Tienen los títulos y el dinero. Pero no son buenos líderes. La gente no confía en ellos. No cree en sus palabras. No motivan a nadie. No han aprendido a comunicarse ni saben ejercer el poder en el marco de una democracia. Pero tampoco tienen un gran interés en aprender, en capacitarse y en entrenarse. ¡Cuánto bien le haría a nuestro país el cambio de paradigma! 

Para cumplir una misión de esta magnitud se requiere asumir, en serio y desde la más altas esferas del poder, la formación de nuevos líderes y lideresas. También concentrarse en la preparación de niñas, niños y jóvenes como lo estaba haciendo Colin Powell. Los buenos líderes y lideresas serían el motor de cambio que requerimos para salir del escenario multicrisis que enfrentamos desde hace varios años. Un futuro sin líderes y lideresas fuertes y efectivos nunca será promisorio. Porque “el buen líder no nace, se hace”.

Recomendación editorial: Oren Harari. Secretos de liderazgo de Colin Powell. México: McGRAW-HILL, 2002.