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Difícil tener contentos a todos

El líder nacional del PAN, Gustavo Madero, criticó los resultados de los dos años de Enrique Peña.

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Escrito en OPINIÓN el

En un país con 53.3 millones de pobres, que carecen de alimentación, seguridad social, servicios de salud y dónde vivir no hay presupuesto que alcance, y es difícil mantener la línea de la gobernabilidad. Han transcurrido 21 meses desde que llegó al poder el priísta Enrique Peña Nieto y si bien no lo ha hecho todo mal, tampoco lo ha hecho todo bien. Hay una agenda social y de seguridad pendiente.

Los esfuerzos son enormes, pero la rendición de cuentas a la sociedad mexicana deja un sabor amargo en quienes ven, a este gobierno como “más de lo mismo”. El agotamiento en el actual modelo de gobierno es visible. Hay encabronamiento nacional. Y Peña Nieto lo sabe. Por eso lanzó la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que es utilizado más bien con tintes electoreros de alcaldes, gobernadores y diputados que quieren atornillarse al poder, utilizando recursos del erario nacional. Hay dos visiones respecto a lo que ha pasado en México en los últimos meses.

El primero, el de la clase pudiente, el de quienes todo tienen, porque viven pegados al presupuesto nacional y el otro, el de los jodidos, que apenas tienen para mal comer y medio vivir. Los primeros componen el país desde sus lujosos escritorios y los segundos siguen esperando que “chorree” los recursos que el gobierno destina a diversos proyectos. Ese es el escenario y en muchas regiones del país hay una especie de agotamiento en la forma actual de gobernar. Y es que no se han planteado soluciones de fondo. Sólo medidas paliativas.

En el tema del hambre, el regalo de despensas para personas depauperadas y asistencia a madres solteras y en el tema de la seguridad no se ha logrado desactivar el conflicto en vastas regiones donde el crimen organizado tiene una especie de “zonas liberadas” donde se impone la ley del plomo y la plata. Cunde el desorden en Tamaulipas, Michoacán, Sinaloa, y otros estados donde la narcoactividad ha sentado sus reales y se expande hacia otras tranquilas regiones del país. En ese contexto el saldo de la evaluación del gobierno priísta de Enrique Peña Nieto no es nada fácil.

No lo es desde el momento mismo en que él de una y otra forma pregona que el país avanza con una serie de reformas, como el de las telecomunicaciones y energética y, del otro, en contraste, subyacen los pies de barro del crecimiento nacional, el desorden, el acoso hacendario, la poca transparencia en la ejecución de obras en gobiernos regionales. El presidente Enrique Peña Nieto informará este martes desde Palacio Nacional los “logros” obtenidos en sus 21 meses de su administración, pero en esa rendición de cuentas a la sociedad mexicana ¿habrá un “mea culpa”? ¿O pasará todo por agua tibia y saldrá airoso, en medio del aplauso de sus cercanos colaboradores y de la publicidad pagada en los medios? 

Es pregunta. Digo. En la víspera, en cumplimiento al artículo 69 de la Constitución Política, Peña Nieto envió al Congreso de la Unión su segundo Informe de Gobierno por escrito. De esa forma se evita una silbatina y desfiguros entre los legisladores del Congreso mexicano. Pero ya comenzaron a llegar las críticas y vienen desde las filas blanquiazules como si en la docena de años en que gobernaron lo hubieran hecho bien. El líder nacional del PAN, Gustavo Madero, criticó los resultados de los dos años de Enrique Peña. “Hace caravana con sombrero ajeno”, y presume logros legislativos, más que resultados de su gobierno.

Según Madero, Peña Nieto ahora presume reformas que su partido, el PRI, frenó durante los dos sexenios panistas. Recientemente, el ex presidente Felipe Calderón se quejó de que la oposición lo chantajeó literalmente y los costos de las reformas, indicó, iban a tener un costo muy elevado para el país, pero no refirió si debía entregar cuotas de poder o dinero para que estas fueran aprobadas. Lo cierto es que hay desencanto y escepticismo en la sociedad mexicana y tras 21 meses de gobierno hay un déficit de credibilidad y confianza en el Ejecutivo.

¿Cómo le hará el gobierno para revertir las actuales críticas? Será difícil remontar vuelo en ese aspecto ya que más de la mitad del país considera que el crecimiento económico no beneficia a todos, que hay un reparto desigual de la riqueza y que persiste la corrupción en todos los niveles. El estudio “La Pobreza en México: Ayer y Hoy” de El Colegio de México revela que los programas oficiales anti-pobreza exhiben en las últimas cuatro décadas un gran fracaso debido a que no se ha vinculado la política económica y la social, y los programas siguen siendo de corte asistencialistas y paternalistas.

Veintiún meses ¿Es poco o es mucho? Todo depende con qué cristal se mire y desde qué grupo se esté ubicado: o el de los ricos y beneficiados o el de los jodidos, que son la mayoría.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@jlcastillejos