Al cierre de este año funesto me asaltan una duda, cuatro preguntas y una certeza.
La duda es que no sé qué nos enoja más, si el gasolinazo o la incapacidad del gobierno de aceptar y explicar la crisis por la que cruzamos y el futuro que nos espera.
México se puede incendiar y el gobierno considerar que no pasa nada y nada requiere cabal explicación, sólo publicidad y llamados destemplados a la unidad.
La duda se hace acompañar de dos recuerdos, uno el del discurso de Churchill ante la Cámara de los Comunes diciéndole al pueblo inglés: “No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” (13 v 40). Acción que le granjeó el apoyo popular para enfrentar con éxito la Segunda Guerra Mundial. Otro, las promesas de volver a administrar la abundancia con las reformas estructurales, de que no habría más aumentos a las gasolinas y tampoco alzas de impuestos. La abundancia no llegó, las gasolinas suben sin que nadie haga un mea culpa por la política energética de los últimos decenios y en especial de esta administración. PEMEX se muere ante nuestros ojos e insisten en decirnos que es para nuestro bien. El aumento de la gasolina es en sí un incremento de impuesto.
Y en lugar de tener un Churchill que nos hable con la verdad, tenemos a un Presidente “estática”, en las dos acepciones del término: sin mudanza, paralizado de asombro y de emoción; y ruido en la comunicación, algo que suena pero que nada comunica, salvo enfado y desconfianza.
Las preguntas: ¿Habrá algo que algún día le salga bien a este gobierno?No dudo que en Los Pinos esta Navidad el pavo se les quemó, el bacalao se saló y el árbol se fundió.
¿Quedará algo en píe antes de que concluya esta administración?
¿Cómo es que llegamos a tener esta clase gobernante? Hago énfasis en clase gobernante, no hablo sólo del gobierno. Incluyo a todos los que viven de ostentarse como políticos sin entender qué es la política y de nuestras élites variopintas. Hablo de la cleptocracia que se apoderó de México.
¿Qué hicimos para merecer esto?
La certeza: a pesar de las élites cleptócratas que padecemos, México es más grande que sus males y que sus malos. Habremos de sobrevivir, pero como siempre con un alto costo para México y los mexicanos.
Ya lo dijo George R. R. Martin: Winter is coming.