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Dos caminos en el PAN

No es la primera vez que Acción Nacional ha tenido que enfrentar situaciones críticas a lo largo de su historia. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

En septiembre del próximo año, el Partido Acción Nacional conmemorará su octogésimo aniversario en condiciones sumamente difíciles tras los resultados obtenidos en la jornada electoral del pasado 1º de julio. Desde luego no es la primera vez que Acción Nacional ha tenido que enfrentar situaciones críticas a lo largo de su historia pero en esta ocasión, si vuelve a equivocar el camino, estará en grave riesgo de caer en la marginalidad política, en la irrelevancia social lo cual sería una muy mala noticia para nuestro país que hoy, quizá como nunca, demanda contrapesos efectivos al ejercicio de gobierno.

Es claro que los tomadores de decisión, así como quienes abanderaron al partido en estas elecciones deben rendir cuentas y asumir plenamente su responsabilidad. No es momento para la justificación o autocomplacencia pues los números hablan por sí solos, y aunque ha habido algunos intentos por tratar de matizar la derrota y atribuirla únicamente a factores externos –como la infame intervención de la PGR–, es indispensable que se reconozcan los errores cometidos tanto en lo que se refiere a la estrategia de la campaña –a la fecha no sabemos cuál se supone fue la narrativa o siquiera quien la coordinó– como al procesamiento político para definir las candidaturas y aprobar el fallido proyecto del Frente que, aunque en principio parecía una idea interesante, poco tuvo de ciudadano, la negociación fue muy costosa y nunca se supo explicar.

Responsables de la debacle

Sobran motivos para el desánimo, la inconformidad y hasta el enojo de una militancia que no se sintió tomada en cuenta, se canceló la discusión interna, se excluyó a quienes tenían puntos de vista distintos y se minimizó la salida de cuadros que quizá no contaban con peso en las estructuras internas pero, en muchos casos, dada su trayectoria constituían un referente importante para la sociedad. Por supuesto la realidad obliga a un análisis serio que lleve a cambios profundos, pero se debe tener cuidado en no repetir el mismo error en que se incurrió en 2012, pues a pesar del ejercicio de reflexión y autocrítica que se llevó a cabo tras la pérdida de la presidencia, y el cual concluyó en una serie de recomendaciones puntuales, se hizo caso omiso y todo se limitó a la disputa por el control del partido y la interlocución con el gobierno provocando divisiones que hoy prevalecen y se han agudizado.

Con un poco de memoria sabremos adonde llevará el camino de la lucha cruenta en la que unos pretenden impedir a cualquier costo que les “arrebaten el partido”, en tanto otros apuestan por el linchamiento y destierro de los “responsables de la debacle” en una lógica maniquea olvidándose de los principios y esencia de Acción Nacional –aunque se ostenten como sus defensores ya que en realidad lo que pondrían en juego son los intereses de grupo– con las previsibles consecuencias sin importar quien resulte vencedor.

La única opción para que el PAN no acabe en la marginalidad política, recupere su autoridad moral y vuelva a convertirse en opción para la ciudadanía, es que se entienda con claridad el mensaje que emitió la gente en las urnas y se generen las condiciones necesarias para su renovación. Para ello, es urgente que se retome el diálogo al interior, se acuerden nuevas reglas de convivencia que procuren la inclusión y se reconozca que las causas que explican el actual desdibujamiento del PAN tienen por lo menos una década y que por tanto –aunque en distinto grado–, hay una responsabilidad compartida entre los grupos que han estado al frente del partido.

Es indispensable también que se recuperen los espacios deliberativos y se abra la discusión para definir el papel que debe desempeñar Acción Nacional como fuerza opositora en la nueva realidad nacional, se impulse una agenda clara que atienda las preocupaciones de la sociedad, y se supervise la actuación de funcionarios y legisladores panistas. Tropezarse con la misma piedra constituye el error más grave que se podría cometer.

El fiscal de AMLO

@agus_castilla  | @OpinionLSR | @lasillarota