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De los trabajos en los nuevos procesos electorales

Hoy las fuerzas políticas se han ido dando cuenta de que no pueden suponer que el INE sea el único responsable de llevar a buen puerto cada elección.

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Escrito en OPINIÓN el

Intentaré explicar desde mi percepción, las tareas, obligaciones y prerrogativas de los actores políticos a raíz de la reciente reforma constitucional, con vistas a los procesos electorales del año que está por venir.

 

La reforma electoral ha impactado de una manera trascendental la forma de llevar a cabo las elecciones en este país. No es gratuito todo lo que se ha ganado en este campo desde la historia electoral que se ha construido hace poco más de veinte años, para llegar al punto en que hoy, se nutra de nuevas y demasiadas atribuciones al INE, de tal suerte que se encargará de organizar las elecciones a nivel nacional, que dicho sea de paso, no es poca cosa.

 

Analicemos. Con las nuevas e importantes atribuciones asignadas al INE, contra reloj, la autoridad administrativa ha tenido que multiplicarse hacia su interior en las funciones para instrumentar lo ordenado en nuestra Constitución, sin perder de vista que lo hecho, ha sido con el personal que lo integra, altamente calificado y a toda prueba en las elecciones federales, desde el inicio del entonces IFE.

 

Muestra de ello es la instrumentación, en brevísimo tiempo, de la primera elección organizada por el INE a solicitud misma de una de las tres grandes fuerzas políticas, con base en una de las nuevas atribuciones que le fueron asignadas como autoridad.

 

No es menor el detalle de referirnos al “brevísimo tiempo”, ya que con apenas unos pocos meses de haber sido aprobada la reforma, se preparó toda la logística para que poco más de dos millones de electores acudieran a las urnas a votar por su dirigencia nacional. Ésa elección resultó por demás satisfactoria para la misma fuerza política que así públicamente lo reconoció.

 

No está todo dicho, claro que falta camino por recorrer, se avecinan las elecciones de 2015 en 18 entidades del país, pero se está trabajando con verdadero ahínco para instrumentar en todos sus términos con profesionalismo la multicitada reforma.

 

Se ha trabajado en reglamentos, materiales electorales, logística, registros, credencialización, lista nominal y padrón electoral, capacitación y educación cívica, equidad de género, en los insumos para la creación del nuevo Servicio Profesional electoral (que recientemente pudo elevar el porcentaje de participación de mujeres de 21.78 al 26%, a través del concurso especial público para mujeres 2013-2014), por citar algunas de las áreas especializadas en las que el personal del INE se está ocupando.

 

Desde el primer momento en que quedaron aprobadas las nuevas atribuciones del INE, no se ha subestimado ningún detalle, a ningún nivel,  de ninguno de los temas que permitan llevar a buen puerto el cumplimiento de las nuevas tareas encomendadas.

 

En contraste, hoy las fuerzas políticas se han ido dando cuenta de que no pueden suponer que el INE sea el único responsable de llevar a buen puerto cada elección. Como ejemplo, Carlos Navarrete, actual presidente del PRD acaba de reconocer que “por avanzar electoralmente descuidaron la trayectoria de sus candidatos y que por ello les explotó en las manos el asunto de Guerrero”, de igual manera, Raúl Flores, líder del PRD en el DF, señaló que su partido va por  el “polígrafo y el antidoping para cada uno de sus candidatos”.

 

Así, a propósito de otra de las fuerzas políticas, César Camacho Quiroz declaró que “para blindar los comicios de 2015, se hará una consulta ciudadana al respecto por ser los ciudadanos, los que mejor conocen a las personas que potencialmente se convertirán en candidatos y a su vez en sus representantes, más allá de la idoneidad de sus perfiles a efecto de que no tengan lazos con la delincuencia organizada”.

 

Lo anterior, nos da una idea del movimiento que se está perfilando en la conciencia de los actores políticos, lo cual se debe reconocer por ser  muy loable, tratándose de la responsabilidad que cada uno de los actores juega en cada elección.

 

Los partidos políticos, las autoridades electorales y los ciudadanos todos, debemos actuar teniendo como eje rector, la transparencia en cada uno de los actos que realizamos, que permita conocer el porqué de cada una de las decisiones que se toman, lo que redundará en una eficiente rendición de cuentas que permita construir día a día la confianza en nuestro sistema electoral.

 

Con lo anterior, se podrá llegar, sin duda, a una contienda menos complicada, más respetable y más confiable para bienestar de todos.

 

En posteriores colaboraciones intentaré explicar la complejidad del calendario electoral, la problemática propia en la función de los OPLES, la nueva fiscalización en línea, el Servicio Profesional Electoral Nacional o el cambio geopolítico que puedan sufrir las entidades en las que se desarrollarán los multicitados comicios del próximo año, así como las nuevas atribuciones en las tareas a las que se encuentra sujeta la nueva autoridad electoral.

 

@RamonVerazaluce