Para los que desafortunadamente tuvimos que viajar por negocios o placer la semana pasada, no fue nada agradable tener que pagar más de 18 pesos por un dólar o convertir al momento de entregar la tarjeta en alguna tienda en el extranjero. Como tampoco es agradable ver cómo la cuenta del supermercado cada día sube más, aunque sean los mismos artículos que compramos para subsistir desde hace años.
Sin embargo, las autoridades mexicanas nos siguen diciendo que el verdadero impacto, el verdadero golpe, no lo hemos recibido, es más, ni deberíamos quejarnos, porque ellos han hecho un muy buen trabajo.
Existen muchas presiones internacionales, pero el traspaso del tipo de cambio a la inflación ha disminuido significativamente, dijo Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
El Banxico, que en cumplimiento con su mandato constitucional conduce la política monetaria procurando la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, aseguró que se ha avanzado significativamente en la creación de un entorno de estabilidad de precios en este país.
Entre los resultados que se han alcanzado destacó: "Una reducción en el nivel, volatilidad y persistencia de la inflación. El anclaje de las expectativas de inflación cercanos a la meta. Una disminución de las primas de riesgo, particularmente de la prima por riesgo inflacionario. Una reducción en el traspaso de cambios en precios relativos a los precios".
Lo anterior fue parte de una presentación de Carstens que pasó desapercibida el viernes pasado ante las noticias del arresto de El Chapo.
Durante el seminario de Expectativas Económicas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el gobernador del Banxico aseguró que el entorno adversono afectará el desarrollo económico del país.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito, comentó por su parte ese día en su Alma Máter que hoy sin duda la economía internacional y la mexicana atraviesan un momento de volatilidad, de retos significativos e incertidumbre.
"Ante este contexto internacional, y este es el mensaje más importante que les quiero transmitir, es que México tiene la fortaleza para hacer frente a este entorno económico complejo, diferenciándose de otras economías emergentes", agregó Videgaray.
Carstens reiteró que es importante mantener la estabilidad de precios porque si la inflación es elevada e incierta entonces erosiona en mayor medida los ingresos de la población de menores recursos, tiene un efecto negativo sobre el crecimiento económico y dificulta las decisiones de largo plazo, como inversión y ahorro.
Videgaray recordó que hemos visto un ciclo de apreciación del dólar muy importante frente a todas las monedas.
"Desde el 31 de diciembre de 2012, es decir, prácticamente el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, y observamos que México acumula una depreciación del 38 por ciento contra el dólar estadounidense", aceptó el titular de Hacienda.
"Sin embargo, cuando comparamos la depreciación del peso mexicano con otras monedas, por ejemplo el dólar canadiense, que tiene una depreciación del 42 por ciento, el dólar australiano una depreciación del 47 por ciento, o hay otras monedas como el peso colombiano o el real brasileño que acumulan ya depreciaciones de más del 80 por ciento; es decir, éste es un fenómeno claramente global, obedece a la fortaleza relativa del dólar norteamericano, que tiene mucho que ver con la divergencia en la política monetaria -estoy seguro que Agustín en un rato platicará de ello con mayor detalle- y también con la divergencia en las tasas de crecimiento".
Y Agustín sí platicó de ello y reiteró que no debemos preocuparnos:
"A pesar de la importante depreciación del peso, su efecto sobre los precios ha sido limitado, reflejándose principalmente en las mercancías durables, sin que hasta el momento exista evidencia de efectos de segundo orden".
Entre sus consideraciones finales, Carstens, explicó que México ha logrado alcanzar una mayor estabilidad de precios y eso ha traído beneficios a la sociedad en su conjunto.
Ojalá que esa estabilidad que presumen se mantenga, porque a mí los precios ya me están haciendo sufrir y no quiero imaginar qué pasará si esto empeora.