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Diáspora haitiana en México

De la multipolaridad a la inmovilidad humanitaria. | Alejandro García Juárez

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Escrito en OPINIÓN el

Algunas investigaciones recientes sobre la diáspora haitiana en las Américas1, coinciden en que la continua movilidad de la población originaria de Haití hacia diversas regiones del continente se constituye por largas trayectorias migratorias que abarcan casi la totalidad de ambos hemisferios2. Hacia 1990 Estados Unidos en Norteamérica (en donde se registraron un total de 225,393 personas nacidas en Haití) y República Dominicana en el Caribe (donde residían 187,210 haitianos) representaron los principales destinos de los inmigrantes haitianos en las Américas3

No obstante, la diversificación de los espacios de circulación de la diáspora en las Américas ha sido un proceso gradual que fue más notable a partir de 2010. Durante la primera década del siglo en curso. Tanto Estados Unidos como República Dominicana se mantuvieron como los principales lugares a los que se dirigió la diáspora haitiana, sin embargo, Canadá en Norteamérica, y Guyana Francesa en Sudamérica, comenzaron a destacar como destinos emergentes al recibir un total de 53, 390 y 13,157 migrantes de Haití respectivamente4.

El terremoto ocurrido en Haití en enero de 2010 impactó al grado de que 200,000 personas fallecieron y más de 2 millones de personas fueron desplazadas internamente en el país caribeño5. Aunado a la catástrofe provocada por el terremoto, la epidemia de cólera de ese mismo año, las afectaciones a la infraestructura y la generación de empleos son algunos de los motivos de la emigración6 desde Haití hacia nuevos destinos en las Américas a partir de 2010. La población originaria de la nación caribeña se vio orillada a ampliar los destinos a los cuales se dirige.

Es importante notar que el aumento de la presencia de inmigrantes haitianos en Sudamérica (en tanto región geográfica), y en general en América Latina, se relaciona con distintos factores, entre los que se encuentran los cambios en las políticas migratorias de los países tanto de destino como de tránsito por los cuales circula la diáspora haitiana en las Américas; así como la posibilidad de la inserción en los mercados laborales en ciudades y regiones donde históricamente su presencia era escasa.

En lo que respecta a Sudamérica, es posible distinguir algunos perfiles migratorios de quienes residen en países como Guyana Francesa, Venezuela, Brasil, Chile y Argentina, entre otros. Para el caso de los migrantes haitianos en Guyana Francesa los que han arribado a este país lo han hecho siguiendo un patrón similar al de la migración haitiana en el Caribe, pues en dicha región, la diáspora haitiana provee a países como República Dominicana, Guadalupe, e Islas Turcas y Caicos de una importante fuerza de trabajo, de origen predominantemente rural7.

Ahora bien, en esta multiplicidad de desplazamientos a través de los hemisferios que constituyen el continente, es importante distinguir la situación de aquellos inmigrantes haitianos que transitan por México para dirigirse a Estados Unidos y Canadá. La movilidad de las personas originarias de Haití a través de México se ha limitado considerablemente en los últimos años debido a la implementación de medidas y controles fronterizos cada vez más estrictos (tanto del gobierno de Estados Unidos como el de México), que tienen la finalidad de contener principalmente los flujos de inmigrantes centroamericanos que aumentaron considerablemente durante las últimas décadas. Estas medidas restringen el acceso y la movilidad de los inmigrantes haitianos que buscaban obtener algún tipo de residencia o permiso humanitario para ingresar a territorio estadounidense.

Entre 2015 y 2016, aumentó en México la presencia de población originaria de Haití, que buscaba llegar a Estados Unidos, y que en muchos casos no procedía de su país de nacimiento, sino que arribaron procedentes de espacios más alejados en América del Sur. Respecto al número de inmigrantes haitianos que han ingresado a territorio de México las estimaciones varían; mientras en algunos casos se afirma que en el país residían poco más de 12,000 personas entre 2016 y 2017, en otros se calcula que entre 2015 y 2018 han ingresado más de 50,000 migrantes de origen haitiano8

Más allá de limitarme a señalar los problemas para cuantificar la presencia haitiana en México, me interesa dimensionar las condiciones de ingreso y estancia que distintos niveles de gobierno, así como las autoridades migratorias, ofrecen a esta población. Una de las primeras acciones destinadas a atender a esta población, fue la emisión de Tarjetas de Visitantes por Razones Humanitarias, las cuales no contribuyen a mejorar la situación de los migrantes a largo plazo, ya que, a la fecha, tanto en la frontera norte como en la frontera sur del país, miles de personas originarias de Haití han permanecido sin la posibilidad de continuar con su proyecto migratorio desde hace años9

Esto último tiene sus matices, pues mientras que algunos (particularmente aquellos que llegaron durante 2015 y 2016) han podido establecerse a pesar de todas las dificultades que representa vivir en un país con estatus migratorio precarizado, para otros, la situación se ha complicado al grado de ser detenidos y presentados por las autoridades migratorias, para terminar siendo alojados (se ha documentado ampliamente que al interior de las estaciones migratorias las personas se encuentran hacinadas, sin condiciones propicias para llevar a cabo sus actividades cotidianas y sin medidas sanitarias que puedan mitigar los efectos de la pandemia) en estaciones migratorias donde su situación parece estar permanentemente indefinida.

La arbitrariedad con la que se trata a los inmigrantes originarios de Haití10 en México subraya que el modelo de atención humanitaria desplegado por el Estado11, dista mucho de atender las necesidades de las personas migrantes. Y no solo eso, también se evidencia que, para el Estado en México, cuando las diversas modalidades de la movilidad humana a través del territorio no acontecen de manera regular, entonces representarán una crisis, una amenaza, un problema mayor a resolver. 

Es importante no perder de vista tanto el lenguaje de crisis como las intervenciones estatales de carácter humanitario en lo que respecta a la migración en México. Más allá de las alternancias en el poder, para el Estado en México los inmigrantes, particularmente los que clasifica como irregulares, representan un desafío político (como diría Agamben en Política del exilio) al presentársele sin la máscara de ciudadano, sin una adscripción a un orden político-jurídico particular (no por decisión propia), sino en su condición humana, la cual es valorada muy distinto por cada nación. Pareciere que, para el Estado en México, lo humano, es productor constante de crisis que deben ser intervenidas, y no me refiero solo a lo migratorio.

* Alejandro García Juárez

Doctorante en Estudios del Desarrollo, Problemas y Perspectivas Latinoamericanas del Instituto Mora.  Maestro en Sociología Política por el Instituto Mora. Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México.

1.  Para mayores referencias al respecto, se pueden consultar: Zéphirin, R. (2019). The Americas’ Multi-Polar Displacements as A New Pattern in Haitian-French Guyanese Migrations. International Migration, 57(1), 58-74.;  Cénat, J. M., Charles, C. H., & Kebedom, P. (2020). Multiple traumas, health problems and resilience among Haitian Asylum Seekers in Canada’s 2017 migration crisis: Psychopathology of crossing. Journal of Loss and Trauma, 25(5), 416-437.

2.  Zhépirin, 2019: 58

3.  United Nations, Department of Economic and Social Affairs. Population Division (2019). International Migrant Stock 2019 (United Nations database, POP/DB/MIG/Stock/Rev.2019

4.  United Nations, Department of Economic and Social Affairs. Population Division (2019). International Migrant Stock 2019 (United Nations database, POP/DB/MIG/Stock/Rev.2019

5.  Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR, Organización Internacional para las Migraciones; (2017). Diagnóstico Regional Sobre Migración Haitiana.pp.31

6.  Es importante no reducir las causas de la emigración desde Haití a las catástrofes naturales, como terremotos, epidemias y huracanes, pues los procesos migratorios de la diáspora haitiana (así como de migrantes de otros origenes nacionales) son multidimensionales. 

7.  Alfonso, H. D. (2013). La migración haitiana en el Caribe: una propuesta para la acción. Centro Bonó.; Zéphirin, R. (2019). The Americas’ Multi-Polar Displacements as A New Pattern in Haitian-French Guyanese Migrations. International Migration, 57(1), 58-74.

8.  Para más información: Rojas Weisner, una mirada reciente a la presencia haitiana en México, consultado en: http://obmica.org/index.php/actualidad/275-una-mirada-a-la-reciente-presencia-haitiana-en-mexico ; Martínez, J. M. S. (2021). Paradojas multiculturales y sujetos políticos. Un balance de la afrodiáspora en el territorio nacional mexicano en el período 2015-2020. Andamios, Revista de Investigación Social, 18(45), 77-96.

9.  Eduardo Torres, Diario del Sur. Comité exige regular haitianos varados en Tapachula. El Heraldo, Chiapas. 3 de mayo de 2021. 

10.  Esto no dista mucho de la manera en que se trata a otros inmigrantes afrodescendientes, así como de otros orígenes nacionales

11.  A diferencia de las acciones de la sociedad civil organizada, que no se da abasto para atender a toda la población migrante que circula por territorio nacional.