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Después de Culiacán

Urge redefinir la estrategia de seguridad. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

No cabe duda que el gobierno federal aún debe a los mexicanos explicaciones claras sobre lo que en realidad ocurrió en Culiacán el 17 de octubre pasado. A falta de ellas, las especulaciones permanecen a doce días del fallido operativo policíaco-militar y la demostración de fuerza por parte de la delincuencia organizada, que cobró vidas y la seguridad de los sinaloenses.

La evidente supremacía de los grupos delincuenciales sobre las fuerzas armadas apostadas en esa plaza dejó muy mal parado al madrugador gabinete de seguridad. Tuvo que salir el presidente Andrés Manuel López Obrador a dar un spin en la narrativa y justificar que se liberó a un peligroso narcotraficante “para salvar vidas”.

Este giro discursivo tuvo relativo éxito, porque hizo a un lado la verdadera causa del problema: una deficiente operación que, esa sí, puso en riesgo miles de vidas inocentes.

El gobierno surgido de Morena tendrá un antes y un después de los hechos de Culiacán.

¿Qué es lo que sigue? Lo deseable es que la administración federal deje de repartir culpas y asuma responsabilidades. El presidente de la República con mayor legitimidad y respaldo popular de las últimas décadas debe utilizar esa base para ejercer sin medias tintas sus facultades y obligaciones en materia de seguridad.

Estoy de acuerdo con el planteamiento de abordar la problemática social que da origen al desarraigo y a las conductas delincuenciales. Es muy importante reducir las desigualdades y generar oportunidades de desarrollo, fomentar los valores y fortalecer el tejido social, en muchos casos reconstruirlo.

Pero esas son acciones que abonan hacia el futuro, mientras el presente se vive entre homicidios, feminicidios, secuestros, extorsiones y asaltos. Desde el gobierno hay que tener visión de Estado, que requiere un equilibrio entre lo que se quiere llegar a ser y lo que se es.

La actuación sensata, responsable y honesta que esperamos del gobierno federal debe empezar por informar puntual y claramente, sin rodeos ni escapismos. Urge redefinir o definir la estrategia de seguridad, porque no está funcionando y no se puede estar tentando a la suerte cuando está de por medio la seguridad de la población.

Regiones enteras del país demandan firmeza y coordinación en la actuación de las autoridades para romper el círculo vicioso de la inseguridad. Y si el gobierno federal actúa como se espera de un buen gobierno, estoy segura de que todos respaldaremos esa actuación.

Que conste que no estoy hablando de represión ni de guerra. Simple y llanamente se debe cumplir y hacer cumplir la ley y garantizar a todas y todos los mexicanos un país donde podamos hacer nuestras actividades cotidianas sin temor a ser víctimas del crimen.