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Diorama

Esta semana en DIORAMA, aquí mis recomendaciones literarias. | Jorge Iván Garduño

Por
Escrito en OPINIÓN el

Yo misma (Seix Barral) de Ángeles Mastretta. La escritura y la felicidad me fueron enseñadas como una misma cosa. No tengo cómo pagar semejante herencia. Como una misma cosa aprendí las palabras y la fiesta, la conversación y la leyenda, el juego y la sintaxis, la voluntad y la fantasía.

Como una misma cosa miro mi historia y la del mundo en que crecí y al que vuelvo sin tregua lo mismo que quien vuelve por agua.

La fortaleza (Alamut) de F. Paul Wilson. Éste es el mensaje que el capitán Woermann, al frente de una pequeña guarnición de la Wehrmacht, transmite al alto mando alemán desde el paso de Dinu, en Rumanía, donde ha sido enviado para ocupar una antigua fortaleza. Una oscuridad viva ha tomado el control del lugar, y los triunfantes soldados del Tercer Reich están cayendo uno a uno.

Como atraídas por los malignos efluvios de la remota fortaleza, tres personas encaminan sus pasos hacia ella: el mayor Kaempffer de las SS, al frente de un destacamento de Einsatzkommandos y decidido a derribar a toda costa cualquier obstáculo para su prometedora carrera en los campos de exterminio; el erudito judío Theodor Cuza, que irónicamente quizá sea el único con los conocimientos necesarios para salvar a lo que queda de los ocupantes nazis de la destrucción; y un misterioso hombre pelirrojo, anónimo y sin amigos, que tras percibir la alteración producida en la fortaleza acude a su llamada para continuar un enfrentamiento más viejo que la propia humanidad.

La esclava de Juana Inés (Grijalbo) de Ignacio Casas. Enamorada de la posibilidad de descifrar lo que las letras dicen juntas, Yara sigue los pasos de la madre poeta. Acata las órdenes de las monjas del convento de San Gerónimo. Oye los consejos de la tornera. Pero, sobre todo, se guía por el ímpetu, por ese fuego interno que deriva siempre en la entretenida insumisión.

La esclava de Juana Inés es un relato que aviva la picardía, que se nutre de un lenguaje poético, y que rescata del olvido histórico a un personaje tan real como imaginado.

Isadora Moon y el hechizo de invierno (Alfaguara infantil) de Harriet Muncaster. Su mamá es un hada, su papá un vampiro y ella tiene un poquito de los dos. Le encanta jugar en la nieve... ¡y con su magia ha creado a un nuevo amigo! Pero el hechizo no puede durar para siempre... ¿o sí?

¡Aprende a escribir historias, prueba las recetas mágicas y diviértete con juegos y manualidades!

Los atrevidos. El concurso de las ideas geniales (BeaScoa) de Elsa Punset. Elsa Punset, autora e importante referente en el ámbito de la inteligencia emocional, ha creado la colección «El taller de emociones», una herramienta que ayudará a los niños a conocer y controlar sus propias emociones, algo imprescindible para crecer feliz.

Los Atrevidos y el concurso de las ideas geniales incluye claves para fomentar la CREATIVIDAD.

Saber gestionar nuestras emociones no siempre es fácil, especialmente para los más pequeños. Educar con inteligencia emocional es algo esencial para enseñar a los niños a manejar sus emociones y así mejorar sus relaciones con los demás, superar los problemas cotidianos y tomar mejores decisiones.

Elsa Punset, la conocida autora y referente indispensable en el ámbito de la inteligencia emocional, combina en esta colección aventuras entrañables para los niños y niñas con el taller de emociones, en el que toda la familia descubrirá pistas y recursos para mejorar su inteligencia emocional.

Los Atrevidos son Alexia, Tasi y su perro Rocky. Ellos están descubriendo cómo hacer magia con sus emociones. Acompañados por el genial y experimentado entrenador de emociones, la gaviota Florestán, se enfrentarán cada noche a retos divertidos y trepidantes. A través de sus aventuras aprenderemos de forma amena a gestionar nuestras emociones, o lo que es lo mismo: a ponerles nombre, calmarlas o transformarlas.

En Los atrevidos y el concurso de las ideas geniales, Álex, Tasi y Rocky descubren el increíble PODER CREATIVO que todos tenemos gracias a los consejos de su amigo Florestán.