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OPINIÓN

Educación: el desastre de la 4T

La educación en todos sus niveles, las universidades y la ciencia están en una severa crisis. | Jorge Ramos Pérez

Escrito en OPINIÓN el

Desde los años 90 cuando Ernesto Zedillo era el secretario de Educación Pública, México ha experimentado al menos tres momentos relevantes de cambio en sus políticas educativas. Todas han fracasado en general, pese a que algunas tenían destellos que, de haber sido cumplidos, nos hubiéramos evitado el drama que hoy padecemos.

“La educación de México experimenta un retroceso. El gobierno federal actual eliminó la reforma educativa de 2013, pero no produjo un nuevo proyecto”, sentencia Gilberto Guevara Niebla, quien al inicio de este sexenio duró menos de un año como subsecretario de Educación, cuando su titular fue Esteban Moctezuma, hoy embajador de México en Estados Unidos.

“En cambio, (Andrés Manuel López Obrador) puso en práctica políticas que dañan la oferta educativa. El presidente volvió la espalda a la educación persiguiendo un objetivo político, en el sentido populista, mezquino, del término”, agrega Guevara Niebla, de las voces más respetadas en el ámbito de la educación en México.

El hombre que fue activista del movimiento estudiantil de 1968 -que en la autodenominada 4T se codeaba con flamantes ex colaboradores de Luis Echeverría como Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Bartlett o Ignacio Ovalle- revela en su libro “La regresión educativa” que al llegar al gobierno en diciembre de 2018 se percató que en la SEP siguieron criterios políticos para integrar el equipo, si bien con experiencia política, provenientes del PRI, pero con poco o nulo conocimiento técnico.

“En una de mis primeras reuniones de trabajo se presentó ante nosotros un subsecretario de Hacienda, quien, sin argumento alguno, con voz de mando militar, exigió que suprimiéramos 50% de los programas de la SEP”, relata Guevara Niebla.

“No hubo argumento alguno, era una orden presidencial y nadie se atrevió a contradecirla. Se requerían recursos para financiar los programas prioritarios del Ejecutivo. Esta era la nueva lógica gubernamental. Desde mi posición privilegiada fui testigo enseguida del impacto brutal de la política de austeridad y, más tarde, nuevos recortes presupuestales castigaron a numerosos programas, principalmente los que apoyaban los servicios educativos de las comunidades más pobres, como las escuelas comunitarias, la educación indígena y la educación especial”, señala el experto.

El libro cuenta con ensayos de respetados expertos en educación como Alma Maldonado, Roberto Rodríguez, Carlos Ornelas, Eduardo Backhoff, Jorge Javier Romero, entre otros. Todos abonan con datos la tragedia educativa.

Ha sido evidente que la pandemia derivada del coronavirus SARS-COV2 tomó desprevenidos a los jefes de Estado en el mundo entero. Pero también es claro que la pandemia evidenció el tamaño de muchos jefes de Estado. En la tragedia de la educación en México ya se está viendo.

Carlos Urzúa, Germán Martínez, Jaime Cárdenas han tenido el valor de decirle “no” a López Obrador. El ex secretario de Hacienda incluso se ha convertido en articulista crítico permanente del régimen, mientras que Cárdenas denunció que no solo se cometían ilegalidades, sino que el presidente requiere de una “lealtad ciega”.

Ahora las revelaciones de Guevara Niebla en torno a la sumisión de secretarios y subsecretarios de Estado en las reuniones de Gabinete con López Obrador son de antología.

La corrupción es uno de los principales problemas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Personajes cercanos al tabasqueño han sido señalados por la presunción de actos corruptos.

Pero quizá tan o más grave que la corrupción es la incapacidad manifiesta para aplicar políticas públicas en este gobierno. Esto ha quedado demostrado en el sector salud y en la economía, son evidentes.

Por eso es que la advertencia sobre la tragedia que se cierne sobre la educación en México es algo que no debe soslayarse.

La sucesora de Moctezuma Barragán en la SEP, la profesora Delfina Gómez, se vio envuelta en un escándalo por la sanción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a Morena, por un añejo caso de “diezmo” a los sueldos de trabajadores del municipio de Texcoco cuando era la presidenta municipal. Al día siguiente ella apareció en la conferencia “mañanera” de Palacio Nacional y guardó silencio, eso sí, se comparó con Vasconcelos.

Las reporteras Mariluz Roldán e Ingrid Sánchez han documentado que el ataque contra universidades por parte de López Obrador y la autodenominada 4T no se queda en el discurso. La presión se ejerce por la vía del Presupuesto de Egresos de la Federación y sin ofrecer solución a sus añejos problemas.

Hay documentados al menos ocho ataques a diversas instituciones de educación superior en el país, calificándolas de ser “neoliberales” o de haberse “derechizado”.

Además, un grupo de 31 científicos mexicanos están bajo investigación de la Fiscalía General de la República que, ante la presión incluso internacional, puso hielos a la andanada. Pero no solo es la amenaza, también es el castigo presupuestal, el que dejen abandonados a jóvenes estudiantes en cualquier parte del mundo por la cancelación de becas, entre otras lindezas de María Elena Álvarez Buylla, directora del Conacyt.

Así, la educación en todos sus niveles, las universidades y la ciencia están en una severa crisis. El futuro empeñado por el sueño de una pretendida “cuarta transformación” empañada por la incompetencia… y la corrupción.

Punto y aparte. Ahora resulta que Adán Augusto López Hernández tiene el reconocimiento de tirios y troyanos al frente de la Secretaría de Gobernación. ¿Sabrá en la que se mete si mete la mano en el Senado?

Punto final. Le traen ganas a Hugo López-Gatell. Pero no se va…