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El balance

López Obrador no pudo o no quiso gobernar para todos. Privilegió, como siempre, a los grupos económicos amigos y soslayó a la clase pobre. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

El balance de estos dos años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador -que se caracterizó por la confrontación más que por la propuesta- es pobre y nos queda debiendo.

No pudo o no quiso gobernar para todos. Privilegió, como siempre, a los grupos económicos amigos y soslayó a la clase pobre, a esa que él dice proteger.

Ahí están los ejemplos: hospitales sin medicamentos, niños enfermos de cáncer desprotegidos, el campo abandonado y enfrentamientos con quienes mueven la economía del país.

La eliminación de 109 fideicomisos públicos durante su administración y la arbitrariedad como fórmula de gobierno son signos inequívocos de que a México le esperan años difíciles.

Este martes se cumplen dos años de su llegada al poder, un tercio de su mandato en el que no pudo, ni de lejos, iniciar una real transformación tal como prometió al asumir el cargo.

Algunos, ingenuamente, creen que hay un cambio y grandes avances en materia de seguridad pública, freno de la violencia, estabilidad política y social.

Pero el reclamo de una decena de gobernadores que no se alinearon a la 4T refleja que no es tan cierta la percepción presidencial de que México vive una bonanza.

Tan mal le ha ido a AMLO que no se descarta la posibilidad de que en algún momento decida dejar el cargo y pasarle la batuta a la titular de la Secretaría de Gobernación y cerrar con ello un capítulo amargo de este México que se le fue de las manos.

Y no es que los priístas o panistas fueran mejores, que nunca lo fueron y mostraron una grotesca corrupción, sino que con los morenistas salió peor el remedio que la enfermedad.

López presume que en estos dos años ha construido los cimientos de la transformación. El balance no solo es desastroso sino que raya en el escándalo pues la actual administración lo único que genera es lástima e incertidumbre.

De ahí que ya algunos apuesten a una presidencia sustituta pues en el actual horizonte López no tiene el control del país, más bien no controla nada.

Habrá que esperar, sin embargo, la consulta para la revocación de mandato en el 2022. A partir de ahí los mexicanos realmente podrán tomar las riendas de este país que lo dejaron en manos de un hablantín.

El líder político Porfirio Muñoz Ledo, quien fracasó en su intento de dirigir el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dijo a Proceso que aún no se alcanza a ver la Cuarta Transformación “ni el fin del neoliberalismo”. 

“Los problemas que tiene el país exigen la primacía de la razón no de la arbitrariedad, porque si no, no vamos a salir. La primacía de la razón significa que si tú reacomodas el gasto público tiene que ser por una reforma cuidadosa. Para reformar al Estado tú no amputas esto, dices todos los fideicomisos fuera, todos, no, sino que analizas, adelgazas, no amputas”, indicó.

Se vienen tiempos difíciles en el presupuesto. Hay un achicamiento del aparato del Estado pero no existe un plan para que ese adelgazamiento no genere más pobreza con el despido de miles de personas.

Gobernadores de los 10 estados que conforman la Alianza Federalista exigen al gobierno federal que no aplique recortes al presupuesto 2021. López Obrador, sin embargo, los minimiza.

En este clima incierto también se ha reprobado la respuesta del gobierno ante la pandemia de ovid-19 y ha exigido la salida del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.

“No estamos dispuestos a tolerar más abusos de la Federación. Ningún estado libre y soberano que tenga un mínimo de dignidad puede seguir siendo parte de una federación cuando el gobierno de la República nos ignora, nos ataca, nos insulta y nos quita lo que nos pertenece”, reprochan los gobernantes estatales.

Ahora la moneda está en el aire.