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Ecuador, la alerta

La crisis en Ecuador, que desencadenó hechos de violencia y una especie de guerra civil, es un campanazo de alerta para los gobiernos de AL. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

La crisis en Ecuador, que desencadenó el último fin de semana en hechos de violencia y una especie de guerra civil, es un campanazo de alerta para los gobiernos de América Latina que pretendan imponer paquetazos fiscales.

El presidente de Ecuador, Lenin Moreno quiso aplicar un “paquetazo” como medida urgente para poder cubrir los costos de los préstamos pactados bajo el paraguas de condiciones del FMI.

La respuesta fue inmediata. El pueblo lo acusó de traidor y salió a las calles y barrió con lo que encontró, generando una ola de protestas sociales en abierto rechazo al paquete de medidas económicas que, a la postre y en medio de la presión, la administración de Moreno dio marcha atrás.

Arrinconado por las protestas, Moreno aplicó un “estado de excepción” y toque de queda en Quito, la capital de Ecuador, mismos que ya fueron levantados después de que el Gobierno y el Movimiento Indígena llegaran a un acuerdo.

El pacto, concretado el domingo, que dio una salida temporal a la crisis pasa por la derogación del decreto que eliminaba los subsidios al combustible.

Tras doce días de cruentas protestas, el Gobierno y el Movimiento Indígena acordaron que quedaría sin efecto el Decreto Ejecutivo 883. El diálogo fue mediado por la ONU y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Antes del acuerdo, decenas de miles de personas se lanzaron a las calles condenando las medidas de austeridad impuestos por el gobierno de Lenin Moreno y un fuerte aumento de los precios de los carburantes.

Este campanazo de alerta debe prender los focos en otros países de la región. En Perú, por ejemplo, está muy polarizada la sociedad luego de que el presidente de la República, Martín Vizcarra decidiera disolver el Congreso por inviable.

Para ese golpe de timón, Vizcarra contó con el respaldo del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú y de los Comandantes Generales del Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Policía Nacional.

Para superar el impasse político en el Congreso se convocó a elecciones parlamentarias, previstas para el 26 de enero del 2020. Aún, sin embargo, hay brotes de inconformidad por parte de los opositores al gobierno que ven en la disolución del Congreso una especie de autogolpe de Estado, similar al realizado en 1992 por el encarcelado ex presidente de Perú, Alberto Fujimori.

A cómo van las cosas no es difícil que a mediano plazo también hayan protestas en México frente a los altos precios de los combustibles, la falta de empleo o la baja inversión que tiene al país estancado.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, los precios de los combustibles se elevaron en un 108 por ciento y el hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha descartado posibles gasolinazos.

En el sur del país, con el doble del IVA que en la zona norte, se pagan combustibles caros lo que frena el desarrollo regional.

Por si este panorama fuera poco, AMLO está haciendo en el sur lo contrario a lo que alguna vez dijera Don Vicente Guerrero de que “la patria es primero”, al promover la asistencia humanitaria para extranjeros, bajo la premisa de que donde come uno comen millones.

Esperemos que en México el brote de inconformidad del sur del continente no se refleje en este país.

Si no, estaremos perdidos.