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Educación financiera para la niñez

La conciencia financiera es indispensable. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

Una de las preocupaciones para quienes tenemos hijos, es el cuidado de su educación, en particular los elementos que no necesariamente están incluidos del todo en la currícula oficial, aunque deberían, como la educación financiera.

No me refiero al manejo de complicados cálculos sobre inversiones ni nada por el estilo, sino a la generación de conciencia sobre el significado y efectos del dinero y los recursos desde temprana edad.

Las niñas y los niños reciben de nosotros la formación que más adelante se convierte en conducta, por lo cual es importante proporcionarles información y contexto para apreciar lo que cuesta obtener cada producto, y de esta forma empezar a fomentar en ellos conceptos tan prácticos, útiles y positivos como el ahorro, que les servirán a lo largo de su vida.

En nuestro país, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), menos del 10% de las personas han tomado algún curso sobre ahorro, crédito o elaboración de presupuestos personales, y solamente un 34% lleva un registro de sus gastos.

Incluir en la formación de nuestras hijas y nuestros hijos aspectos relativos al manejo del dinero podría parecer algo anticipado, pero estudios refieren que es en la niñez cuando mejor se puede estimular conductas positivas, como la mesura en el gasto o la definición de metas de ahorro.

Algunas compañías financieras y de seguros coinciden en que la administración del recurso por parte de niñas y niños a nivel mesada o domingo, evita que gasten en cosas innecesarias y alcancen sus objetivos, aun en un nivel pequeño de gasto.

Fomentar la conciencia financiera en nuestra niñez es apostar por el desarrollo de una ciudadanía más informada y con mejores elementos para sacar adelante sus proyectos.

Según la misma ENIF, el porcentaje de población que ahorró en una cuenta por grupo de edad fue del 23% en el grupo de 30 a 39 años; 21% para el de 40 a 49; 20% para el de 18 a 29; 19% para el de 50 a 59 y 13% para el de 60 a 70 años.

Sin embargo, el porcentaje de la población que piensa cubrir sus gastos de vejez con apoyos de gobierno está entre un 42% (grupo de 18 a 29 años) y 50% (grupo de 60 a 70).

Como se ve, la estadística nos dice que es urgente promover la productividad y el ahorro para que más mexicanas y mexicanos tengan certeza sobre su futuro y aún mejor: que esta certeza se relacione con un futuro construido por ellos mismos.

Y todo empieza en la niñez.

Es claro que para que haya desarrollo, el gobierno debe propiciar las condiciones para el emprendimiento y para el crecimiento de las empresas en todos los niveles, el ambiente que lleve a la ciudadanía a crecer y fortalecerse económicamente.

También es cierto que hay diversas problemáticas del desarrollo en los sectores económicos, pero no menos cierto es que el Estado ha de apostar por la formalidad de la economía de las personas, y la conciencia financiera es indispensable en este camino.

En tiempos como los nuestros en que las dinámicas de consumo evolucionan hacia plataformas de mayor accesibilidad, algo en lo que también han incidido las limitaciones físicas generadas por la pandemia, es indispensable que todos tengamos pleno conocimiento acerca de lo que está detrás de cada click.

Con mucha más facilidad que antes, la juventud y la niñez mexicanas acceden a compras, a consumos, a través de pantallas que tienen a la mano en los dispositivos móviles, y esto no es cuestión de ubicación ni de tiempo. De ahí la relevancia de la educación financiera.

Empecemos por procurarle estos elementos a nuestras niñas y a nuestros niños. Estaremos ayudándoles a entender a cabalidad las circunstancias y condiciones que forman parte de su presente y también de su futuro.