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El antes y el después, de México

Se escribirá otra historia política de México. Un antes y un después de este inicio Legislativo, y de López Obrador como presidente de México. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Por muchos años, en México, se asoció aquellos: “¡No que no, sí que sí, ya volvimos a salir!” o “¡Este puño si se ve… este puño si se ve!”; “¡Ese hotel será hospital!”… “¡Prensa vendida!” o “¡Diputados corruptos!”… y toda aquel fraseo colectivo y multitudinario en manifestaciones o expresiones externas de representantes o grupos –numerosos o no– de izquierda.

Era esa izquierda mexicana de distintos matices, que es histórica y que pasó por distintas etapas desde principios de siglo XX y con antecedentes en el socialismo utópico del siglo XIX y luego la expresión más fehaciente de su origen histórico con la fundación del Partido Comunista Mexicano (1919-81) y que al final, a modo de Ave Fénix, entregó la vida para el surgimiento de la unidad del comunismo y el socialismo

Así que algunos de sus periodos de existencia fueron de lucha extrema; de persecución e incluso muerte y, sin duda, espacio para la expresión de hombres y mujeres de nuestro país que querían a un país justo, igualitario, sin ataduras a la libertad, con todo cumplido para todos y en donde la diferencia de clases estuviera marcada por la aportación colectiva, sin pérdida de derechos constituidos y la devolución del resultado del trabajo.

Esa misma izquierda que durante muchos años vivió en la clandestinidad, que asimismo se expresó con indignación desde las montañas y que en las urbes decidió mostrar la mano con el puño cerrado para conseguir respeto y consideración en las grandes decisiones del país.

Porque muchos de sus hombres y mujeres eran gente de ideas progresistas; ideas que reflejaban inteligencia y conocimiento, lo que se expresaba en preocupaciones individuales y colectivas y por las que en muchos casos estuvieron dispuestos a perder la libertad, o acaso la vida.

La izquierda mexicana tiene una larga historia que ya ha sido contada en parte y en sus distintos avatares, pero que todavía tiene espacios de transformación que habrá que dilucidar para entenderla y entender los nuevos tiempos de esa izquierda mexicana, una izquierda hoy de claroscuros y que se dispone a asumir el gobierno mexicano: en la Presidencia y en el Congreso, en gobiernos de estados y en congresos estatales… Hoy prácticamente todo el país es suyo… o casi.

Todo aquello por lo que lucharon desde los Flores Magón, Heberto Castillo, Martínez Verdugo, Valentín Campa, Benita Galeana, Hernán Laborde, Gerardo Unzueta… tantos más.

Pero queda una duda grande. Todos los que están ahí, en el Movimiento de Reconstrucción Nacional (MORENA) son gente de izquierda o responden a un momento en el que conviene estar en la ola del poder. Habría que hacer un recuento, uno a uno, de quienes ocuparán cargos en la función pública y los que están ya en las Cámaras y entonces quizá podremos saber quién es quién de la izquierda mexicana que en efecto están ahí y habrán de gobernar…

¿Ideal de izquierda histórico o ideal de izquierda incluyente?

En todo caso será bueno ir viendo si los programas de gobierno corresponden al ideal de izquierda histórico o al ideal de izquierda incluyente en el que Andrés Manuel López Obrador se ha empeñado: incluir en su proyecto de Nación a gente no por razones ideológicas, sino de praxis política. De ahí que a simple vista la vieja izquierda mexicana no se sienta representada en Morena y los jóvenes que se incorporan a Morena no son necesariamente de izquierda, si “Morenistas” con lo que esto pudiera significar en ideales y certezas.

Pero ahora lo que es cierto es que Morena, está ahí como un Movimiento o Partido de izquierda y tiene la mayoría legislativa, tanto en el Senado de la República como en el Congreso. Y ya hace valer esa mayoría, como ya se vio en la licencia otorgada por la mayoría del Senado de la República a la licencia solicitada por el senador Manuel Velasco para regresar a Chiapas y continuar gobernando, esta vez como sustituto.

Apenas el 24 de septiembre la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados (que preside Morena) acordó la reducción de las comisiones legislativas de 56 a 45 (bien). Ese día se asignaron las Comisiones de Trabajo para la LXIV Legislatura. Así, el grupo parlamentario de Morena cuenta con la mayoría de las comisiones: serán 22 las que presida, como por ejemplo la de Presupuesto y Cuenta Pública, Gobernación (ni más ni menos), Energía y Educación… El PRI tendrá 4, de ellas destacan Defensa Nacional y Atención a Grupos Vulnerables, mientras que el PAN tendrá 7 también, como de Hacienda y Crédito Público, Comunicaciones y Transportes… Y así la nueva historia.

Y cierto. En adelante se escribirá otra historia política de México. Un antes y un después de este inicio Legislativo, y un antes y un después de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México. El antes lo conocemos. El después es expectativa, esperanza y –ciertamente– aun indescifrable.

Ojalá sea para bien de los 129 millones de habitantes de este país que quiere comenzar a escribir su historia. Pero escribir significará que dentro de seis años habremos de leerla. Ya lo sabremos.

Y ojalá, también, que esa historia haga honor a todos aquellos hombres y mujeres que soñaron en un gobierno de izquierda, para el bien de todos, y la igualdad, y la justicia, la casa, la comida, el sustento y la salud y la educación y el todo cumplido para todos. El sueño de ellos; el sueño, hoy, de millones de mexicanos. En fin: Todo se andará.

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@joelhsantiago  | @OpinionLSR | @lasillarota