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Democracia en riesgo

A dos meses de las elecciones el llamado es a defender nuestra democracia; a que acudamos a las urnas para emitir libremente nuestro voto. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

Con el inicio de las campañas políticas todo está listo para celebrar las elecciones federales. Se renovará la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y más de 1,900 alcaldías. Son más de 21 mil puestos de elección popular que se disputan en la contienda, lo que constituye los comicios más grandes de la historia de México. 

Pero más allá de los números, es importante mencionar que lo que está en juego es el futuro de nuestra democracia. Thomas Jefferson, en su libro “Notas sobre el Estado de Virginia”, afirmaba que la concentración de todos los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) en las mismas manos, no constituía una democracia sino despotismo1

Esta sentencia cobra vida cuando un gobierno abusa de su control del ejecutivo y del legislativo para sistemáticamente atacar los equilibrios de poder con miras de convertirse en una autoridad absoluta; quedando bajo acecho permanente el poder judicial y los organismos autónomos. 

Ejemplos hay muchos, en México los más recientes han sido los embates contra el poder judicial tras las medidas cautelares por la reforma eléctrica; medidas justificadas por haber visos de inconstitucionalidad en lo reformado. A lo que el poder ejecutivo, reaccionó ordenando una investigación en contra de los jueces y acusándolos incluso de corrupción sin prueba alguna. 

Otro ejemplo han sido los ataques que ha sufrido el INE tras el acuerdo emitido para que se respetara el artículo 54 constitucional que limita la sobrerrepresentación. Esta disposición fue violada en el 2018 cuando MORENA obtuvo una sobrerrepresentación de 18.1% en la Cámara de Diputados; excediendo por más del doble lo permitido y estableciendo una mayoría artificial de la que se ha servido para imponerse sin consensos, diálogo, ni respeto por las minorías.

El acuerdo del INE claramente no convino a los intereses del partido oficial, por lo que realizaron una serie de amenazas que fueron desde la destitución de los consejeros hasta el desaparecer al instituto electoral. Pero el debate de fondo es la defensa de las instituciones democráticas frente a autoritarismos. 

Preocupa que Morena pudiera aprovechar una mayoría artificial y mecánica para eliminar al INE por el sólo hecho de haber procurado el cumplimiento de la ley. Si bien hay mucho por perfeccionar en el órgano electoral, lo cierto es que desde su fundación el Instituto ha sido clave para garantizar unas elecciones limpias, competidas y para que se respete la voluntad popular plasmada en las urnas. 

Es por ello tan importante la autonomía de cada uno de los poderes. Pues cuando el legislativo se somete al ejecutivo, incluso al grado de “no mover una sola coma” a lo que este designe, pierde su razón de ser y se convierte en una mera oficialía de partes.

Además del hecho de que en una democracia representativa los legisladores están para responder al pueblo al cual representan, no para responder al titular del ejecutivo o al partido oficial. Por más que haya elecciones, cuando no hay división de poderes lo que hay no es democracia sino un despotismo electivo. 

Es urgente defender nuestras instituciones democráticas. Pues como decía Thomas Jefferson, en el libro arriba en mención, “el momento de protegerse contra la corrupción y la tiranía es antes de que se hayan apoderado de nosotros. Es mejor mantener al lobo fuera del redil, que confiar en sacarle los dientes y las garras después de haber entrado”2.

A dos meses de las elecciones el llamado es a defender nuestra democracia; a que no persistan los ataques que lo único que pretenden es amedrentar al árbitro electoral; a que acudamos a las urnas para emitir libremente nuestro voto y a que la voluntad ciudadana sea respetada, sin artilugios ni fraudes. 

1. Cfr. Jefferson, T. (2018). “Notes on the State of Virginia: A Compilation of Data About the State's Natural Resources, Economy and the Nature of the Good Society”. P129. 2.  Ibid.