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Después de AMLO

López Obrador olvida que los falibles organismos autónomos también han hecho cosas buenas, vale más arreglarlos que destruirlos. | Pamela Cerdeira

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Escrito en OPINIÓN el

El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”, Lord Acton (1834-1902).

Supongamos que Andrés Manuel López Obrador es lo mejor que pudo haberle pasado a México, que es un hombre impoluto, dispuesto a acabar con la corrupción incluso si fuera cometida por su familia: "Dejo en claro que si mis hijos, mi esposa, mis compañeros de lucha, cometen corrupción, serán sancionados... Sólo respondo por mi hijo menor de edad y por mí" (1 de diciembre, 2018).

Supongamos que el presidente sólo está rodeado de personas de bien, también desposeídas de ambiciones personales o intereses ideológicos, que al igual que él, su única meta es hacer de México un país mejor.

Cuarta Transformación


Supongamos incluso que el plan de López Obrador fuera el resultado de un exhaustivo análisis comprobable con datos y que su Proyecto de Nación resulte los próximos seis años en un éxito rotundo.

Supongamos incluso que, arrastrados por su liderazgo, toda la administración pública se transforma en un eje del bien y que la población enajenada por su ejemplo se deshace de todo vicio siguiendo al pie de la letra la Cartilla Moral. Supongamos que los huachicoleros desisten por consejo de su madre, y asaltantes, secuestradores y narcotraficantes encuentran consuelo en una beca mensual que les permita buscar futuro por el camino de la educación o el empleo.

Si todas estas suposiciones, son muchas, llegaran a convertirse en realidad, el presidente está olvidando lo más importante: ¿qué pasará con México después de él?

La construcción de un Estado tiene que estar hecha por la mejor de las personas, pensando en que éste será manejado por la peor de ellas. Andrés Manuel sostiene que como él es bueno, sus decisiones lo son y todos lo serán, pero ha dejado de lado qué pasará con el país cuando él se vaya. Por eso, los contrapesos son importantes.

Andrés Manuel puede nombrar a un fiscal carnal porque él sabe que es una persona honesta. (Gertz Manero goza de tal independencia que nombró como fiscales -electorales y anticorrupción- a quienes AMLO había solicitado en campaña). López Obrador puede prescindir de un Instituto de Transparencia fuerte, porque él dice la verdad, se comunica por Twitter y se presenta diario ante los medios. Además, su administración está formada por personas rectas, ¿para qué queremos saber más? El presidente puede ahorcar económicamente al INE porque ya nadie hará fraude electoral, y además si pueden celebrarse consultas transparentes de bajo presupuesto pagadas por sus diputados ¿para qué necesitamos un órgano electoral independiente y tan caro?

¿Para qué necesitamos contrapesos?


Porque tenemos que pensar que en algún momento llegará al poder la peor de las personas. Porque los más elevados valores son tan humanos como los más bajos. Porque el pueblo sabio también puede equivocarse cuando vuelva a elegir presidente.

Por eso, necesitamos un fiscal independiente, que sea capaz de decirle al presidente en turno que hará una investigación porque su esposa, hijos, o compañeros de lucha están involucrados en un acto de corrupción, o que se niegue a fabricar una investigación a modo para callar a un crítico. Un Instituto Electoral fuerte para que no se doblegue ante los intereses económicos de los partidos políticos. Necesitamos un INAI poderoso, que ponga los intereses de los ciudadanos por encima de aquellos del poder en turno. Una Comisión Reguladora de Energía poderosa e independiente que cree condiciones de competencia y obligue a las empresas del estado a ser mejores para poder competir en igualdad, no con beneficios porque “son del gobierno”, la buena competencia beneficia a los consumidores.

López Obrador olvida que los falibles organismos autónomos también han hecho cosas buenas, y si bien todo es perfectible, peor estaríamos sin ellos. Vale más arreglarlos que destruirlos. Andrés Manuel López Obrador hará valer la importancia de los contrapesos sólo si es mayor su amor por México, que su ambición de pasar a la historia como un buen presidente. Entonces pensará en el México que siga después de él.

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@PamCerdeira | @OpinionLSR | @lasillarota