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¿De qué le aplauden al presidente?

¿Del fracaso nacional y éxito internacional (de los de afuera)?

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Escrito en OPINIÓN el

En México se recibió con sorpresa, yo diría con estupor e incredulidad, la entrega del Premio al Estadista (Statesman Award) 2016 al presidente Enrique Peña Nieto por la Asociación de Politica Exterior (Forengein Policy Association) la noche del lunes en la ciudad de Nueva York.

 

Al presidente Peña Nieto se le veía sonriente cuando recibió el premio en manos de esa organización estadounidense, no con el gesto duro y nervioso que tenía la noche del grito en el zócalo de la ciudad de México, con cientos de acarreados y otros que protestaban.

 

La noticia del premio recorrió todo el país. En puestos de periódicos, en la radio, en la televisión, en las redes sociales se difundía el hecho. Muchos se preguntaron ¿pero de qué premio se trata? ¿premio al estadista?, pero si todo tiene, menos esa categoría.

 

El peso se sigue devaluando, los ingresos se redujeron para el presupuesto de 2017  y nada hacen por evitarlo nuestros gobernantes. La gasolina sube y sube y anuncian más aumentos en 2017. ¿Qué le premian al presidente?

 

Cuando se explica que el premio se otorga “en reconocimiento a los cambios estructurales que permitieron estimular la relación económica México-Estados Unidos de América” entonces es cuando se entiende que la entrega de ese premio es por el beneficio que están recibiendo las empresas estadounidenses, no los mexicanos.

 

Enrique Peña Nieto pudo destrabar un candado puesto en la Constitución que protegía los recursos petroleros de la intervención de manos extranjeras. Pudo lograr lo que ningún gobernante, que desde la propia Constitución se protegiera la intervención de inversionistas extranjeros para apropiarse del petróleo.  Rompió con el llamado “monopolio del Estado” para permitir la libre competencia en beneficio de unos cuantos.

 

Peña Nieto pudo abrir las cerraduras que impedían la entrada desde la Constitución del manejo de la energía eléctrica.  Logró lo que nadie, usar la propia Constitución, para proteger los intereses extranjeros.

 

Eso es el motivo de premiación de esa organización estadounidense que se sostiene con el apoyo de grupos empresariales norteamericanos que premian las hazañas de presidente mexicano en apoyo al libre mercado.  Es el amigou presidente para ellos, por eso lo reciben de manera tan cálida, y él (Peña Nieto) orgulloso de serlo.

 

Ese premio es una burla, porque que se otorga en medio de una de las crisis más graves que vive el país.

 

Las reformas estructurales lo que están significando es mayor miseria para los mexicanos.  Dicen que se han ganado casi dos millones de empleos en la gestión de Peña Nieto, pero lo que no se dice es que son empleos de miseria, empleos mal pagados, de míseras condiciones de trabajo y jornadas extenuantes.

 

Los inversionistas llegan a nuestro país porque tienen la garantía de que en sus empresas no habrá sindicatos, ni contratos colectivos, ni revisiones de salario, ni amenazas de huelga. Porque habrá despido libre para quién se oponga.

 

Es un país, como llaman el gobierno federal, de “paz laboral”, y de autoridades laborales que carecen de eficacia. Las de competencia federal las manejan los personeros del presidente de la república y las de los Estados por sus gobernadores.  Control a todo lo que da, para que no haya rebelión obrera y si la hay, acabarla a como dé lugar.

 

El objetivo es lograr que se sigan teniendo los más bajos salarios, trabajo eventual y sin seguridad social. Que se aumente el subempleo y el ejército de los miserables. De los campesinos sin tierra ni futuro.

 

¿De qué aplauden al presidente? ¿del fracaso nacional y éxito internacional (de los de afuera)? ¿de la miseria de los mexicanos? ¿de la riqueza acelerada de los inversionistas extranjeros? ¿De qué le aplauden?

 

@Manuel_FuentesM

@OpinionLSR