Main logo

Deducciones: La cruda realidad para el contribuyente cautivo

Falta convencer al gobierno federal de que la reforma fiscal es una de las peores decisiones que han tomado desde 2012.

Por
Escrito en OPINIÓN el

Como bien dice la sabiduría popular, no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, y con abril –además del receso de Semana Mayor-- llega una temporada que a muy pocos causa alegría: La declaración anual de las personas físicas ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

 

A diferencia de otros años, en este 2015 la declaración anual será doblemente amarga para los contribuyentes cautivos, ya que se aplicarán por vez primera los límites a las deducciones personales incluidos en la tóxica reforma fiscal, defendida e impulsada por el PRI y el PRD en 2013 y 2014.

 

Al impulsar estas nuevas restricciones, tanto los diputados del PRI como del PRD argumentaron que al limitar las deducciones personales se generaría una mayor tributación por parte de aquellos contribuyentes con mayores ingresos.

 

Sin embargo, al hacer un análisis diferenciado sobre los ingresos obtenidos por personas físicas y al calcular los impuestos totales antes y después de los límites a las deducciones, es posible advertir que quienes verán más golpeados sus bolsillos serán los contribuyentes con ingresos más bajos.

 

Al realizar este ejercicio comparativo, podemos observar que en la declaración fiscal 2013 un contribuyente que tuvo ingresos por 10 mil pesos mensuales (120 mil pesos al año) y gastos anuales de 60 mil pesos podía deducir la totalidad de dichos gastos, para pagar un impuesto total de 3 mil 997 pesos; hoy, “gracias” a la reforma fiscal tóxica del PRI y PRD, ese mismo contribuyente únicamente podrá deducir un monto máximo de 12 mil pesos[1], aumentando con ello su base gravable y, por ende, su impuesto total que ahora será de 10 mil 295 pesos; así, su pago final al SAT crecerá un 157% respecto a lo pagado en el ejercicio anterior.

 

Ese mismo efecto nocivo se repite en los contribuyentes con ingresos de 20 mil pesos mensuales (240 mil pesos al año), quienes antes de la reforma fiscal podían deducir –tras cumplir con los requisitos correspondientes- el 100% de sus gastos personales (honorarios médicos y dentales, gastos hospitalarios y funerarios, intereses reales por créditos hipotecarios para casa-habitación, aportaciones complementarias de retiro, transportación escolar de hijos, primas de seguros de gastos médicos, entre otros); ahora, considerando los límites a las deducciones y pese a que ganarán lo mismo, estos contribuyentes sólo podrán deducir un máximo equivalente al 10% del total de sus ingresos[2], es decir 24 mil pesos, lo cual resultará en un incremento de la base gravable y del impuesto final que crecerá hasta 32 mil 828 pesos: un 163.76% de aumento.

 

Paradójicamente, este efecto nocivo se difumina al hacer el cálculo comparativo en los contribuyentes con ingresos de 45 mil pesos mensuales (y cuyo impuesto total crece 24% con la reforma fiscal del 2013) y todavía es mucho menor entre los contribuyentes con ingresos de 100 mil pesos mensuales (cuya tributación en el mismo período sólo se incrementó en un 5.57%).

 

En otras palabras, la reforma fiscal que pretendía hacer “pagar más a los que más tienen” terminará afectando los ingresos de un sector al que pertenecen gran parte los mexicanos con educación superior que, de acuerdo al Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ganan un promedio de 10 mil 344 pesos mensuales.

 

Esperemos que la Secretaría de Hacienda ofrezca una explicación congruente respecto a esta distorsión tributaria y nos mantendremos atentos para ver si este será el último efecto para los contribuyentes cautivos de la cruda de la reforma fiscal que tanto hemos combatido los legisladores y la dirigencia nacional panista.

 

Así, nuestro compromiso a favor de la economía familiar y en contra del terrorismo fiscal va más allá de coyunturas electorales y se mantendrá en lo que resta de esta y la próxima Legislatura, y por eso nos da gusto que otras fuerza políticas, como el PRD, reconsideren las posiciones que sólo han traído efectos negativos para los bolsillos de la mayoría de los mexicanos.

 

Ahora sólo falta convencer al gobierno federal de que la reforma fiscal es una de las peores decisiones que han tomado desde 2012 y que llegó la hora de que cambiemos el rumbo económico del país, ¿a poco no?

 

Exenciones en elecciones…

 

En lugar de modificar y corregir la reforma fiscal en el Congreso de la Unión, la Secretaría de Hacienda ha optado por expedir, de cara a la elección de junio, decretos con beneficios fiscales para sectores específicos de la base contribuyente. ¿Qué intenta lograr la Secretaría de Hacienda con estos decretos?

 

@JVillalobosS

 

[1]Al tratarse en ese ejemplo del 10% del total los ingresos del contribuyente y no ser mayor éste monto al equivalente a cuatro salarios mínimos elevados al año del área geográfica en la que resida el contribuyente, tal como lo prevé el último párrafo del art. 151 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta.

2 Por las mismas razones que en el caso anterior.