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El año del proyecto

La CDMX necesita un proyecto de desarrollo, en vez de abaratar la oferta política con demagogias y populismos, como ha sucedido por lo menos desde el 2000. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

El año pasado, 2021, hubo elecciones. Morena perdió la mayoría de las alcaldías, pero conservó el control del Congreso de la Ciudad. Esto ha perfilado una posibilidad nueva para la política capitalina, que en 2024 haya un cambio en el Gobierno de la Ciudad de México.

A fin de evitarlo, Claudia Sheinbaum está haciendo uso de todos los recursos, honestos y deshonestos, a su alcance. Siempre que puede, sabotea a las alcaldías de oposición, y esto no cambiará antes de octubre de 2024. Ahora los funcionarios de la administración central presumen los programas sociales, aunque nada tengan que ver con su función, y los asocian a la mandataria, que aprovecha cualquier momento para promocionarse para la Presidencia de la República. Esta es una realidad.

El colmo más reciente es que, ante la escasez de agua, desvían los caudales hacia el oriente y dejan a las colonias que votaron contra Morena, sin el líquido vital, pero acusan a las alcaldías de oposición de ser las responsables de la sequía. Este acto criminal sólo puede tener como respuesta una sanción electoral severa. No obstante, me parece que la oposición aún debe prepararse para ello.

Se habla de posibles nombres para encabezar una alianza contra Morena, pero todavía es temprano para anticipar quién será el candidato o la candidata. Algunas de esas figuras están en las alcaldías, aunque también legisladoras figuran entre las posibilidades. Sin embargo, aún gobernando bien en las 9 alcaldías de oposición, de aquí al día de la elección, las limitaciones de los gobiernos locales dejarán muchas dudas sobre la verdadera capacidad de la Alianza PRI-PAN-PRD para gobernar la CDMX: no hay un proyecto o una quimera de ciudad que pueda contraponerse al proyecto de Claudia Sheinbaum que, aunque no comparta muchas de sus posturas, posee defensores con gran mística.

Para la campaña de 2024, tal vez nos encontremos con las ideas de siempre: más seguridad, más cámaras del C5, agua potable las 24 horas, apoyo a las Mipymes, más transporte, más programas sociales, más subsidios, pero al final de cuentas corremos el riesgo de quedar atrapados en el círculo vicioso en el que la ciudad cumplirá 25 años secuestrada: proyectos incompletos y temporales de ciudad.

A mi juicio hay un tema clave que debería ser puesto sobre la mesa, pero que la urgencia por cosechar votos se puede interponer. Me refiero al fortalecimiento de la Hacienda Pública de la Ciudad de México. Todos los candidatos y precandidatos, sexenio tras sexenio, promueven gastos, pero nadie promete ingresos, porque nadie se atreve a decir las palabras malditas “voy a subir impuestos”. Si el gobierno de la Ciudad de México no recauda más y no define un plan de inversiones con perspectiva de largo plazo, no hay por qué esperar que el próximo gobierno sea mejor que el actual. Insisto, lo digo desde mi perspectiva crítica hacia la administración de Sheinbaum.

Conforme este año avance, más nombres se especularán en torno a la candidatura aliancista a la Jefatura de Gobierno. No necesitamos nombres, necesitamos un proyecto de ciudad, sólo eso transformará la capital mexicana. Aún cuando veo altamente probable mi voto por una eventual coalición opositora, si no hay proyecto de ciudad con visión de largo plazo, no veo cómo un triunfo de la Alianza pueda ser mejor noticia que la continuidad morenista.

2022 es el año del proyecto. Espero que así lo estén entendiendo las dirigencias del PAN, a cargo de Andrés Atayde; del PRI, con Israel  Betanzos; y del PRD, con Nora Arias. Ellos tres deberían salir, este primer trimestre de 2022, en rueda de prensa, a convocar a rondas de foros para discutir una visión de ciudad que sea convergente para los tres partidos, y sumar a organizaciones sociales no partidistas, que represente una opción en 2024.

Cuando pienso que 2022 es el año del proyecto, imagino que en 2023 haya grupos temáticos dedicados a detallar el programa, a la par que se consolidan las opciones de personas que participarán en el proceso de definición de la candidatura principal. Si esta es la vía, habrá todas las probabilidades de éxito. De otra forma, será muy difícil derrotar a Morena con un proyecto exitoso que cambie la ruta de gobierno de la Ciudad de México. Esta urbe necesita un proyecto de desarrollo, en vez de seguir abaratando la oferta política con demagogias y populismos, como ha sucedido por lo menos desde el 2000. Insisto, 2022 es el año del proyecto, ojalá así lo vean los dirigentes de las tres franquicias políticas que se aliaron en 2021 para derrotar a Morena en la Ciudad de México.