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El Arca de Babel

El fotógrafo documental JP Monge lleva dos años documentando un muelle en Costa Rica donde arman barcos de madera con Ceiba. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

La fotografía documental, es la reina de las narrativas visuales para contar historias con una perspectiva personal, estética y dinámica. Y muchas veces su espacio natural es un buen foto libro, por eso, hoy quiero contarles del nuevo proyecto editorial que prepara un colega costarricense mejor conocido como JP Monge que lleva dos años documentando un astillero en la costa de su país donde arman barcos de madera con Ceiba al más puro estilo nórdico y aquí podrán ver El arca de Babel, una muestra de las bellas imágenes que ha logrado este fotógrafo documental.

José Pablo Porras Monge alias JP Monge, es un fotógrafo independiente y cineasta. Es profesor de técnicas de video documental para el Tropical Biology and Conservation Program de la Universidad de California y académico en la Universidad Técnica Nacional. Es también editor de imageneshumanas.com, portal de relatos fotográficos. Colabora para la agencia rusa de noticias RUPTLY y Latin Photo. Miembro de El Bloque Documental, colectivo de fotógrafos documentalistas y profesor de nuestro portal Zona Zero México quien además dará un taller en línea para enero sobre fotografía con nosotros.

En el astillero correspondiente las conversaciones ocurren en francés, inglés, español, y a veces una mezcla de todo, los trabajadores son de distintas nacionalidades y a lo largo del libro se cuentan sus historias y la manera como construyen sus barcos.

Foto: JP Monge

Las imágenes de Monge son en blanco y negro, y su mirada resalta el trabajo manual frente a la textura y simetría de la madera que usan.

La columna vertebral del libro de la que brotan las costillas que dan forma al casco del barco, se entrelazan con un texto del mismo fotógrafo donde cuenta detalles de su trabajo y en donde recoge las notas de su diario de trabajo. Monge nos dice: “Para mí esta es una historia de viajar contracorriente. Un barco a vela en la era de los grandes buques transoceánicos es una declaración de principios, una forma de resistencia a los ritmos vertiginosos del mito de una economía en crecimiento permanente”.

A este pueblito de constructores de barcos, se ha unido un grupo de ticos, la mayoría son de la zona de Punta Morales, una comunidad que sufre el abandono histórico del gobierno central como casi la totalidad del litoral costarricense.

Algunos llegaron por trabajos puntuales y terminaron convirtiéndose en plantilla permanente. Son aventureros que además construyen barcos.

Las imágenes de Monge son espectaculares, íntimas y muy cuidadas desde el punto de vista estético y narrativo. Tienen la fuerza del personaje original, haciendo algo fuera de lo común en un paisaje extraordinario.

Los datos técnicos por JP Monge

El Ceiba es un proyecto ambicioso: 45 metros de largo, tres mástiles de 35 metros sobre cubierta, totalmente construido con técnicas tradicionales. 

Pienso que es un barco sacado de un museo naval, pero me engaño. El Ceiba fue concebido para albergar en sus entrañas un motor eléctrico alimentado por hidrógeno. Se trata de un híbrido, una fusión entre la técnica tradicional y el avance tecnológico.

Hablar de navegación a vela para el transporte de mercancías parece anacrónico, y aunque se puedan comprender las bondades de la propulsión por el viento, siempre queda la cuestión: ¿por qué construir el barco de madera? 

La respuesta está asociada a los efectos del transporte de contenedores y la dinámica de la economía global.

La industria marítima produce una alta huella de carbono, los grandes barcos no solo generan emisiones sino que también dejan residuos en el mar. Solo su fabricación en acero tiene un profundo impacto ambiental, si tomamos en cuenta que la vida útil de los grandes barcos de este material es de apenas unas decenas de años. 

Luego, van a morir a grandes cementerios de barcos, donde son desmantelados. Este proceso genera más contaminación y dinámicas de explotación laboral en los países donde son recibidos.

La fibra de vidrio con la que las pequeñas embarcaciones son fabricadas tampoco es inocua, con el paso del tiempo se desgasta y deja micro residuos en el agua.

Así, construir en madera, con un plan de reforestación es una forma de reducir drásticamente el impacto de las embarcaciones, que además pueden llegar a tener una vida útil de más de cien años con el mantenimiento adecuado.

Esto y más podrán encontrar en el libro de este genial fotógrafo costarricense. Y por cierto, aquí les adelanto en exclusiva. En Zona Zero estamos preparando un viaje fotográfico para diciembre a este paradisíaco lugar. Los mantendremos informados para que se animen a una travesía espectacular y conozcan en persona a JP Monge, quién les platicará en vivo sobre este proyecto y otras aventuras que podrán vivir con sus cámaras.