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Defensa sin com-plascencias de los derechos humanos

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a partir de la gestión de Raúl Plascencia ha generado un patrón de malas prácticas que han denunciado diversas organizaciones de la sociedad civil en múltiples ocasiones. Prácticas reprobables que van desde no facilitar el acceso a los expedientes sobre violaciones de derechos humanos, tanto a las víctimas como a sus representantes, hasta realizar análisis poco profundos y sin la pericia técnica, que resultan en la emisión de recomendaciones débiles que no incluyen a todas las instituciones responsables.

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado 20 de mayo se celebró una reunión de trabajo entre el Senado de la República y el Presidente de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, misma que puso en evidencia una vez más las graves fallas internas de esta institución. Previamente a la celebración de este encuentro hice un nuevo llamado al Ombudsman para que respondiera a las preguntas sobre aspectos de su gestión que le formulé de manera pública desde el pasado 29 de enero, día que acudió a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a entregar su informe de labores. En todo este tiempo el Presidente de la CNDH ha sido omiso a responder a mis cuestionamientos y ha puesto en práctica la máxima salinista ante sus críticos: "ni los veo, ni los oigo".

A pesar de que inició su intervención en la reunión con cifras y estadísticas integradas en el Informe Anual 2013 de la CNDH, más con números que con la descripción de casos concretos que implican afectaciones específicas a derechos humanos, Plascencia tuvo que rendir cuentas sobre dos casos mal atendidos por la CNDH, ante los que diversas ONG'S han interpuesto amparos: la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en 2012, así como por el caso de las mujeres oaxaqueñas a quienes se les negó la atención debida durante el parto en centros de salud de dicha entidad.

Sobre el primer caso, una de las graves omisiones de la CNDH fue no buscar a las familias de las víctimas de la masacre para elaborar la recomendación 80/2013 y, al ser cuestionado sobre este asunto, Plascencia se limitó a responder que “se trató de localizar a los familiares, pero ninguna de las víctimas traía identificaciones que permitían reconocerlos fácilmente.”

Entre las personas presentes en la comparecencia se encontraba la salvadoreña Myrna del Carmen Solórzano de Medrano, madre de Glenda Yaneira Medrano Solórzano, una de las víctimas de la masacre, a quien en ningún momento se atendió en la CNDH.

Hasta la fecha, Myrna del Carmen Solórzano vive con la duda de que los restos que le entregaron sean efectivamente los de su hija, pues nunca tuvo información plena, ninguna autoridad mexicana se comunicó con ella y ni siquiera la entrega de la ropa con la que viajaba su hija y afirma que “no se nos tomó en cuenta, nunca me buscaron”.

Pero estas no son las únicas fallas de la CNDH bajo el mando de Raúl Plascencia. Dicha Comisión suele dar por concluido el seguimiento a las recomendaciones que emite, por el simple hecho de que los funcionarios de la institución a la que se realizan puntos recomendatorios hacen una oferta de indemnización, lo que es más que simplemente inaceptable, pues impide que se garantice una reparación integral, además de que no toma en cuenta la opinión de la víctima o sus representantes.

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reiterado en diversas ocasiones que el Estado debe asegurar el cumplimiento efectivo de las reparaciones recomendadas, ¿Cómo cumplimenta la CNDH estas estipulaciones internacionales si emite recomendaciones poco precisas, y si además de esto no verifica que se cumplan?

En su primera comparecencia (en realidad fue reunión de trabajo) desde que ocupó la presidencia de la CNDH en 2009, Plascencia omitió mencionar la demora en la emisión de recomendaciones por parte de la CNDH, que particularmente se presentan cuando se trata de violaciones graves de derechos humanos y en casos en donde se involucran instituciones como la SEDENA, la integración de los expedientes de queja tiene un retraso particular.

Uno de estos casos es el de cuatro civiles que fueron brutalmente torturados por  malos elementos de la SEDENA, forzados a declarar en su contra, y quienes actualmente se encuentran recluidos en un centro penitenciario. A cuatro años de haberse presentado la queja ante la CNDH, el caso aún no se determina ni se ha emitido recomendación alguna, a pesar de los compromisos que han emitido funcionarios de dicha Comisión.

La com-Plascencia política le ha salido muy cara al país en materia de derechos humanos. Si bien el informe 2013 menciona la disminución de quejas contra instancias como la SEDENA, cabe preguntarse si esta disminución se debe a una efectiva reducción de violaciones a derechos humanos, o a la falta de confianza de la población ante instancias como la CNDH, lo cual sería definitivamente grave.

Las mujeres, las personas migrantes, las niñas y los niños, así como toda persona que ha sufrido una violación a sus derechos humanos no son “temas generales", como los llama Raúl Plascencia, todas y cada una de esas personas son casos particulares que merecen la debida atención y acompañamiento desde el momento en el que presentan su queja y hasta que se da cumplimiento a las recomendaciones que se emitan para sus casos.

Las evidencias de los errores cometidos como presidente de la CNDH por parte de Raúl Plascencia han sido puestos en evidencia con mayor firmeza y, aún ante los señalamientos constantes de las organizaciones de la sociedad civil, personas defensoras de derechos humanos e incluso de legisladoras y legisladores, estos errores siguen persistiendo, supeditando la eficacia de la Comisión a los intereses políticos de su presidente.

Benito Juárez decía que “no deshonra a un hombre equivocarse, lo que deshonra es la perseverancia en el error”, y esta deshonra no puede seguir siendo tolerada con una reelección del actual Ombudsman nacional. Es urgente un cambio en la presidencia de este organismo, para contar con un auténtico defensor o defensora de los derechos humanos en nuestro país y no con un personaje complaciente frente al poder y sin ética para salvaguardar las garantías individuales de la población.

 

@RicardoMeb