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Efervescencia sindical en el país del norte

El 2022 apunta a ser considerado el año del despertar obrero en EU. ¿Alcanzará esta inercia a los trabajadores mexicanos?. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

No hay sindicalista del vecino país del norte que no destaque el reciente triunfo de los 1,400 trabajadores de Kellogg’s, los cuales soportaron una huelga por 77 días y que al final, a pesar de constantes amenazas empresariales, lograron triunfar. 

Obtuvieron la firma de un Contrato Colectivo por 5 años, en el primero de ellos lograron ajustes salariales extraordinarios por el aumento en el costo de vida, ampliación de prestaciones sanitarias y de jubilación, así como el reconocimiento de su organización sindical.

Los aumentos salariales por los costos de vida se aplicarán a todos los trabajadores. Los empleados de transición pasarán a cobrar 24.11 dólares por hora, que en pesos mexicanos alcanza los $493.04 por hora, algo así como 3 mil 944.39 pesos diarios por 8 horas de jornada de trabajo.

Comparto el dato en pesos mexicanos solo para darnos una idea del devaluado salario de los trabajadores de México a nivel internacional.

Lo más destacado de este movimiento fue el papel del presidente estadounidense Joe Biden, quien no disimuló el apoyo a los huelguistas, a quienes la empresa amenazó con sustituir por otros trabajadores en activo.

A Joe Biden se le considera como el mandatario amigo de los sindicatos, el primero en la historia del país del norte con ese comportamiento de apoyo sin cortapisas a los trabajadores.

Los dueños de la empresa Kellogg’s vieron con sorpresa un comunicado de la Casa Blanca reprobando la intención patronal de sustituir a los huelguistas que mantenían su resistencia en los estados de Michigan, Nebraska, Pensilvania y Tennessee. Antes ningún presidente había asumido una política pro obrera defendiendo la libertad sindical.

El texto presidencial es demoledor en favor de los trabajadores al señalar:

“Sustituir permanentemente a los trabajadores en huelga es un ataque existencial al sindicato y a los empleos y medios de vida de sus miembros”.

El conflicto se resolvió apenas el domingo 19 de diciembre pasado, seis días antes de la Navidad, en que los 1,400 huelguistas mediante voto secreto aceptaron la última propuesta de la empresa de mejora de sus condiciones económicas. 

Políticos prominentes, como el senador Bernie Sanders, también llegaron a los piquetes de huelga a expresar su apoyo y su condena a la empresa de cereales por considerar como desechables a los trabajadores.

El gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, intervino para solicitar al director de la empresa que reanudara las pláticas con los huelguistas dado el compromiso que han asumido los trabajadores los dos últimos años y las presiones inflacionarias que afectan los salarios de los trabajadores.

La participación de funcionarios sobresalientes, incluso del propio presidente Biden, da un giro muy importante en la lucha que llevan a cabo los trabajadores estadounidenses para lograr la ansiada libertad sindical que sólo disfrutan uno de cada 10 trabajadores.

La política empresarial está enfocada en impedir la existencia de todo sindicato. Para ellos el mejor sindicato es el que no existe.

En Estados Unidos de Norteamérica hay despachos de abogados especializados en anular cualquier brote sindical. Pero ahora la intervención del presidente Biden cambia los escenarios de aliados reales para un cambio en el tablero de contratación colectiva.

Hay una efervescencia sindical nunca vista en el país vecino del norte. El 2022 apunta a ser considerado el año del despertar obrero en Estados Unidos de Norteamérica.  

¿Alcanzará esta inercia a los trabajadores mexicanos? Yo afirmo que sí, aunque son condiciones distintas entre ambos países, a la clase obrera, con la pandemia del covid-19 se le ha puesto la piel más dura. Ha sufrido pérdida de empleos, de salarios, está convencida y sabe que los tiempos de cambio ya no tienen retorno.